"Me han bajado el sueldo 300 euros"
La crisis obliga a algunos a mandar menos dinero a sus familias
Madrugar cada ma?ana para trabajar en una f¨¢brica de muebles, recibir poco dinero por ello, sacar fuerzas para criar tres hijos y, a pesar de todo, perder su casa por falta de liquidez. Los motivos fueron m¨¢s que suficientes para que Florica Baciu, una inmigrante rumana de 46 a?os, dejara su pa¨ªs y viniera a Espa?a hace cinco. Le contaron que aqu¨ª ganar¨ªa m¨¢s dinero y su vida dejar¨ªa de ser un paseo constante por la cuerda floja. Al principio funcion¨®.
A pesar de separarse de su marido y de las dificultades propias de la llegada, la experiencia se parec¨ªa bastante a lo que le hab¨ªan dibujado. "Pero ahora la situaci¨®n no es muy diferente a la que viv¨ªa en mi pa¨ªs", admite Florica. "Este a?o me han bajado el sueldo de 800 a 500 euros por mi trabajo como empleada del hogar, y s¨®lo la habitaci¨®n donde duermo en una casa compartida con cuatro personas ya me vale 200 euros. Vivir ahora en Espa?a ya no es una ventaja"."A Madrid vine por dinero, ?por qu¨¦ va a ser si no?", reconoce Javier P., un ecuatoriano de 30 a?os que trabaja conduciendo camiones de obra. "A m¨ª no me interesa la nacionalidad. Alg¨²n d¨ªa, cuando ahorre, volver¨¦ a mi pa¨ªs", dice. Javier pertenece a ese grupo de inmigrantes que mantiene su sueldo por encima de los 1.000 euros y, por el momento, no se ha visto necesitado. Su situaci¨®n es privilegiada en comparaci¨®n con la de otros extranjeros.
Victoria Guzm¨¢n, colombiana de 28 a?os, es un ejemplo de la otra cara de la moneda. Se queja de su sueldo. La crisis tambi¨¦n afecta a los clientes que acuden al bar donde trabaja como camarera y ya apenas ve propinas, un extra que le resultaba pr¨¢cticamente imprescindible. "De donde yo vengo, si no tienes a nadie en el extranjero que env¨ªe dinero, es muy dif¨ªcil sobrevivir. Y en mi familia me toc¨® a m¨ª. Tengo que mandar para mi mam¨¢, mi pap¨¢ y la hija que tengo all¨ª", explica con gesto agobiado, "y adem¨¢s, dejar para vivir con mi marido y la hija que tengo en Espa?a. La cosa se est¨¢ poniendo cada vez m¨¢s dif¨ªcil", admite.
Para poder seguir manteniendo a sus familias en sus pa¨ªses de origen y adem¨¢s vivir aqu¨ª, muchos inmigrantes se ven obligados a estrecharse un cintur¨®n al que ya no le quedan m¨¢s agujeros. "Yo ya no s¨¦ d¨®nde va a llegar nuestro nivel de vida", se queja Etel Angulo, una inmigrante peruana de 35 a?os. "Cada vez veo m¨¢s compatriotas que se quedan sin trabajo o sin casa. A m¨ª me han bajado el sueldo de limpiadora de 900 a 750 euros y ahora estoy viviendo en una habitaci¨®n con mi marido y mi hijo, compartiendo la casa entre tres familias".
Frank Evans estudi¨® ingenier¨ªa industrial en su pa¨ªs, Ghana, y vino a Espa?a hace m¨¢s de 10 a?os para enviar dinero a su familia. "Yo soy de los que no se pueden quejar, tengo un buen trabajo de camionero", cuenta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.