Batalla electoral por los Presupuestos

Los ¨²ltimos Presupuestos de la legislatura han levantado una polvareda electoral que amenaza con instalarse hasta marzo. Sobre el papel, las grandes l¨ªneas no difieren mucho de las presentadas otros a?os, pero las novedades sociales introducidas a ¨²ltima hora y la pugna auton¨®mica por la inversi¨®n del Estado otorgan a las cuentas de 2008 un marcado cariz pol¨ªtico. "Si estos Presupuestos son electoralistas, entonces los anteriores tambi¨¦n lo han sido", se defendi¨® el vicepresidente y ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes, en la presentaci¨®n del proyecto. La cita con las urnas en marzo condicionar¨¢ tambi¨¦n el apoyo que reciban las cuentas en el Parlamento, indispensable para que salgan adelante. Solbes admite m¨¢s dificultades que otros a?os, aunque conf¨ªa en lograrlo.

El ministro defiende la deducci¨®n por alquiler, que se neg¨® a aplicar en la reforma de 2007

"Nunca se sabe", dej¨® caer el ministro sobre su posible vuelta al cargo tras las elecciones

Solbes recurri¨® a la met¨¢fora del l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, sobre el supuesto derroche del super¨¢vit para lanzar su contraataque pol¨ªtico. Cuando el PSOE lleg¨® al Gobierno, explic¨®, "la despensa no s¨®lo estaba vac¨ªa, sino que no se hab¨ªa pagado la ¨²ltima compra", dijo Solbes en referencia al d¨¦ficit p¨²blico del a?o 2004. En los ¨²ltimos a?os, "la despensa se ha ido llenando". Solbes intent¨® desmontar la tesis de que el Gobierno ha dilapidado las reservas fruto de la bonanza econ¨®mica, argumentando que ¨¦sta ha sido la legislatura del super¨¢vit y que la deuda p¨²blica caer¨¢ al nivel m¨¢s bajo en 20 a?os. Eso provoc¨® cierto enojo de Rajoy, que calific¨® de "chiste" la declaraci¨®n de Solbes y lleg¨® a afirmar, en contra de los datos de contabilidad nacional, que el PP hab¨ªa logrado super¨¢vit.

Con un discurso m¨¢s divulgativo y cargado de intenci¨®n pol¨ªtica que otras veces, el vicepresidente esgrimi¨® sus cifras para neutralizar la sensaci¨®n de que las cuentas p¨²blicas est¨¢n impregnadas de tintes electorales. "Ese despilfarro terrible en gasto social no aparece; es el mismo que el a?o pasado", ironiz¨®.

Es cierto que el gasto social pesa exactamente igual sobre los Presupuestos que en 2007 (un 50,5%), pero la visibilidad que se ha dado este a?o a algunas medidas supera con creces la de otros ejercicios. As¨ª ocurre con las pol¨ªticas de vivienda, presentadas con solemnidad en las escalinatas de La Moncloa, o con las ayudas de 2.500 euros por hijo -en realidad no cuentan como gasto, sino como una merma de ingresos para el Estado, pues se perciben como deducci¨®n del IRPF-. El ministro sorprendi¨® ayer con su defensa de las desgravaciones al alquiler, una medida que se neg¨® a introducir en la reforma fiscal de este a?o y que, sin embargo, se aplicar¨¢ en 2008.

Solbes emple¨® munici¨®n claramente partidista para combatir las cr¨ªticas de electoralismo que han recibido las cuentas del Estado presentadas ayer en el Congreso. Aunque poco dado a los reproches al Partido Popular, record¨® que las rebajas fiscales acometidas por el Ejecutivo anterior coincidieron siempre con elecciones, municipales o generales. Tambi¨¦n la promesa de suprimir impuestos como el de patrimonio, en referencia a lo anunciado por Esperanza Aguirre para Madrid, antecede a los comicios generales.

Con este punto de partida, el vicepresidente realiz¨® una exposici¨®n de los Presupuestos en la que conceptos tan ¨¢ridos como la productividad o la inflaci¨®n, protagonistas en a?os anteriores, cedieran terreno al debate pol¨ªtico.

