Mugabe se apoya en los militares para aferrarse al poder
El presidente de Zimbabue pretende aplazar la segunda vuelta electoral
"No aceptaremos ning¨²n presidente que no sea Robert Mugabe". El jefe del Ej¨¦rcito de Zimbabue, Constantine Chiwenga, y el de la polic¨ªa, Agustine Chihuri, lo dijeron p¨²blicamente antes de las elecciones del pasado 29 de marzo. Pero es en este momento en el que el pa¨ªs se prepara para la segunda vuelta cuando han entrado en escena los militares: Mugabe se apoya en ellos y en las milicias de su partido para tratar de aferrarse al poder, aplazar meses la segunda vuelta y amedrentar a la oposici¨®n, sobre todo en zonas rurales.
"Los 'halcones' militares se est¨¢n imponiendo", dice un general retirado
"Todo el mundo en el r¨¦gimen trata de ganar tiempo, pero los halcones militares se est¨¢n imponiendo", explica un general retirado que particip¨® en la guerra de liberaci¨®n y que mantiene buenos contactos en el Ej¨¦rcito. Y a?ade: "El problema que tienen es que los mandos intermedios y los soldados de base, que sufren como todos la brutal crisis econ¨®mica, ya est¨¢n con la oposici¨®n".
Una vez encajado el golpe de que la oposici¨®n ha ganado las elecciones, el b¨²nker del r¨¦gimen ha ido recuperando terreno frente a los sectores aperturistas que pretenden encauzar una transici¨®n pactada sin revanchismo. El plan del n¨²cleo inmovilista se est¨¢ aplicando al dedillo: retener todo lo posible los resultados de las presidenciales -hoy se cumplen nueve d¨ªas de las elecciones y ni siquiera se conoce la cifra de partici-paci¨®n-, esperar que los observadores y periodistas extranjeros abandonen el pa¨ªs, retrasar meses la segunda vuelta -debe-r¨ªa ser el 19 de abril- y desplegar militares, polic¨ªas, milicias de las juventudes del partido gubernamental, ZANU-PF, y batallones de veteranos de guerra hasta el ¨²ltimo rinc¨®n del territorio.
"La oposici¨®n nunca hab¨ªa entrado en las zonas rurales, pero esta vez le dejaron hacer campa?a y ha logrado muy buenos resultados", apunta Ellen, activista de derechos humanos que tras las elecciones ha sido interrogada por la polic¨ªa. "Nos llegan continuamente informaciones de que en las zonas rurales ya est¨¢n hostigando a todos los sospechosos de haber votado a la oposici¨®n", a?ade.
El diario del r¨¦gimen dio ayer otra prueba de que los sectores m¨¢s recalcitrantes han ido tomando las riendas con el apoyo del Ej¨¦rcito. Pese a que el propio ZANU-PF admiti¨® el viernes que habr¨¢ segunda vuelta, el peri¨®dico asegura que el partido va a impugnar los resultados electorales de algunas circunscripciones -que s¨®lo conocen los miembros del politbur¨®, porque todav¨ªa no son p¨²blicos- al haberse detectado "irregularidades" en el recuento. Tambi¨¦n impugnar¨¢ 16 esca?os del Parlamento, con lo que sus dirigentes esperan recuperar el control de la C¨¢mara que les arrebataron los ciudadanos.
El c¨ªnico gesto de denunciar un organismo f¨¦rreamente controlado por el Gobierno busca sobre todo aplazar la segunda vuelta. La ley fija tres semanas de plazo para que se celebren, pero Mugabe quiere retrasarlas al menos tres meses. Impugnar unos resultados que a¨²n no son p¨²blicos es una de las tretas para lograrlo.
El opositor Movimiento Democr¨¢tico para el Cambio (MDC, en ingl¨¦s) tambi¨¦n acudi¨® ayer a los tribunales para exigir que se den a conocer los resultados de inmediato. "Como la oposici¨®n ha ido a los tribunales, tenemos la obligaci¨®n de esperar a que se pronuncien antes de anunciar nada", explic¨® ayer sin pesta?ear un portavoz del organismo oficial (ZEC), quien a?adi¨®: "Adem¨¢s, todav¨ªa estamos recibiendo y analizando datos que nos llegan de las circunscripciones".
Varias unidades de polic¨ªas antidisturbios patrullaban ayer el centro de Harare entre la indiferencia de la gente, que aprovechaba su d¨ªa festivo paseando en la calle y disfrutando del sol, completamente ajena al traj¨ªn pol¨ªtico.
Harare es un feudo de la oposici¨®n, pero la gente aguarda con calma y paciencia infinita tanto la divulgaci¨®n de los resultados como su turno en las inacabables colas que se forman cada d¨ªa ante los cajeros autom¨¢ticos para sacar billetes que sirven de bien poco con una inflaci¨®n del 160.000%. En Espa?a, por mucho menos se habr¨ªa llegado a las manos. Pero muchos zimbabuenses creen ver a lo lejos el final del t¨²nel y han decidido que les conviene m¨¢s quedarse quietos. Al menos, por ahora.
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