Imperial Madrid, caduco Bar?a
Los blancos pegan fuerte y los azulgrana se desfiguran presa de la decadencia
Vuela el Madrid, campe¨®n, l¨ªder y ganador del cl¨¢sico en el Camp Nou, un estadio que hasta ayer contaba los partidos por victorias. Al Bar?a le falt¨® Messi y unos cuantos futbolistas m¨¢s porque fueron varios los que jugaron a medias, constipados unos y lesionados otros, v¨ªctimas todos del extrav¨ªo general, representado por la desdibujada figura de Ronaldinho, superado por la liturgia del encuentro. Demasiada confusi¨®n en el bando barcelonista para enfrentarse a un adversario que tiene las ideas muy claras y se bate de manera muy solidaria, con mucha determinaci¨®n y un gran rigor futbol¨ªstico.
Pega fuerte y al h¨ªgado el Madrid, que emite signos de equipo serio, robusto, competitivo, mientras se desvanece el Bar?a, un plantel ayer caducado, presa de la decadencia. Juegan los blancos a lo largo del campo mientras que los azulgrana lo hacen a lo ancho, una diferencia sustancial para entender la efectividad del grupo de Schuster y la esterilidad del de Rijkaard. Los partidos se resuelven en las porter¨ªas y el Madrid es mejor en las ¨¢reas, para desgracia de Iniesta, un solista que no encontr¨® acompa?amiento en los delanteros. La personalidad del ganador fue tan notable como la indefinici¨®n del perdedor.
BARCELONA 0 - REAL MADRID 1
Barcelona: Vald¨¦s; Puyol (Zambrotta, m. 76), Milito, M¨¢rquez, Abidal; Tour¨¦, Xavi (Bojan, m. 81), Deco (Giovani, m. 57); Iniesta, Eto'o y Ronaldinho. No utilizados: Jorquera; Thuram, Gudjohnsen y Henry.
Real Madrid: Casillas; S. Ramos (Torres, m. 87), Pepe, Cannavaro, Heinze; Diarra, Baptista, Sneijder (Gago, m. 78); Ra¨²l, Van Nistelrooy y Robinho (Robben, m. 84). No utilizados: Dudek; Marcelo, Guti y Saviola.
Gol: 0-1. M. 35. Baptista tira una pared con Van Nistelrooy y bate por alto a Vald¨¦s.
?rbitro: Mejuto Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Puyol, Ramos, Milito y Baptista.
98.248 espectadores en el Camp Nou.
Los blancos juegan a lo largo del campo. Los azulgrana, a lo ancho
Gran gatillazo de Ronaldinho, v¨ªctima de su propia teatralidad
Al Madrid hay que jugarle muy bien al f¨²tbol para ganarle y el Bar?a est¨¢ muy alejado del equipo que sali¨® ovacionado del Bernab¨¦u. Tiene la receta, el estilo, el juego expreso para pelear con un rival como el madridista. Ocurre que le faltan y sobran futbolistas al mismo tiempo, pues no tiene ni est¨¦tica ni ¨¦pica, sino que est¨¢ a medio camino de una cosa y de la otra. Ayer, al menos, le falt¨® atrevimiento. A Rijkaard le pudo de nuevo la nostalgia. A la hora de la verdad, acab¨® la comedia de los entrenamientos y apel¨® a la vieja guardia con una alineaci¨®n de signo institucional, respetuosa con los galones de la plantilla m¨¢s que con el estado de forma del equipo. Lastimado Messi, Ronaldinho y Deco formaron con Eto'o en un equipo con muchas cuentas pendientes, prueba inequ¨ªvoca de que el cl¨¢sico ten¨ªa para el Bar?a un trato especial.
Nada que ver con la respuesta del Madrid, que sigui¨® el gui¨®n de la competici¨®n, como si no reparara en el rival ni en el escenario, y se despleg¨® con el equipo de costumbre, a excepci¨®n de Heinze, que jug¨® por el liviano Marcelo, el punto d¨¦bil en los encuentros de pierna fuerte como el de ayer. El sobreesfuerzo del Bar?a result¨® in¨²til ante la personalidad del Madrid. La tensi¨®n se com¨ªa el juego, al punto de que no se contaban ocasiones. Hab¨ªa mucha tralla en la divisoria, dominaba la presi¨®n y la t¨¢ctica, nadie combinaba... Un escenario para legionarios como los blancos.
Al inter¨¦s del Bar?a respondi¨® el Madrid con una defensa impermeable y un despliegue que intimidaba. A falta de remates y de posesiones largas, la suerte del partido qued¨® a expensas de los detalles y de la capacidad de desequilibrio de cada futbolista, paisaje abonado para los delanteros o jugadores universales como Iniesta. Pero justamente cuando entr¨® en juego Iniesta, marc¨® Baptista para el Madrid.
Respiraba el Bar?a porque Iniesta se orientaba deliciosamente en la cancha madridista. Activ¨® el manchego a Eto'o y Ronaldinho en dos minutos y el Bar?a cont¨® con dos llegadas excelentes que neutraliz¨® Casillas de forma disuasoria. Parec¨ªa madurar el encuentro a favor del Bar?a cuando a la segunda parada del portero blanco sigui¨® la contra terminal de Ra¨²l-Baptista-Van Nistelrooy-Baptista. No m¨¢s de cuatro toques para alcanzar la meta. As¨ª, con transiciones de v¨¦rtigo, edifica el Madrid sus victorias en cualquier campo: cada uno de sus goles es consecuencia de la intervenci¨®n previa del guardameta.
A partir del gol, el equipo madridista mont¨® un triunfo indiscutible alrededor de Pepe, caudillo de la defensa, l¨ªder de un equipo que no juega, sino que remata y mata. El poder¨ªo blanco dej¨® en evidencia a los delanteros azulgrana. El Madrid ni pesta?e¨® ante el acoso del Bar?a y, por el contrario, amenaz¨® con cerrar el encuentro en cada contragolpe. La rueda de cambios s¨®lo sirvi¨® para volver sobre la alineaci¨®n de Rijkaard y agrandar la herida. La salida de Bojan result¨® tan refrescante como indigesta acab¨® siendo la actuaci¨®n de Ronaldinho, que peg¨® el gran gatillazo, v¨ªctima de su propia teatralidad. Ni una falta le concedi¨® el Madrid en una muestra de su buena faena mientras Bojan se gan¨® al menos la oportunidad de gol m¨¢s clara.
Le falt¨® tiempo a Bojan para suerte del Madrid, que ya saca siete puntos al Bar?a. Por m¨¢s dolorosa que haya sido la temporada desde el punto de vista azulgrana, ninguna derrota tiene la crueldad que la firmada por un ambicioso Madrid.
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