Los lamentos de las v¨ªctimas de Madoff
Un centenar de estafados reclama justicia y relata sus dramas personales
"A esto hemos llegado". Con esta exclamaci¨®n desgarrada acaba la carta que Kathleen Bignell envi¨® al juez Danny Chin relatando el drama que desde hace seis meses vive su familia, una de las miles de v¨ªctimas del fraude m¨¢s grande en la historia de Wall Street, dise?ado y ejecutado por Bernard Madoff. No les queda nada y viven de la pensi¨®n de su padre, de 89 a?os, al que le dijo que no puede morirse. "No tendremos dinero para enterrarlo".
Su lamento se repite una y otra vez en el m¨¢s de un centenar de cartas que el magistrado utilizar¨¢ como gu¨ªa para dictar sentencia el pr¨®ximo 29 de junio, recogidas en un documento entregado por la fiscal¨ªa como prueba de la gran mentira en la que vivieron. Las cartas est¨¢n tambi¨¦n repletas de insultos como "monstruo", "ladr¨®n", "asesino", "violador" o "diablo" y piden para Madoff una condena ejemplar.
Monstruo, ladr¨®n, asesino o violador son algunos insultos al defraudador
"Sabiendo por la SEC -siglas en ingl¨¦s del regulador burs¨¢til- que era un broker seguro, pensamos que estaba bien entregarle nuestro dinero", dice Bignell. Es gente normal, como Paul Allen, de 89 a?os, y su mujer, que viven de la pensi¨®n.
O como Ronnie Sue y Dominic Ambrosino, tambi¨¦n jubilados, que relatan que ya no les queda nada. Sus ingresos eran muy bajos y viv¨ªan una vida modesta. Confiaron sus ahorros a Madoff, hasta el ¨²ltimo d¨®lar. Incluso vendieron su casa para destinar el beneficio a una inversi¨®n que pensaron ser¨ªa su seguro de vida. "La devastaci¨®n emocional es tan intensa que no se puede describir", dicen en una extensa carta. Toda su vida para llegar a tener miedo de pinchar la rueda del coche, porque no podr¨¢n pagar la reparaci¨®n.
Los testimonios son desgarradores, como el de Morton Chalek, de 86 a?os, veterano de la II Guerra Mundial. "Tengo una rodilla rota, c¨¢ncer de pulm¨®n y gracias a Madoff estoy en bancarrota". Su familia ten¨ªa 2,3 millones de d¨®lares invertidos en noviembre de 2008. Dos semanas despu¨¦s, relata, lo perdi¨® todo. "Me vi obligado a mudarme a un apartamento m¨¢s peque?o y ahora trato de sobrevivir con una paga de 900 d¨®lares mensuales".
Otros, como Carl Kornblum, de 70 a?os, tuvieron que volver a trabajar y vender su casa para tener un sustento financiero con el que llegar a final de mes. Tanto ¨¦l como su mujer, de 66 a?os, fueron en la juventud amigos de Bernie y Ruth Madoff. "?Se lo puede creer?", le dicen al juez. B¨¢rbara Brown llevaba 30 a?os con Madoff. Dice que no puede ayudar a sus padres, muy ancianos, pero se siente afortunada porque sus hijos le apoyan.
Randy Baird, otra v¨ªctima, define al ex presidente del Nasdaq como un "soci¨®pata", un ser "sin alma, ni conciencia, ni remordimientos". Un "criminal en serie" que iba cobr¨¢ndose v¨ªctimas conforme abr¨ªa nuevas cuentas. "No es un ladr¨®n ordinario", dice Michael de Vita, "este es el hombre que rob¨® la vida a las personas, arruin¨® a familias". "Sentencie a ese monstruo llamado Madoff con el castigo m¨¢s severo posible", solicita.
La trama no s¨®lo se cobr¨® los ahorros de cientos de jubilados. Tambi¨¦n golpe¨® a obras ben¨¦ficas de la comunidad jud¨ªa. Es el caso de Caren Low. Su familia est¨¢ vinculada a la escuela de medicina Albert Einstein o a la Universidad Hebrea en Jerusal¨¦n. Ahora est¨¢ tomando antidepresivos. "Es repugnante", afirma. "La lecci¨®n es que no debes dar tanto dinero antes de morir, porque nunca se sabe lo que puede pasar", remacha.
De entre este centenar de v¨ªctimas, ocho, como Adriane Biondo, esperan poder hablar ante el tribunal, y plantar cara a Bernard Madoff cuando se dicte sentencia. Todos piden a Chin que "haga lo correcto", que se aplique la pena m¨¢xima de 150 a?os de c¨¢rcel que corresponde a los 11 delitos que pesan sobre el infame gestor de fondos, para que responda as¨ª al da?o cometido.
?sa es la ¨²nica esperanza que les queda a los Hirschhorn. "El p¨²blico necesita saber que esto puede pasarle a cualquiera". Y como dice Steve Norton, no puede haber perd¨®n. "No permita que una mente criminal como ¨¦sta vuelva a hacerlo". Madoff, de 71 a?os, est¨¢ en prisi¨®n desde marzo, tras admitir que ejecut¨® un fraude que cost¨® m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares a los inversores.
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