Adelant¨¢ndose a la riada de preguntas sobre el reparto territorial de las inversiones, el ministro realiz¨® una defensa de la cohesi¨®n entre comunidades y cedi¨® el testigo al secretario de Estado de Hacienda, Carlos Oca?a. Ambos desgranaron unas cifras de inversi¨®n que no hab¨ªan facilitado previamente a la prensa para evitar que los porcentajes monopolizaran las preguntas. Ese gesto, que irrit¨® a buena parte de los periodistas, revela la politizaci¨®n a la que se ven sometidas estas cifras a escasos meses de las elecciones.

La inversi¨®n por comunidades crece una media del 14,4%, con la Comunidad Valenciana como principal ganadora respecto a 2007 (principalmente por el AVE). Pero son Andaluc¨ªa y Catalu?a las que encabezan el reparto, lo que ha desatado las cr¨ªticas del PP.

M¨¢s all¨¢ de la contienda pol¨ªtica, las dudas se centran en saber si estos Presupuestos son los m¨¢s adecuados para hacer frente a la incertidumbre econ¨®mica que ha generado la crisis de las hipotecas de alto riesgo. Algunos expertos consideran m¨¢s prudente guardar todo el super¨¢vit generado por si hay que hacer frente a reveses, en lugar de generar nuevos compromisos de gasto como el de vivienda o la atenci¨®n bucodental a menores. La econom¨ªa crecer¨¢ el a?o pr¨®ximo medio punto menos que ¨¦ste (un 3,3%) y el super¨¢vit ser¨¢ algo m¨¢s magro (el 1,15% del producto interior bruto). En ejercicios anteriores, con previsiones bastante conservadoras, se han superado ampliamente los techos marcados por el Gobierno.

En 2008 es probable que el dato final quede m¨¢s ajustado a la previsi¨®n, pero tendr¨ªa que producirse un verdadero rev¨¦s econ¨®mico para que esas cifras no se alcanzasen, aun con la rebaja fiscal de 2.300 millones de euros aplicada a ¨²ltima hora. "Quiz¨¢s esta vez soy un poquito menos prudente que otros a?os, pero de ah¨ª a ser hiperderrochador... Estoy realmente c¨®modo con ese 3,3%", concluy¨® el ministro. En todo caso, 2008 ser¨¢ el primer a?o en que se perciba realmente la anunciada desaceleraci¨®n, con una p¨¦rdida de vigor de la construcci¨®n y el consumo.

Aunque existe margen de sobra para acometer pol¨ªticas, los Presupuestos encierran la misma trampa que tanto reprocharon a los Gobiernos del Partido Popular. Para financiar muchas de las pol¨ªticas m¨¢s costosas, principalmente las infraestructuras, se recurre a un mecanismo que permite obtener el dinero suficiente sin que compute para calcular el d¨¦ficit o super¨¢vit. Se trata de recurrir a la deuda. En un contexto en el que sobran recursos p¨²blicos, llama la atenci¨®n que el Ejecutivo incremente el pasivo (s¨®lo en t¨¦rminos absolutos, pues como porcentaje del PIB cae al menor nivel en 20 a?os, el 34,3%) para financiar algunas pol¨ªticas. El propio secretario de Estado de Hacienda lo admiti¨®, al asegurar que la actividad inversora del Estado en las comunidades no acaba en los Presupuestos, sino que existen "otras actuaciones que no aparecen" por criterios t¨¦cnicos.

Finalizado el encuadre econ¨®mico, a Solbes le toca ahora hilar fino para convencer a los grupos pol¨ªticos de que deben apoyar estas cuentas en el Parlamento. Utilizando un s¨ªmil futbol¨ªstico, el vicepresidente dijo percibir a los jugadores con miedo de "poner la pierna por delante antes de ver c¨®mo se desarrolla el partido". Todos saben que se juegan un buen pu?ado de votos en esta maniobra y eso condiciona sus movimientos. Si se acercan demasiado al Gobierno, el electorado puede castigarlos (es el temor, por ejemplo, de Izquierda Unida). Pero tambi¨¦n pueden intentar adjudicarse el logro de haber conseguido que el Estado invierta m¨¢s en sus territorios, caso de los partidos nacionalistas.

Atraerlos a su terreno ser¨¢ el ¨²ltimo reto de Solbes. Al menos en esta legislatura. "Nunca se sabe", dej¨® caer sobre su posible vuelta al despacho de Hacienda si el PSOE gana las elecciones en marzo.