Brasil va a por todas
Premiado con los Juegos de 2016 y convertido en potencia econ¨®mica, el pa¨ªs asume el reto de erradicar la pobreza
En 1941, el escritor austriaco Stefan Zweig recal¨® en R¨ªo de Janeiro. No era consciente, pero hab¨ªa llegado a Brasil para consumir el poco tiempo que le quedaba de vida. Antes de suicidarse a comienzos de 1942, Zweig culmin¨® un ensayo titulado Brasil, un pa¨ªs de futuro, en el que retrat¨® magistralmente un pa¨ªs de gran potencial que alg¨²n d¨ªa ser¨ªa un referente econ¨®mico y tecnol¨®gico en el mundo, una potencia emergente que lograr¨ªa superar el drama de la desigualdad y las favelas.
Desde entonces, no pocos han tachado la obra de Zweig de poco objetiva, de euroc¨¦ntrica y de no tener en cuenta la cruda realidad de un pa¨ªs que a¨²n ten¨ªa las heridas abiertas de las ocupaciones coloniales, de la tragedia de la esclavitud y los caciques. Cierto es que despu¨¦s de la publicaci¨®n de este libro vinieron ¨¦pocas m¨¢s o menos pr¨®speras, una dictadura militar de 20 a?os que mutil¨® las libertades en todo el pa¨ªs y, por fin, la decadencia m¨¢s absoluta en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas del siglo pasado, con una hiperinflaci¨®n descontrolada y una desigualdad social que no hizo m¨¢s que crecer exponencialmente. La violencia y el narcotr¨¢fico camparon a sus anchas en las principales urbes brasile?as. Los tristemente conocidos meninos da rua pasaron a ser la dram¨¢tica fotograf¨ªa de Brasil. El panorama era desalentador y parec¨ªa que Zweig hubiese errado de lleno en sus vaticinios.
Todos los ¨¦xitos giran en torno a la figura del presidente Lula da Silva
Brasil ha hecho avances sociales sin colisionar con los dictados del mercado
La econom¨ªa ha mostrado una gran solidez en medio de la debacle general
La actividad despegar¨¢ en 2010, con un crecimiento estimado del 4,5%
Lula intenta mermar la influencia de EE UU en la econom¨ªa mundial
Los yacimientos de petr¨®leo financiar¨¢n programas sociales y educativos
China se convirti¨® en abril en el primer socio comercial de Brasil
S¨®lo la corrupci¨®n amenaza con desdibujar un futuro prometedor
Ha sido necesario esperar casi 70 a?os para que la visi¨®n que tuvo el autor de Carta de una desconocida comience a tornarse en realidad. Hoy, Brasil, un pa¨ªs de futuro podr¨ªa revelarse como una obra m¨¢s actual que nunca, aunque tambi¨¦n podr¨ªa titularse perfectamente Brasil, un pa¨ªs de presente. Lo confirman las constantes noticias que surgen sobre el gigante suramericano: crecimiento econ¨®mico sostenido, solidez para aguantar la embestida de la crisis financiera, creaci¨®n imparable de empleo, descubrimiento de ingentes cantidades de petr¨®leo en sus profundidades marinas, consolidaci¨®n de su tejido industrial, disminuci¨®n incesante de la desigualdad social con un consecuente surgimiento de la denominada nueva clase media, liderazgo pol¨ªtico, econ¨®mico y militar en Latinoam¨¦rica...
Hace algunos d¨ªas, este rosario de ¨¦xitos alcanzaba su cl¨ªmax con la victoria de R¨ªo de Janeiro en la pugna por la sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016, que supondr¨¢ una inversi¨®n de 14.400 millones de d¨®lares (casi 10.000 millones de euros) en mejoras para una ciudad que arrastra como una cruz la fama de ser uno de los lugares m¨¢s violentos e inseguros del planeta. El Mundial de F¨²tbol 2014 tambi¨¦n se celebrar¨¢ en Brasil. La euforia y el optimismo est¨¢n presentes a lo largo y ancho del pa¨ªs porque, por primera vez en muchas d¨¦cadas, los brasile?os est¨¢n viviendo un momento hist¨®rico en el que todas las piezas parecen encajar. Y todos estos ¨¦xitos giran en torno a la figura del presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva, cuyos niveles de popularidad superan el 76%. Hasta Barack Obama lo certific¨® en la pasada cumbre del G-20 celebrada en Londres, cuando le espet¨® a Lula frente a otros l¨ªderes: "?ste es el hombre del momento".
