Capital Guardiola
El papel de un t¨¦cnico tan vanguardista resulta primordial en el Bar?a, un l¨ªder seductor - El Madrid pasa de escudarse en los ¨¢rbitros a alegar sus m¨²ltiples lesiones - El Villarreal y el Valencia siguen en alza, el Atl¨¦tico se anima con una goleada, respira el Athletic y se disparan las alarmas en el Espanyol
De Eurovisi¨®n al Bolshoi. Del Madrid al Bar?a. La comparaci¨®n entre los dos grandes resulta inevitable. M¨¢xime, si sus partidos se suceden, como ocurri¨® el s¨¢bado, y las evidencias se amplifican, por m¨¢s que el Madrid haya pasado de la conspiraci¨®n arbitral al embrujo de las lesiones.
Hoy, el Bar?a es un vestuario feliz, comprometido con el mensaje de un t¨¦cnico que en cinco meses en el cargo ha sido capaz de articular un equipo deslumbrante, coral, que prevalece incluso por encima de sus excelentes solistas. A la geometr¨ªa de M¨¢rquez, la arquitectura de Xavi, la voracidad de Eto'o y la deliciosa eficacia de Messi, Pep Guardiola ha a?adido un toque cibern¨¦tico. Este Bar?a es vanguardista. Se defiende como nadie, en el campo del rival y con s¨®lo tres zagueros (Piqu¨¦, M¨¢rquez y Puyol). En el S¨¢nchez Pizju¨¢n, ante un adversario tan huesudo como el Sevilla, jam¨¢s dio un paso atr¨¢s, ni cuando el resultado no estuvo a la altura de su brillantez. El Sevilla se ahog¨® en su propia orilla. Este Bar?a se defiende al ataque y mientras ataca se defiende. Sin defensas gen¨¦ticos como Thuram, Zambrotta, Milito y Abidal, Guardiola se protege con un lateral postizo con alma de interior (Alves), un central novato en la Liga que debe remar como escolta del brasile?o (Piqu¨¦), un l¨ªbero con aires de kaiser (M¨¢rquez) y un ¨²nico fajador (Puyol). Ha sido el actual entrenador azulgrana quien ha acunado a Sergio Busquets, quien ha hecho arrumacos a Bojan, quien ha anclado a Messi como ariete y quien ha acercado a Xavi al ¨¢rea rival. El Bar?a no es s¨®lo un ¨¢lbum de estrellas. Se ha sacudido al aire playero que destilaba con el ¨²ltimo Ronaldinho. Y el papel de Guardiola ha sido primordial. Como jugador, tuvo vocaci¨®n de entrenador; como t¨¦cnico, no ha perdido su filiaci¨®n como futbolista. Con botas contradijo a quienes le tachaban de enclenque. No regateaba, no era r¨¢pido, no disparaba y no cabeceaba. Pero jugaba de maravilla. Como t¨¦cnico, s¨®lo se hab¨ªa embarrado por la Tercera, carnaza para los esc¨¦pticos. Hoy quedan pocos ante un l¨ªder tan seductor, al que persiguen el Villarreal (ganador en Huelva) y el Valencia (vencedor del Betis).
Cumplido un tercio del campeonato, Guardiola, que s¨®lo representa a Guardiola, es la mejor noticia. Para el Bar?a, para la est¨¦tica del f¨²tbol espa?ol y para Messi.
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