Salvemos la libertad cient¨ªfica
El 'climagate' revela malas pr¨¢cticas investigadoras por presi¨®n ambiental y pol¨ªtica - El calentamiento no est¨¢ en cuesti¨®n, pero es obligado m¨¢s rigor
El climagate se est¨¢ calentando. Los esc¨¦pticos que niegan el cambio clim¨¢tico han encontrado algunos errores cient¨ªficos en la investigaci¨®n sobre el calentamiento global. El ¨²ltimo informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Clim¨¢tico (IPCC) incluy¨® unos resultados que predec¨ªan que los glaciares del Himalaya se iban a fundir 2035, y que se han demostrado falsos, seg¨²n admite el propio panel. Tambi¨¦n han aflorado posibles errores en unos datos de medici¨®n tomados por las estaciones meteorol¨®gicas chinas, e incluidos en el mismo informe del IPCC.
Pero tambi¨¦n la Tierra se est¨¢ calentando. Nada de lo anterior modifica las conclusiones generales del IPCC, que siguen contando con el respaldo mayoritario de los cient¨ªficos. Pero s¨ª revela que la presi¨®n ambiental y pol¨ªtica sobre la cuesti¨®n del cambio clim¨¢tico ha llevado a los investigadores a unas pr¨¢cticas de comunicaci¨®n cient¨ªfica discutibles, o al menos discutidas. La duda es si esta situaci¨®n perturba la libertad intelectual que debe regir en el debate cient¨ªfico.
Rajendra Pachauri est¨¢ recibiendo presiones para dimitir
Los investigadores 'juegan' con datos para ver c¨®mo responde el modelo
Las incertidumbres son parte de cualquier actividad cient¨ªfica
La Ant¨¢rtida se ha ido caldeando una d¨¦cima de grado por d¨¦cada desde 1957
El propio presidente del IPCC, Rajendra Pachauri, est¨¢ recibiendo presiones para dimitir. El centro cient¨ªfico que dirige, el Instituto de Energ¨ªa y Recursos de Nueva Delhi, tiene conexiones con algunas empresas que pueden beneficiarse del impulso a las energ¨ªas renovables. Estos lazos, seg¨²n los climaesc¨¦pticos, constituyen un conflicto de inter¨¦s.
El climagate empez¨® en noviembre, cuando unos hackers colgaron en la Red 10 a?os de correos electr¨®nicos internos del Centro de Investigaci¨®n del Clima de la Universidad de East Anglia (Reino Unido). Un correo del entonces director de la unidad, Phil Jones -que luego dej¨® el cargo a causa del esc¨¢ndalo-, dec¨ªa: "Acabo de completar el truco de Mike en Nature de a?adir la temperatura real a cada una de las series para los ¨²ltimos 20 a?os, y desde 1961 para las de Keith para ocultar el descenso".
El diario The Guardian afirma ahora que la revisi¨®n de miles de correos electr¨®nicos ha revelado "graves errores" en los datos de medici¨®n tomados por las estaciones meteorol¨®gicas chinas. Los cient¨ªficos de East Anglia hab¨ªan incluido estos resultados en un trabajo publicado en 1990, que despu¨¦s fue usado por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Clim¨¢tico (IPCC) en su informe de 2007, para apoyar su tesis de un r¨¢pido calentamiento de la superficie terrestre durante las ¨²ltimas d¨¦cadas.
El climaesc¨¦ptico Douglas Keenan requiri¨® a Jones los resultados tomados por las estaciones meteorol¨®gicas chinas. Seg¨²n Keenan, Jones no facilit¨® los datos. La Universidad de East Anglia lo niega, y asegura que la unidad del clima s¨ª aport¨® "los datos de temperatura y la localizaci¨®n de las estaciones meteorol¨®gicas". Pero esto s¨®lo parece ser cierto para 10 de los 105 requerimientos que hizo Keenan.
Hay m¨¢s puntos denunciados por los climaesc¨¦pticos. Seg¨²n ¨¦stos, el IPCC sostiene que el calentamiento global ha causado un incremento de las p¨¦rdidas econ¨®micas debido a los temporales y otros fen¨®menos extremos, algo que, a su juicio, no est¨¢ demostrado. El panel, sin embargo, rechaza esta acusaci¨®n por basarse en una cita "fuera de contexto". Tambi¨¦n plantean dudas sobre la validez de las predicciones respecto a la reacci¨®n de la Amazonia a los cambios ambientales.