?Cu¨¢les han sido las claves del ¨¦xito de la pol¨ªtica econ¨®mica aplicada por el ex sindicalista? Ser¨ªa injusto responder a esta pregunta sin hacer menci¨®n al periodo de ocho a?os comandado por el antecesor de Lula en la Presidencia, el socialdem¨®crata Fernando Henrique Cardoso, la persona que puso las bases del a¨²n vigente modelo econ¨®mico basado en tres pilares: un tipo de cambio flexible, un sistema de consecuci¨®n de metas anuales para reducir progresivamente la inflaci¨®n y el rigor como principio inquebrantable en la gesti¨®n de las cuentas p¨²blicas.
El Gobierno brasile?o, que al iniciar su gesti¨®n suscit¨® no pocos recelos en el mundo empresarial, ha demostrado que se puede llevar a cabo un programa pol¨ªtico de corte social sin necesidad de entrar en colisi¨®n con los dictados del mercado. Muchos creyeron que el desembarco de Lula pod¨ªa suponer una suerte de cubanizaci¨®n de Brasil. Y se equivocaron. Hasta Cardoso, que contin¨²a militando en las filas de la oposici¨®n m¨¢s feroz al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, admiti¨® recientemente: "Brasil est¨¢ mejor de lo que estaba y va a continuar mejorando".
La crisis financiera internacional ha supuesto el bautismo de fuego de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. Pese al descalabro de los ¨ªndices de crecimiento en el ¨²ltimo trimestre de 2008 y el primero de 2009, la econom¨ªa brasile?a ha demostrado una solidez inusitada en medio de una debacle general. Los analistas consultados por el Banco Central de Brasil (BCB) para la elaboraci¨®n de sus previsiones semanales coinciden en que el pa¨ªs suramericano cerrar¨¢ el ejercicio 2009 con una tasa de crecimiento del PIB pr¨¢cticamente nula (0,01%). La noticia no es para nada negativa, sobre todo si se tiene en cuenta que hace tan s¨®lo algunos meses los mismos expertos pronosticaron n¨²meros rojos para este a?o. El Banco Central tambi¨¦n prev¨¦ un despegue definitivo de la econom¨ªa brasile?a en 2010, con un crecimiento estimado en el 4,5%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) es m¨¢s comedido: considera que la econom¨ªa brasile?a caer¨¢ este a?o el 0,7%, para crecer el 3,5% en 2010. Aunque el FMI tiene previsto mejorar esas cifras en s¨®lo unos d¨ªas, cuando presente las perspectivas econ¨®micas de Am¨¦rica Latina, que al igual que Brasil est¨¢ capeando bastante bien la crisis.
"Hemos demostrado tener musculatura a la hora de afrontar la crisis econ¨®mica. Mientras en el resto del mundo se ha reducido el empleo, nosotros vamos a cerrar este a?o con un m¨ªnimo de un mill¨®n de nuevos puestos de trabajo", coment¨® recientemente ante un grupo de corresponsales extranjeros Dilma Rousseff, n¨²mero dos del Gobierno brasile?o y candidata del PT para suceder a Lula en las elecciones del pr¨®ximo a?o. El dato est¨¢ en sinton¨ªa con el ¨²ltimo informe presentado por el Instituto Brasile?o de Geograf¨ªa y Estad¨ªstica (IBGE), en el que se muestra que en 2008 Brasil alcanz¨® su mejor indicador de paro desde 1992. La tasa de desempleo cay¨® el a?o pasado hasta el 7,2% y fue acompa?ada de una subida considerable de la renta per c¨¢pita mensual, que lleg¨® a los 1.041 reales (algo menos de 400 euros).
