?Hay alguien al mando en ese maldito puente?
La Comisi¨®n alumbr¨® ayer Europa 2020, el borrador del programa econ¨®mico de los 27 para este decenio, que debe sustituir a la fracasada Agenda de Lisboa.
Vamos por lo derecho: es un papel vergonzoso. Porque sus ambiciones inmediatas son minimalistas (?mientras la crisis sigue siendo m¨¢xima!). Y porque el m¨¦todo para lograrlas es escu¨¢lido. Es una ep¨ªstola mejor escrita que otras, pero se limita a recomendar. No obliga. Y la UE necesita, como ilustr¨® la crisis desde el estallido de Lehman Brothers, una "gobernanza econ¨®mica", un gobierno econ¨®mico. Alguien en el puente de mando, que emita directrices vinculantes.
?Ambiciones minimalistas? ?Quia! Tambi¨¦n et¨¦reas. A la estrategia para la salida de la crisis, de 32 p¨¢ginas le dedican dos, llenas de manidas vaciedades acerca de la supervisi¨®n financiera y de la retirada de est¨ªmulos fiscales, eso s¨ª, cuando toque, que no se sabe.
Sin Presupuesto de verdad y bien orientado, no hay gobernanza en la UE
Mientras Grecia tiembla y sufre, y los sospechosos habituales especulan contra el euro, a Bruselas s¨®lo se le ocurre anunciar que fabricar¨¢ "un marco para afrontar las inminentes amenazas a la estabilidad financiera del euro como un conjunto". ?En qu¨¦ tiempo verbal conjuga esta gente? ?Inminentes?
Podr¨ªan haber brindado un cat¨¢logo de posibles ayudas de urgencia ad hoc para Atenas. O haber propuesto un Fondo de Emergencia de car¨¢cter permanente dentro de los presupuestos, o sea, un FMI de ¨¢mbito europeo, para salvar problemas como la actual crisis de la deuda soberana, en aplicaci¨®n del art¨ªculo 122 del Tratado. Que requerir¨ªa una reorientaci¨®n del Presupuesto. ?Acaso no es sangrante que con la que est¨¢ cayendo, ¨¦ste siga dedicando m¨¢s de un 41% de sus 133.800 millones a fines esot¨¦ricos, proteccionistas y reaccionarios como los de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n? ?Acaso nadie enunciar¨¢ lo que se necesita hoy? Sin hablar de un Presupuesto superior al 1% del PIB, aunque no llegue al entorno del 30% de EE UU; sin un Tesoro, mejor ahorrarse la l¨ªrica sobre la "gobernanza econ¨®mica". Quiz¨¢ es que cualquiera de esas opciones molestar¨ªa a los amos, los Gobiernos, y hace ya tiempo que el se?or de Bruselas renunci¨® a hacerles siquiera cosquillas a sus se?oritos.
El esp¨ªritu de m¨ªnimo com¨²n denominador (y no de m¨¢ximo com¨²n m¨²ltiplo), que supura este papel se reproduce en la estrategia a largo plazo de las otras 30 p¨¢ginas. Y no por culpa de su estilo, prioridades u objetivos.
Todo eso est¨¢ muy bien. No hay solemnidades ampulosas como en Lisboa ("convertirse en la econom¨ªa m¨¢s competitiva y din¨¢mica del mundo") que el tiempo convierte en pat¨¦ticas. Hay menos cat¨¢logos de deseos, todo resulta m¨¢s serio y ce?ido: tres prioridades de modelo econ¨®mico, cinco objetivos y siete iniciativas, como bien explica Andreu Miss¨¦. Todo es discutible, mejorable y matizable, pero es un borrador sensato. Al menos para lo que auguraban los papeles COM(2009)647 final y SEC(2010)114 final, referencias dedicadas a los mani¨¢ticos.
No, el problema no est¨¢ en esa filosof¨ªa ni en esos objetivos ni en esos mecanismos. El problema est¨¢ en el m¨¦todo de control de su ejecutividad. Est¨¢ en el car¨¢cter voluntario y no vinculante del programa.
El problema es que Bruselas no se entera de que el "nuevo m¨¦todo abierto de coordinaci¨®n" establecido en Lisboa en 2000, y que ahora s¨®lo perfecciona, apenas sirve. Porque carece de una autoridad competente m¨¢s all¨¢ o ac¨¢ del Consejo Europeo, y de un sistema de incentivos claro.
Quiz¨¢ ni siquiera era imprescindible arbitrar en lo econ¨®mico un esquema de castigos como el existente para lo monetario en el Pacto de Estabilidad del euro, que impone a los incumplidores multas a pagar con dinero nuevo de extracci¨®n nacional.
A lo mejor bastar¨ªa un sistema de est¨ªmulos presupuestarios con dinero comunitario a quienes mejor cumplan los objetivos acordados. Y de retirada de los mismos a los incumplidores. Hay mil f¨®rmulas posibles. Algo as¨ª parece esconderse en la p¨¢gina 20 del papel, cuando Bruselas apela a "explotar" el "actual presupuesto" al servicio del programa econ¨®mico com¨²n. Pero si es as¨ª, d¨ªgalo en voz alta. Y no se conforme con el presupuesto "actual", porque es insuficiente y est¨¢ orientado hacia el pasado.
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