Jones sigue sosteniendo que sus resultados son v¨¢lidos, y niega que su grupo ocultara datos relevantes. "El trabajo que hacemos en esta universidad s¨®lo es una peque?a parte de la ciencia del clima, y hay miles de cient¨ªficos en todo el mundo que apoyan nuestros resultados", declar¨® ayer Jones a la BBC. Pero tambi¨¦n admiti¨® su preocupaci¨®n por estos esc¨¢ndalos, y dijo: "Cualquier trabajo que hagamos a partir de ahora ser¨¢ sometido a un examen muy minucioso".
La revista Nature, que public¨® buena parte de los estudios ahora cuestionados, no ha encontrado motivos para revisarlos. Las conclusiones del IPCC se basan en miles de resultados, que incluyen fen¨®menos tan evidentes como el retroceso de los glaciares, el acelerado deshielo del ?rtico o el cambio en la migraci¨®n de las especies. Los 3.000 principales climat¨®logos del mundo coinciden en que el cambio clim¨¢tico existe, y respaldan las conclusiones del IPCC.
"El asunto se est¨¢ saliendo de madre", dice Manuel de Castro, climat¨®logo de la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo. "Yo no puedo saber lo que ha hecho Phil Jones con los correos, ni si ha retenido informaci¨®n relevante o no; lo que es obvio es que hay mucha gente que est¨¢ radicalmente en contra del IPCC y del calentamiento global, y que se han agarrado a un clavo ardiendo".
De Castro no cree que el climagate afecte en nada a las conclusiones del IPCC sobre el calentamiento de la superficie terrestre, y ofrece dos argumentos. Primero, que el art¨ªculo de Jones de 1990 "es s¨®lo uno de los 15 trabajos que usa el IPCC para sustentar sus conclusiones sobre el calentamiento de la superficie terrestre; y las conclusiones son pr¨¢cticamente las mismas en el estudio de Jones y en todos los dem¨¢s. Hay miles de cient¨ªficos del clima. Todo el mundo no puede hacer trampa".
El segundo argumento es m¨¢s t¨¦cnico, pero afecta justo al fondo del asunto: los datos de las estaciones meteorol¨®gicas chinas. El climaesc¨¦ptico Keenan los cuestiona porque algunas de esas estaciones estaban junto a grandes n¨²cleos urbanos, y por tanto pod¨ªan estar reflejando el incremento de temperatura local, debido a la ciudad, y no una tendencia general de la superficie terrestre.
De Castro se?ala, sin embargo, que el calentamiento de origen urbano s¨®lo se refleja en las temperaturas m¨ªnimas. Y que, desde 1980, ¨¦stas han evolucionado en paralelo con las temperaturas m¨¢ximas, que no son de origen urbano. "Por tanto, si hay un efecto de origen urbano en las medidas del calentamiento de la superficie terrestre, es muy peque?o". De modo que, aun cuando las acusaciones de los climaesc¨¦pticos fueran ciertas, el fondo de la cuesti¨®n no tendr¨ªa mucha sustancia.
Miguel ?ngel Losada, de la Universidad de Granada, es un cient¨ªfico muy cr¨ªtico con una de las conclusiones m¨¢s importantes del ¨²ltimo informe del IPCC: que la principal causa del calentamiento global son las emisiones de CO2 y dem¨¢s gases de efecto invernadero. Pese a ello, no ve el menor indicio de mala pr¨¢ctica en los cient¨ªficos de East Anglia.
"No hay ning¨²n truco en la presentaci¨®n de los datos por Jones y su equipo", dice Losada en referencia al mensaje electr¨®nico de Jones que caus¨® el esc¨¢ndalo (Acabo de completar el truco de Mike...). "Los investigadores juegan con los datos para ver c¨®mo responde el modelo; y esto no s¨®lo es buena pr¨¢ctica cient¨ªfica, sino que es imprescindible en un sistema tan complejo como el clima".
Losada explica que las conclusiones del IPCC sobre el calentamiento de la superficie terrestre se basan en miles de datos tomados en condiciones distintas. Es precisamente el hecho de que que algunas estaciones est¨¦n cerca de las ciudades y otras no lo que fuerza a dar distinto peso a unos datos u otros. Y esto no se hace de forma arbitraria, sino con t¨¦cnicas estad¨ªsticas muy consolidadas. No hay truco en el mal sentido.