Rousseff, ex guerrillera y mujer de confianza del actual presidente, que hace dos semanas anunci¨® su curaci¨®n definitiva de un c¨¢ncer linf¨¢tico, mencion¨® tambi¨¦n varios indicadores que en su conjunto configuran un horizonte muy alentador: los analistas estiman que el super¨¢vit de la balanza comercial brasile?a llegar¨¢ a los 25.850 millones de d¨®lares (17.800 millones de euros) en 2009. Brasil tambi¨¦n muestra unas cuentas razonablemente saneadas, con una deuda p¨²blica estimada en el 44% del PIB en 2009 y unas reservas que ascienden a 220.000 millones de d¨®lares. Adem¨¢s, el pa¨ªs suramericano ha obtenido el grado de inversi¨®n otorgado por las m¨¢s acreditadas agencias de calificaci¨®n crediticia: Moody's, Standard & Poor's y Fitch, una especie de sello de calidad que se concede a los pa¨ªses que demuestran garant¨ªas y seguridad para la entrada de capitales extranjeros.
Sin embargo, esa pujanza no est¨¢ exenta de peligros. "Existe el riesgo de que el atractivo de la econom¨ªa brasile?a provoque una entrada masiva de capitales, y es problem¨¢tico manejarse en la abundancia: en especial, por una peligrosa apreciaci¨®n del tipo de cambio del real, que perjudicar¨ªa su competitividad", advierte Nicol¨¢s Eyzaguirre, responsable del FMI para el hemisferio occidental (es decir, para Am¨¦rica). "Pero Brasil se erige claramente como locomotora de Am¨¦rica Latina, tanto por sus materias primas y su relaci¨®n privilegiada con China como por esos deberes hechos en materia de pol¨ªtica macroecon¨®mica", a?ade.
Durante los siete a?os que Lula lleva al frente del Ejecutivo, Brasil ha logrado garantizar la estabilidad de los precios, uno de los asuntos m¨¢s delicados en un pa¨ªs en el que, desde mediados de los ochenta, una hiperinflaci¨®n desbocada mutil¨® la exigua capacidad de consumo de las clases menos pudientes (en 1993, la inflaci¨®n anual alcanz¨® la friolera del 2.477%). A trav¨¦s de un sistema de metas para cada ejercicio, Brasil registra desde 2005 ¨ªndices de inflaci¨®n por debajo del 6% anual. Otro de los grandes aciertos atribuibles a los dos ¨²ltimos presidentes brasile?os consiste en una pol¨ªtica cambiaria anclada en una fluctuaci¨®n estable del real frente al d¨®lar. La divisa brasile?a lleva meses fortalecida con tipos de cambio por debajo de dos reales por d¨®lar, algo que los m¨¢s cr¨ªticos consideran un grave obst¨¢culo para las exportaciones. El real se ha apreciado m¨¢s del 30% respecto al d¨®lar desde finales de marzo. No obstante, el destacable super¨¢vit que registra Brasil en su balanza comercial contradice esta tesis.
El dif¨ªcil acceso al cr¨¦dito bancario es otro de los asuntos m¨¢s candentes en este pa¨ªs, que en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha tenido los tipos de inter¨¦s m¨¢s altos del mundo. La situaci¨®n parece que se est¨¢ revirtiendo progresivamente con constantes recortes de tipos por parte del Banco Central, hasta llegar al escenario actual (tipo b¨¢sico anual del 8,75%), que se a?aden a los est¨ªmulos fiscales y monetarios. Eyzaguirre, del FMI, es partidario de una retirada gradual de esos est¨ªmulos una vez se ha demostrado que Brasil va a salir de la crisis como un tiro.
