?Cu¨¢nto m¨¢s caer¨¢n las Bolsas?
Las Bolsas de todo el mundo han vivido esta semana en una especie de crash permanente, sin que las medidas tomadas por los bancos centrales y por los Gobiernos de todo el mundo hayan servido para contener su ca¨ªda. Tampoco lo lograr¨¢n mientras no consigan desbloquear el mercado interbancario, donde se prestan los bancos entre s¨ª.
No quiere esto decir que las autoridades monetarias hayan estado desacertadas en sus actuaciones (si exceptuamos una inoportuna subida de los tipos de inter¨¦s por parte del BCE el pasado mes de junio); lo que ocurre es que la magnitud de la debacle ha dejado peque?as todas las previsiones. Ahora, con la mayor parte de la munici¨®n agotada, los Gobiernos van a tener que utilizar un arma total.
Lo curioso es que la reacci¨®n desmesurada de las Bolsas en estos ¨²ltimos d¨ªas contrasta fuertemente con lo que fue su comportamiento de hace un a?o: a pesar de que la crisis crediticia estall¨® con toda virulencia en el mes de agosto de 2007, las Bolsas norteamericanas siguieron subiendo hasta mediados de octubre, y la espa?ola hasta comienzos de diciembre. Si su capacidad de anticipar los acontecimientos qued¨® entonces bastante en entredicho, probablemente haya que sospechar que ahora les va a pasar otro tanto.
?Cu¨¢l podr¨ªa ahora ser su evoluci¨®n futura? Descartando que todo este proceso pueda terminar en una depresi¨®n econ¨®mica (algo que es alt¨ªsimamente improbable), las ca¨ªdas de las Bolsas suelen tener un patr¨®n de comportamiento muy parecido en las crisis que, como ¨¦sta, parecen cursar con un grado inferior de virulencia. En ocasiones as¨ª, los ¨ªndices generales de las Bolsas norteamericanas suelen caer entre el 40% y el 50% y despu¨¦s recuperarse con bastante rapidez. Las Bolsas europeas suelen hacer algo parecido, aunque con unas p¨¦rdidas m¨¢s elevadas si el d¨®lar se ha depreciado frente al euro (durante el periodo de ca¨ªda de las Bolsas) y m¨¢s moderadas si ha ocurrido lo contrario y es el d¨®lar el que ha estado m¨¢s pujante.
Aplicando esa sencilla pauta a la crisis actual, y habida cuenta de que el ¨ªndice Ibex 35 lleg¨® a un m¨¢ximo de casi 16.000, parece razonable pensar que su ca¨ªda deber¨ªa detenerse en 8.000 como muy abajo, ya que, aunque el d¨®lar y el euro han tenido movimientos muy violentos durante los 12 ¨²ltimos meses, resulta que ahora est¨¢n cotizando en una relaci¨®n muy parecida a la que ten¨ªan en octubre del a?o pasado: 1,36 d¨®lares por euro.
A pesar de sus errores de bulto, se supone que las Bolsas est¨¢n anticip¨¢ndose en estos momentos a los malos datos de actividad econ¨®mica futuros: han reconocido finalmente que el par¨®n del cr¨¦dito va a afectar a la inversi¨®n y al consumo de manera muy negativa y, en su precipitaci¨®n, no hacen m¨¢s que compensar el retraso en descontarlo.
La clave para que los ¨ªndices detengan su ca¨ªda en p¨¦rdidas del 50% como mucho es que los Gobiernos consigan desbloquear el cr¨¦dito y que una ca¨ªda del PIB que podr¨ªa llegar a ser del 2% no termine degenerando en algo mucho m¨¢s grave. Para ello, el Gobierno brit¨¢nico acaba de marcar la direcci¨®n poniendo en marcha, entre otras, una medida fundamental: tomar parte en el capital de los bancos y, sobre todo, avalar sus emisiones de deuda. De esa manera no tendr¨¢n que recurrir tanto al mercado interbancario donde la desconfianza mantiene congelado al hom¨®logo del Eur¨ªbor (el L¨ªbor) muy por encima de donde el Banco de Inglaterra quiere.
Pero a todos los Gobiernos les queda por dar un paso adicional: avalar los pr¨¦stamos que los bancos se hacen entre s¨ª en el mercado interbancario. Eso, con suerte, restaurar¨ªa la confianza y har¨ªa descender el tipo del Eur¨ªbor. Las Bolsas marcar¨ªan su m¨ªnimo (casi siempre lo hacen en plena recesi¨®n) y empezar¨ªa a clarear de nuevo.
Juan Ignacio Crespo es director europeo en Thomson Reuters.
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