Michael Schlesinger, climat¨®logo de la Universidad de Illinois, dijo ayer a este diario: "Lo peor que podr¨ªamos hacer es tomar un enfriamiento natural, a corto plazo, por una refutaci¨®n de que la Tierra se est¨¢ calentando a largo plazo por la actividad humana. Y que esto nos llevara a abandonar el principal objetivo, que es superar la era de los combustibles f¨®siles tan pronto como la econom¨ªa lo permita". Schlesinger a?ade que renunciar a esas pol¨ªticas "dejar¨ªa un legado de calentamiento global a nuestros hijos, nuestros nietos y muchas generaciones m¨¢s, que probablemente no podr¨¢n revertir, y por el que probablemente no nos podr¨¢n perdonar".
Las incertidumbres son parte de cualquier actividad cient¨ªfica, y m¨¢s en un sistema con tantas variables como el clima. Por ejemplo, algunos cient¨ªficos -entre ellos el propio Schlesinger- discrepan del IPCC en que, seg¨²n ellos, la corriente del Golfo ser¨¢ una de las primeras v¨ªctimas del calentamiento global. La raz¨®n es el deshielo de los casquetes polares y de los glaciares de Groenlandia, que vierten caudales de agua dulce en el Atl¨¢ntico Norte. La salinidad del agua all¨ª es necesaria para que el agua superficial de la corriente del Golfo (que procede de zonas tropicales) se hunda y vuelva a viajar hasta los tr¨®picos bajo la superficie del Atl¨¢ntico, cerrando el ciclo.
Schlesinger cree que el comportamiento futuro de la corriente del Golfo depender¨¢ del ritmo de fusi¨®n de la hoja de hielo de Groenlandia. "El bloqueo de la corriente del Golfo se ha considerado hasta ahora como un suceso de grandes consecuencias pero escasa probabilidad", dice. "Pero nuestro an¨¢lisis, incluso descontando las incertidumbres, indica que se trata de un suceso de grandes consecuencias y alta probabilidad".
Seg¨²n los resultados de Schlesinger, la hoja de hielo de Groenlandia no sobrevivir¨¢ al tercer milenio, "o no mucho, seg¨²n el futuro escenario de control de emisiones que uno elija".
La NASA public¨® en 2004 unas mediciones por sat¨¦lite que apoyaban la tesis de que el flujo de la corriente del Golfo puede haberse aminorado ya como consecuencia del deshielo. "El sistema de circulaci¨®n oce¨¢nica del Atl¨¢ntico Norte se ha debilitado notablemente en los ¨²ltimos a?os noventa respecto a las dos d¨¦cadas anteriores", concluy¨® en la revista Science el equipo del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA. "Ignoramos si esta tendencia forma parte del ciclo natural o se debe a factores relacionados con el calentamiento global".
Pero los datos de la NASA han sido muy discutidos por otros cient¨ªficos del clima. La posici¨®n del IPCC en su ¨²ltimo informe es que no cabe hablar del "bloqueo" de la corriente del Golfo en un plazo previsible. Si acaso podr¨ªa darse un "debilitamiento" de su flujo, pero "incluso en los modelos en que la corriente del Golfo se debilita, la predicci¨®n sigue siendo que Europa se calentar¨¢".
Pero otras discrepancias recientes se mueven en sentido contrario al deseado por los climaesc¨¦pticos. Por ejemplo, los climat¨®logos cre¨ªan hasta el a?o pasado que todo el planeta se estaba calentando con la excepci¨®n de la Ant¨¢rtida, y que la mayor parte de este continente se estaba enfriando. Pero cient¨ªficos de la NASA y la Universidad de Washington mostraron, combinando los datos de sat¨¦lites y estaciones en tierra, que no es as¨ª. Durante los ¨²ltimos 50 a?os, la Ant¨¢rtida se ha estado calentando a un ritmo parecido al del resto del mundo. "Pero la gente estaba calculando de cabeza", explic¨® entonces Eric Steig, director del Centro de Investigaci¨®n del Cuaternario de la Universidad de Washington. "Nosotros hemos hecho las matem¨¢ticas con cuidado, en vez de usar el reverso de un sobre, y a?adiendo los datos del sat¨¦lite". Con esto, resulta que la Ant¨¢rtida Occidental se ha estado calentando una d¨¦cima de grado cent¨ªgrado por d¨¦cada desde 1957, o medio grado de promedio en los ¨²ltimos 50 a?os.
Las pol¨¦micas y las hip¨®tesis refutadas son cotidianas en la ciencia. Hablar de trucos en un correo electr¨®nico no es, probablemente, la mejor forma de presentarlas en p¨²blico. Habr¨¢ que buscar otras.
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