Urkullu plantea a Zapatero un "acuerdo singular" que ampl¨ªe el autogobierno

El PNV tiene algunas tareas pendientes de arreglar en su casa. El partido se present¨® ayer ante la militancia para celebrar el d¨ªa de la patria vasca, el Aberri Eguna, con dos discursos que si no son antag¨®nicos, lo parecen.

El lehendakari abri¨® el acto convirtiendo en un empe?o personal el ejercicio del llamado derecho de decisi¨®n, mientras que el presidente del PNV, I?igo Urkullu, enarbol¨® el discurso pactista con el Estado -como ya lo hicieron los presidentes que le precedieron en el cargo - y emplaz¨® al jefe del Gobierno central, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, a un "acuerdo singular" que "d¨¦ un paso de gigante en el autogobierno".

Consciente de que estaba dando un cambio de rumbo a la hoja de ruta de Ibarretxe, que se basa en que el Estado respete la decisi¨®n que adopte el pueblo vasco en refer¨¦ndum, Urkullu se apresur¨® a advertir de que si hay posibilidades de obtener un buen acuerdo, el PNV firmar¨¢, pese a quien pese. Y entre los posibles cr¨ªticos con su nueva apuesta cit¨® a ETA, al sindicato nacionalista ELA, a su socio de Gobierno en el Ejecutivo auton¨®mico, EA, y "a quien sea".

Una coletilla en la que pareci¨® incluir al presidente de la ejecutiva de Guip¨²zcoa de su propio partido, Joseba Egibar, quien apenas dos d¨ªas antes quiso condicionar un eventual pacto con Madrid a que Zapatero acepte el derecho a decidir. ELA y EA coinciden con Egibar en que el soberanismo es el camino pol¨ªtico acertado.

El PNV, no obstante, debe lograr un acuerdo con el Gobierno central que al menos logre calmar las aguas internas. Por eso Urkullu advirti¨® a Zapatero de que no aceptar¨¢ un "acuerdo cepillado". Alud¨ªa a unas pol¨¦micas declaraciones del entonces presidente de la Comisi¨®n Constitucional, Alfonso Guerra, quien en 2006 dijo que el Congreso hab¨ªa "se cepill¨®" el estatuto catal¨¢n y el plan Ibarretxe.

Tambi¨¦n el tiempo estuvo revuelto durante el acto. El granizo y el viento reinante parec¨ªan reproducir la tensi¨®n que se viv¨ªa en la primera fila de asientos, donde se acomodaban Urkullu, el lehendakari y Egibar.

Lo cierto es que la direcci¨®n del PNV ha comenzado a recuperar la iniciativa y un discurso propio, separ¨¢ndose del que mantiene el lehendakari, y lo ha hecho despu¨¦s de unas elecciones en las que se ha dejado 117.000 votos, ha perdido la mayor¨ªa en las tres provincias vascas y el PSE se ha hecho con la centralidad pol¨ªtica.

Es lo que Urkullu defini¨® como "un nuevo tiempo pol¨ªtico" que surge de ese batacazo electoral, y que ayer empez¨® a alumbrar en un discurso en el que no cit¨® ni una sola vez el concepto "derecho a decidir". Tambi¨¦n recuper¨® parte del mensaje de su antecesor en el cargo, Josu Jon Imaz, al condenar a ETA dos d¨ªas despu¨¦s del atentado de Calahorra con una contundencia inusual. "Nos separa un abismo" de ETA, dijo, y "de quienes la aplauden y con su silencio la amparan, el que va de la democracia a la dictadura de las pistolas, de la libertad al terrorismo".

La oferta a Zapatero se produce en v¨ªsperas de su investidura como nuevo presidente del Gobierno y ante la perspectiva de la visita que tanto Ibarretxe como el m¨¢ximo mandatario del PNV realizar¨¢n a La Moncloa al inicio de su nuevo mandato.

Adem¨¢s, apenas s¨ª quedan cien d¨ªas para que el lehendakari convoque el pleno del Parlamento vasco que anunci¨® para junio y en el que, o bien se ratificaba un pacto con Madrid, o convocaba la consulta.

Ibarretxe, en cambio, no se movi¨® ayer de su posici¨®n. En un breve discurso, que se bas¨® en el manifiesto del PNV para el Aberri Eguna, mantuvo la consecuci¨®n del ejercicio del derecho a decidir como un empe?o personal para lo que queda de legislatura. Adem¨¢s se comprometi¨® solemnemente ante los afiliados del partido a intentar que 2008 sea el a?o del "desbloqueo", el que consiga "una formulaci¨®n democr¨¢tica del derecho a decidir", porque ¨¦se va a ser, a su juicio, el objetivo pol¨ªtico para el siglo XXI.

Para ilustrar que, como dice el manifiesto del PNV, "es el momento de dar el salto cualitativo como pueblo", record¨® ante la militancia que Euskadi "nunca ser¨¢ una parte subordinada de Espa?a".