Los jueces aniquilan la conspiraci¨®n

El ¨²ltimo eslab¨®n de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n -el pol¨¦mico informe del ¨¢cido b¨®rico, empleado hasta la saciedad por el PP y sus medios afines para tratar de vincular a ETA con el 11-M- tambi¨¦n se ha derrumbado. Lo desmoron¨® ayer, como un castillo de naipes, la Secci¨®n 15 de la Audiencia de Madrid. Este tribunal dict¨® una sentencia en la que absuelve de un delito de falsedad en documento oficial a cuatro altos cargos de la polic¨ªa cient¨ªfica -entre ellos, su comisario general, Miguel ?ngel Santano-. Esta sentencia se une a la de la Audiencia Nacional que conden¨® a los islamistas por la matanza y descart¨® la participaci¨®n de ETA.

Entiende el tribunal que los jefes de la polic¨ªa cient¨ªfica no cometieron ning¨²n il¨ªcito penal cuando eliminaron de un informe unas observaciones hechas por un subordinado -el perito Manuel Escribano- en las que ¨¦ste -"sin ning¨²n rigor"- baraja como posible la mano de ETA en los atentados de los trenes de Atocha. Para el tribunal, los datos en los que se bas¨® Escribano para trazar un v¨ªnculo entre ETA y el 11-M "carec¨ªan de rigor cient¨ªfico". Y, adem¨¢s, las alteraciones que los jefes hicieron en el informe, al retirar tales observaciones, eran "intrascendentes, inanes e inocuas" y no constituyen ning¨²n delito de falsedad.

La Audiencia, sin embargo, reprocha a los jefes policiales la forma en que apartaron a Escribano de esa pericia y redactaron un nuevo informe tras negarse ¨¦ste a rectificarlo. Pero aun as¨ª, el tribunal estima que estaban facultados para hacerlo y que, aunque cometieron una "irregularidad administrativa", no es una falsedad. Ya que en el informe que hicieron tambi¨¦n conclu¨ªan que la sustancia analizada era ¨¢cido b¨®rico.

Los jueces afirman que los jefes policiales habr¨ªan cometido falsedad si, en vez de ¨¢cido b¨®rico, hubiesen dicho que lo hallado en casa de Hassan el Haski, condenado a 15 a?os de c¨¢rcel como dirigente de organizaci¨®n terrorista islamista, era otra sustancia.

El caso ¨¢cido b¨®rico estalla cuando, en pleno fragor de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n, el perito Escribano denuncia que sus jefes le han manipulado un informe en el que ¨¦l traza una posible relaci¨®n entre ETA y el 11-M. Sus jefes le encargaron que analizase una sustancia blanca hallada en casa de un islamista detenido a instancias de Garz¨®n tras el 11-M. Escribano concluye que se trata de ¨¢cido b¨®rico, una sustancia de uso com¨²n que se utiliza como matacucarachas y antis¨¦ptico y que no es explosiva. Y no se conforma con eso: a?ade en el informe que, en 2001, cuatro a?os antes, tambi¨¦n hab¨ªa sido hallada una sustancia id¨¦ntica en un piso franco de ETA en Salamanca. Y a partir de ah¨ª hila una posible conexi¨®n entre ETA y el 11-M. Aunque el autor del informe fue Escribano, lo suscribieron tambi¨¦n Mar¨ªa Isabel L¨®pez Cidad y Pedro Manrique.

Cuando sus jefes leen el informe, le dicen que elimine esas observaciones porque son "acient¨ªficas", pero ¨¦l se niega. Entonces, los jefes realizan otro informe con la misma conclusi¨®n -el polvo blanco es ¨¢cido b¨®rico-, pero sin las citadas observaciones. El caso cae en manos de una juez de Madrid, Gemma Gallego, propuesta para el Consejo del Poder Judicial por una asociaci¨®n af¨ªn al PP, y los jefes de Escribano acaban en el banquillo por falsedad.

Sostiene ahora la sentencia, de la que es ponente la magistrada Pilar Oliv¨¢n, que las observaciones de Escribano eran "meras especulaciones sin una base cient¨ªfica". Observaciones, zanja el tribunal, "personal¨ªsimas" que "escapaban a la ortodoxia de un an¨¢lisis qu¨ªmico y entraban de lleno en la disputa sobre la autor¨ªa de ETA en el atentado terrorista". En ese momento, los instigadores medi¨¢ticos de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n aireaban que los atentados de los trenes los hab¨ªan urdido ETA y los islamistas en connivencia con agentes cercanos al PSOE para evitar que el PP ganase las elecciones del 14-M.

El tribunal, que preside el magistrado Alberto Jorge Barreiro, cataloga como "poco razonables" las observaciones que incluy¨® Escribano. El hecho de que apareciera en un piso franco de ETA, en el a?o 2001, una peque?a cantidad de ¨¢cido b¨®rico "nada iba a aportar" a la investigaci¨®n de un delito de terrorismo, y en cambio "s¨ª iba a generar confusi¨®n y turbiedad en la opini¨®n p¨²blica".

Si Escribano quer¨ªa hacer una observaci¨®n de ese tipo, debi¨® acudir a la v¨ªa habitual: hacerla constar en una nota interna, pero no con vistas al sumario del 11-M. Otro varapalo que los jueces dan a Escribano es que se empe?ara en hacer esas observaciones y, en cambio, omitiera, aun sabi¨¦ndolo, que nunca se hab¨ªa hallado ¨¢cido b¨®rico como sustancia utilizada para enmascarar explosivos de los terroristas y tampoco como conservante de explosivos, como qued¨® acreditado en el juicio.

La sentencia resalta que los jefes policiales, al ver que Escribano se negaba a eliminar de su informe esas observaciones, confeccionaron otro pero con id¨¦ntica conclusi¨®n -la sustancia blanca hallada al islamista era ¨¢cido b¨®rico-. Si bien, "abducidos por la enjundia y relevancia socio-pol¨ªtica del caso", elaboraron ese otro informe "sin cumplimentar la sustituci¨®n del perito". Y se?alan que esa forma de proceder, en ocasiones de forma "inveraz", son "irregularidades administrativas", pero no falsedad, como les atribuyeron las acusaciones.

Estos polic¨ªas se sentaron en el banquillo a instancias, no del fiscal, que pidi¨® el archivo del caso, sino de las mismas acusaciones que, durante el juicio del 11-M, abanderaron la teor¨ªa de la conspiraci¨®n. Es decir, la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del 11-M, la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo y el sindicato ultraconservador Manos Limpias. Ped¨ªan penas de hasta 9 a?os de c¨¢rcel para los polic¨ªas.