Lula lleva meses haciendo campa?a para prescindir del d¨®lar como divisa de referencia en las operaciones comerciales entre Brasil y terceros pa¨ªses. Es una idea que ya ha vendido a los presidentes de Argentina, Uruguay, Colombia y China. Seg¨²n Brasilia, el objetivo principal de esta maniobra consiste en simplificar y abaratar las transacciones eliminando un eslab¨®n de la cadena cambiaria. Sin embargo, tras esta l¨®gica aplastante se vislumbra otro argumento de mayor calado: la clara intenci¨®n de Brasil de mermar la influencia de EE UU en la econom¨ªa mundial. "No necesitamos el d¨®lar. ?Por qu¨¦ dos pa¨ªses importantes como China y Brasil tienen que usar el d¨®lar como referencia en lugar de sus monedas nacionales? Esto es absurdo, as¨ª como darle a un solo pa¨ªs el poder de imprimir esta moneda. Necesitamos darle m¨¢s valor a las monedas china y brasile?a", afirm¨® Lula el pasado mayo a la revista china Caijing. Esta declaraci¨®n coincidi¨® con otra noticia a¨²n m¨¢s inquietante para Washington: un mes antes, China se hab¨ªa convertido en el primer socio comercial de Brasil, desbancando por primera vez a EE UU.
El FMI defiende parcialmente esa tesis. "La preponderancia del d¨®lar como moneda de reserva internacional y como divisa para las transacciones comerciales genera ciertos problemas: si EE UU endurece su pol¨ªtica monetaria y restringe su oferta de d¨®lares, o si hay un colapso en el mercado como ocurri¨® tras la quiebra de Lehman Brothers, desaparece la liquidez en d¨®lares y las econom¨ªas m¨¢s ligadas a esta econom¨ªa sufren en demas¨ªa", declara Eyzaguirre. Por esa raz¨®n, econom¨ªas como la brasile?a acumulan grandes reservas en d¨®lares, que de alguna manera lastran la recuperaci¨®n mundial, pero a la vez suponen un seguro de vida contra crisis imprevistas.
Lula es un animal pol¨ªtico cuya intuici¨®n y olfato para estar en todo momento en el lugar indicado est¨¢ fuera de discusi¨®n. Despierta la simpat¨ªa de Barack Obama, al tiempo que mira hacia otro lado ante las tropel¨ªas del presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez. Su carisma y capacidad para agradar a tirios y troyanos parece no conocer l¨ªmites, quiz¨¢ porque ha forjado un estilo muy personal de hacer pol¨ªtica basado en la moderaci¨®n. Nunca lo ha reconocido abiertamente, pero de esta manera lleva a?os desmarc¨¢ndose de Ch¨¢vez, que encarna a la izquierda suramericana m¨¢s tradicional. Sin embargo, el l¨ªder bolivariano contin¨²a consider¨¢ndolo de los suyos. Lula se ha consagrado como el rey del funambulismo pol¨ªtico.
Un asunto crucial para el presidente brasile?o es la reforma de los ¨®rganos de Gobierno de instituciones financieras como el Banco Mundial o el FMI, que Brasilia considera obsoletos y nada representativos del nuevo orden planetario. Lula opina que las potencias emergentes englobadas en el grupo BRIC (Brasil, Rusia, la India y China) est¨¢n infrarrepresentadas en estas instituciones y, cada vez que tiene la oportunidad, exige modificaciones urgentes en este sentido. Lo hace con la autoridad de quien ejerce activamente un liderazgo econ¨®mico: cuando la crisis mundial alcanz¨® su m¨¢xima expresi¨®n, Brasil anunci¨® un pr¨¦stamo al FMI por valor de 10.000 millones de d¨®lares, y de esta manera pas¨® a formar parte del selecto grupo de socios donantes de la instituci¨®n. Incluso el FMI es consciente de que ese movimiento tect¨®nico de la econom¨ªa mundial dar¨¢ m¨¢s poder a los emergentes. "Tras esta crisis, China se ha convertido ya en el imperio oficioso: en este periodo de transici¨®n veremos a grandes potencias convertidas en d¨¦biles potencias, y a d¨¦biles potencias, como los BRIC, convertidos en fuertes", se?alaba esta semana Niall Ferguson, historiador econ¨®mico de Harvard, en la cumbre de oto?o del FMI en Estambul.
El pasado marzo, el l¨ªder brasile?o responsabiliz¨® a los banqueros "blancos con ojos azules" del estallido de la crisis mundial y a d¨ªa de hoy su opini¨®n no ha cambiado. En los foros internacionales, Brasil asume desde hace a?os el papel de portavoz oficioso de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, en especial de los latinoamericanos y africanos. De hecho, en los contubernios de la pol¨ªtica brasile?a cada vez cobra m¨¢s fuerza la tesis de que Lula, una vez abandone el Gobierno en enero de 2011, podr¨ªa lanzar una fundaci¨®n que tendr¨ªa como objetivo mejorar las condiciones de vida en ?frica.
