La bola de nieve que nadie par¨®
Las autoridades desoyeron las denuncias contra el 'broker' de las grandes fortunas
Que Bernard Madoff manejara a alguien sus inversiones era un signo de prestigio. El nombre de esta leyenda de Wall Street fue durante d¨¦cadas sin¨®nimo de fortuna. Pero la realidad se ha impuesto. El gestor infalible, el preferido de las ¨¦lites de medio mundo, hab¨ªa construido durante d¨¦cadas una mentira financiera de proporciones inimaginables. Se calcula que han desaparecido hasta 50.000 millones de d¨®lares (37.470 millones de euros). El esc¨¢ndalo, que ha hecho temblar los mercados y a la aristocracia del dinero, aumenta a medida que se conocen m¨¢s datos. Entre ellos, que las autoridades de supervisi¨®n americanas hicieron caso omiso a las contundentes denuncias que desde 1992 se lanzaron contra Madoff.
En 14 a?os, la firma s¨®lo registr¨® cinco meses con p¨¦rdidas en la inversi¨®n
La lista de clientes enga?ados, entre ellos tambi¨¦n espa?oles, crece. Unos eran hasta esta semana amigos con dinero. Otros, grandes inversores como Fred Wilpon, propietario del equipo de b¨¦isbol de los Metz de Nueva York y gestor del fondo Sterling Equities, o Norman Braman, propietario del equipo de f¨²tbol americano los Eagles de Filadelfia. Hay asimismo organizaciones vinculadas a la comunidad jud¨ªa. Y grandes instituciones como el banco japon¨¦s Nomura o el BNP Paribas.
Tambi¨¦n eran clientes de Madoff otras firmas europeas como la Union Bancaire Privee, Brandean Alternatives y Pioneer Alternative Investments, filial de UniCredit. Otros nombres que se citan son los de Frontbridge, Maxam Advisor, Tremont Capital, Bank Syz, Lombardier, Ascot Fund, las familias Loeb y Wilpon, y el Club de Campo de Palm Beach. Aunque los grandes afectados puede ser Fairfield Greenwich y Kingate Management.
Las autoridades de supervisi¨®n de EE UU no detectaron problemas en el mundo ideal de Madoff a pesar de que fue investigado en el a?o 1992, hubo denuncias de sus rivales en 1999 y reportajes period¨ªsticos cr¨ªticos con su gesti¨®n en 2000. Hace apenas un par de a?os una firma de inversi¨®n, Aksia, recomend¨® a sus clientes que huyeran de Madoff.
The Hennessee Group, una firma especializada que sigue la rentabilidad de los veh¨ªculos de inversi¨®n, explica que el negocio que manejaba Bernad Madoff ten¨ªa mucho atractivo porque sufri¨® solamente cinco meses de ca¨ªdas entre 1993 y 2007. El retorno medio durante esos 13 a?os fue del 8%. Los analistas dicen ahora que todo era demasiado bonito para ser verdad. Y lo m¨¢s llamativo es que Madoff nunca explic¨® c¨®mo lo consegu¨ªa, ni accedi¨® a detallar los activos que manejaba.
La firma de asesores Aksia investig¨® durante 18 meses las actividades de Bernard Madoff y aconsej¨® a sus clientes que no le confiaran su dinero. "No hab¨ªa una pistola humeante, pero s¨ª muchos farolillos rojos que invitaban a ser prudentes", explican. Y esto es precisamente lo que llama la atenci¨®n, que hubiera tantos inversores de prestigio que no supieran detectar lo que puede acabar siendo un fraude cinco veces mayor que el que tumb¨® la telef¨®nica WorldCom en 2002, o a la el¨¦ctrica Enron y la tecnol¨®gica Tyco.
Las actividades de Madoff se consumaron durante a?os sin ser detectadas por los reguladores del mercado de valores (SEC), hasta que sus dos hijos, Andrew y Mark, destaparon el pastel. Y esto a pesar del escepticismo que circulaba desde hace a?os entre los profesionales de la industria. Algunos de sus rivales llegaron incluso a urgir a las autoridades que investigaran sus pr¨¢cticas en 1999, alegando que sus resultados no eran realistas, y la revista financiera Barrons puso en duda sus retornos en un reportaje publicado en 2001.
La SEC echa balones fuera y dice que est¨¢ intentando montar las piezas del esquema, examinando la abundante documentaci¨®n recabada en la sede de la firma financiera en el coraz¨®n de Manhattan. La firma ya fue investigada en 1992, pero no se encontr¨® ning¨²n motivo para actuar. Los investigadores, que reconocen estar sorprendidos ahora con la dimensi¨®n de este fraude, trabajan para determinar su alcance. Y quieren esclarecer si Madoff actu¨® solo. No son ni si quiera capaces de explicar cuando empez¨® el esquema.
"No es que operara bajo el radar. Es que construy¨® el radar", indican fuentes del sector en un intento por entender c¨®mo pudo mantenerse activa durante tanto tiempo esta trama, conocida como Ponzi, un fraude de tipo piramidal en el que los primeros inversores son pagados con el dinero que recaudan de las ¨²ltimas v¨ªctimas. Y advierten que fue posible "porque no hay polic¨ªas suficientes en el mercado para vigilar que se cumplen las reglas".
Los 37.470 millones de euros los que habl¨® Bernard Madoff a sus hijos, altos ejecutivos de la firma, parec¨ªan mucho en un primer momento. Pero s¨®lo el fondo Fairfield puso en sus manos 5.620 millones de euros de sus clientes. Hay muchas preguntas a¨²n sin respuestas. Pero los inversores afectados por el fraude no quieren dejar pasar el tiempo y ya est¨¢n preparando acciones legales para recuperar el m¨¢ximo del dinero que confiaron al gur¨². Lo m¨¢s seguro es que los clientes de Madoff se queden sin nada.
Mientras tanto, en el mundo financiero se teme por el da?o que este caso pueda hacer a la industria de los hedge funds, porque representa un ataque directo a la confianza de muchos inversores, que se lo pensar¨¢n dos veces antes de jugar su dinero y pondr¨¢n en cuesti¨®n el valor de los fondos. "Es desafortunado que esto pueda haber durado tanto tiempo sin que nadie tuviera la m¨ªnima idea de lo que pasaba", se?ala Harvey Pitt, ex presidente de la SEC.
Y el momento en el que salta este esc¨¢ndalo, como se?alan desde BarclayHedge, "no puede ser peor" para el sector, que sobrevive a duras penas a la crisis que arranc¨® precisamente con el colapso, en el verano de 2007, de dos fondos especulativos de Bear Stearns, la primera v¨ªctima del terremoto provocado por las hipotecas basura.
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