Para Brasilia, lograr un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, el ¨®rgano donde se toman las verdaderas decisiones y en el que, desde su fundaci¨®n, s¨®lo est¨¢n representadas las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial (EE UU, China, Francia, Reino Unido y Rusia), ser¨ªa la manera m¨¢s efectiva de que la voz y los intereses del Tercer Mundo sean tenidos en cuenta. El argumento esgrimido por Lula para alcanzar este objetivo a corto o medio plazo es el indiscutible liderazgo brasile?o en la regi¨®n suramericana. Brasil es la primera econom¨ªa de Am¨¦rica Latina, y esta supremac¨ªa se asienta en unas s¨®lidas finanzas que representan el 57% del capital del subcontinente.
Los constantes hallazgos petrol¨ªferos frente a las costas de los Estados de Esp¨ªritu Santo, R¨ªo de Janeiro y S?o Paulo apuntalan la tesis de que Brasil marcar¨¢ el paso de la regi¨®n en las pr¨®ximas d¨¦cadas. Antes de que acabe el a?o, Lula pretende aprobar un nuevo marco legislativo para regular la explotaci¨®n de las enormes bolsas de crudo de excelente calidad que se encuentran en el denominado presal, una zona submarina ultraprofunda situada bajo una gruesa capa de sal de dos kil¨®metros de espesor. Este marco estar¨¢ compuesto por cuatro leyes que definir¨¢n, entre otros asuntos, las cuotas de participaci¨®n de las petroleras extranjeras en el negocio, la creaci¨®n de una nueva compa?¨ªa estatal, ya bautizada como Petrosal, o las compensaciones econ¨®micas que recibir¨¢n los Estados brasile?os donde se sit¨²an los megacampos de crudo. Ya se sabe que la estatal Petrobras, aparte de ser la operadora privilegiada, tendr¨¢ un m¨ªnimo del 30% de las participaciones en todas las perforaciones.
El presal, que, seg¨²n los expertos en energ¨ªa, representa la gallina brasile?a de los huevos de oro, est¨¢ predestinado a convertirse en la fuente de financiaci¨®n de un nuevo fondo social que sustentar¨¢ proyectos relacionados con la educaci¨®n, la erradicaci¨®n de la pobreza y el desarrollo tecnol¨®gico y cient¨ªfico del pa¨ªs. Habr¨¢ dinero para todo ello, puesto que s¨®lo en uno de los campos, el bautizado como Tup¨ª, frente a las costas paulistas, se estima que hay sumergidos entre 5.000 y 8.000 millones de barriles de crudo ligero.
La reducci¨®n de la pobreza y de la desigualdad social ha sido otro de los grandes retos del Gobierno durante los ¨²ltimos a?os. El crecimiento sostenido y la creaci¨®n de empleo, acompa?ados de una s¨®lida pol¨ªtica social cuyo tal¨®n de Aquiles es el programa de asistencia Bolsa Familia, han surtido un efecto innegable: entre 2003 y 2008, 19,3 millones de personas dejaron atr¨¢s la miseria y se incorporaron a la bautizada como nueva clase media, que hoy representa el 53,2% de los brasile?os, seg¨²n datos de la Fundaci¨®n Getulio Vargas.
No obstante, el trabajo infantil y los excesivos niveles de analfabetismo siguen siendo un problema enquistado en Brasil. Seg¨²n el IBGE, aunque entre 2007 y 2008 el ¨ªndice de trabajo infantil mejor¨® sensiblemente, el a?o pasado a¨²n trabajaban en Brasil casi 4,5 millones de ni?os de edades comprendidas entre 5 y 17 a?os. Esto quiere decir que el 10,2% de los ni?os y adolescentes brasile?os formaban parte de la masa trabajadora del pa¨ªs, en su mayor¨ªa de manera ilegal.
El instituto estad¨ªstico apunta un dato a¨²n m¨¢s sangrante: muchos de estos ni?os y adolescentes afrontaban "triples jornadas", que se traducen en simultanear trabajo con estudios (80% de los que trabajan) y con tareas dom¨¦sticas (57,1% de los que trabajan y estudian). Pese a una elevada tasa de escolaridad (97,5%), los brasile?os mayores de 15 a?os que no sab¨ªan leer ni escribir a¨²n representaban el 10% de la poblaci¨®n total del pa¨ªs el a?o pasado, y analfabetos funcionales hab¨ªa m¨¢s del doble (21%). La idea del Gobierno es que los beneficios del boyante negocio petrol¨ªfero contribuyan a revertir estas m¨¢s que preocupantes cifras.
Brasil es actualmente la novena econom¨ªa del planeta, pero seg¨²n el FMI tiene el potencial para escalar en la lista de los pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros hasta situarse en la sexta posici¨®n de un nuevo orden mundial liderado por el grupo BRIC. Para que esto suceda, el gigante suramericano a¨²n debe demostrar que sabe aprovechar esta oportunidad ¨²nica que le brinda la historia. Con una poblaci¨®n de 192 millones de habitantes, petr¨®leo en cantidades nunca antes imaginadas y una democracia consolidada, deber¨ªa tener la capacidad de hacer frente a los retos que se alzan en el horizonte m¨¢s inmediato.
S¨®lo la corrupci¨®n, enquistada desde hace d¨¦cadas en la clase pol¨ªtica brasile?a, representa en s¨ª misma un drag¨®n de siete cabezas que amenaza con desdibujar un futuro prometedor. El mismo futuro que Stefan Zweig so?¨® para Brasil hace casi 70 a?os. La semana pasada, Lula tuvo otro sue?o: que en 10 a?os las favelas se conviertan en barrios humildes libres de una violencia sinf¨ªn. Que a nadie le extra?e si termina haci¨¦ndose realidad.
El deporte como religi¨®n
La victoria de R¨ªo de Janeiro en la pugna para albergar los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016 llega como el man¨¢ en un momento de euforia colectiva. Para Brasil, que tambi¨¦n organizar¨¢ el Mundial de F¨²tbol de 2014, el acontecimiento representa la cuadratura del c¨ªrculo, ya que en este pa¨ªs el deporte es como una religi¨®n m¨¢s. Con esta victoria, el presidente Lula da Silva no s¨®lo ha conseguido poner por primera vez a Suram¨¦rica en el mapa ol¨ªmpico, sino tambi¨¦n colgarse una medalla otorgada por la comunidad internacional en reconocimiento a una brillante gesti¨®n de siete a?os. Con tama?o colof¨®n, el ex sindicalista ha ingresado definitivamente en el Olimpo de los l¨ªderes m¨¢s valorados e influyentes del planeta.
La realidad es que muchos brasile?os ten¨ªan fe ciega en que R¨ªo conseguir¨ªa alzarse con la victoria en Copenhague. La ciudad est¨¢ tocada por una belleza natural incomparable, y aunque a¨²n hay mucho trabajo por delante, el dinero del petr¨®leo descubierto frente a los litorales de tres Estados brasile?os garantiza los recursos necesarios para la ejecuci¨®n de unas fara¨®nicas obras. El capital humano carioca tambi¨¦n ser¨¢ decisivo para el ¨¦xito del c¨®nclave ol¨ªmpico: los vecinos de la ciudad maravillosa son optimistas y resueltos por naturaleza. No en vano, la revista Forbes acaba de escoger a R¨ªo de Janeiro como la ciudad m¨¢s feliz del planeta.
Brasil ya ha anunciado una megainversi¨®n p¨²blica y privada en infraestructura por valor de 14.400 millones de d¨®lares (casi 10.000 millones de euros). El dinero ir¨¢ destinado a culminar las obras del metro de R¨ªo, nuevas instalaciones deportivas, duplicar las plazas hoteleras, mejoras urban¨ªsticas y refuerzo de la seguridad en la ciudad. De cumplirse estos objetivos, R¨ªo podr¨ªa sacudirse definitivamente el estigma de ser una de las ciudades m¨¢s violentas del mundo.
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