Se abre la veda contra Google
La hegemon¨ªa del buscador desata una oleada de denuncias desde todos los frentes
"Contra Windows viv¨ªamos mejor". Durante a?os, los usuarios m¨¢s activistas de Internet y defensores del software libre ten¨ªan como se?a de identidad su oposici¨®n al monopolio de facto de Microsoft, cuyo sistema operativo Windows est¨¢ instalado en m¨¢s del 90% de los ordenadores de todo el mundo. Hoy, dos de cada tres b¨²squedas en Internet se hacen a trav¨¦s de Google -nueve de cada diez en Europa-, y muchos se preguntan si no ha llegado la hora de cambiar de enemigo.
La empresa nacida en 1998 en uno de los ya archit¨®picos garajes de las casas bajas californianas, de la mano de dos j¨®venes, bajo el lema "Don't be evil" ("no seas malvado"), se enfrent¨® al modelo del gigante de Bill Gates, ya entonces una m¨¢quina de hacer caja vendiendo cajas con su Windows y su Office. Google se gan¨® el coraz¨®n y las pantallas de los PC de los internautas con ¨²tiles y eficaces servicios gratuitos, desde mapas de todas las ciudades hasta correo electr¨®nico con memoria casi infinita. Esa utop¨ªa cibern¨¦tica conquist¨® la simpat¨ªa de millones de usuarios que ve¨ªan en la marca Google un sin¨®nimo de solidaridad planetaria.
Android es el caballo de Troya para hacerse con la publicidad m¨®vil
"?No existen Bing y Yahoo? ?D¨®nde est¨¢ el monopolio?", dicen sus partidarios
Tres empresas la han denunciado a la UE por manipular las b¨²squedas
La firma dice que se trata de una campa?a de Microsoft
La firma fundada por Page y Brin controla el 70% de la publicidad 'online'
En 2009, invirti¨® un 65% menos pese a que su beneficio creci¨® un 54%
Las cosas parecen haber cambiado. Google sali¨® a Bolsa en 2004. Sus fundadores, Larry Page y Sergei Brin, se convirtieron en multimillonarios y su lema buenista fue sustituido por otro mucho m¨¢s apegado al negocio: "B¨²squedas, publicidad y aplicaciones". Su actividad principal de venta de anuncios asociados a las b¨²squedas se ve hoy como un saqueo desde sectores enteros, como la prensa, cuyas noticias alimentan gratuitamente al buscador y su Google News, o los navegadores como TomTom, que no pueden competir con un servicio gratuito.
A Google le brotan adversarios como hongos en un paisaje lluvioso: los editores y autores creen que su proyecto de digitalizaci¨®n de millones de libros -paralizado por la justicia estadounidense- pretende trasladar el monopolio del buscador al mundo editorial, salt¨¢ndose o rebajando a m¨ªnimos la retribuci¨®n de derechos de propiedad intelectual. Los operadores de telefon¨ªa y acceso a Internet se preguntan airados por qu¨¦ deben hacer cuantiosas inversiones para ampliar y modernizar sus redes que satura Google con sus servicios, sin que reciban un d¨®lar del buscador. Desde el mundo del m¨®vil temen que el sistema operativo Android ideado por Google sirva de caballo de Troya para entrar en el sector y hacerse con el naciente mercado de la publicidad celular. Por si fuera poco, en Italia tres directivos de Google han sido condenados por permitir que un v¨ªdeo con vejaciones a un joven escolar autista estuviera dos meses colgado en su portal. Y el Senado estadounidense ha decidido tomar las riendas y propiciar una legislaci¨®n para las empresas de Internet que permitan la censura en pa¨ªses como China.
Google es m¨¢s fuerte que nunca. Y su fortaleza no se basa s¨®lo en la capitalizaci¨®n burs¨¢til -vale 130.000 millones de euros- sino en la adhesi¨®n inquebrantable de millones de usuarios que consideran su dominio en el mercado una recompensa al buen hacer y se preguntan: "?Acaso no hay otros buscadores como Bing o Yahoo? ?Qu¨¦ culpa tiene Google si es el mejor y todo el mundo lo utiliza? ?D¨®nde est¨¢ entonces el monopolio?". Basta ver los comentarios que suscita en Internet cualquier noticia sobre el buscador (como esta misma) para comprender que ese sentimiento proGoogle est¨¢ muy enraizado en los consumidores, que adem¨¢s de su motor de b¨²squeda utilizan su navegador Chrome, ven v¨ªdeos en YouTube, se cartean por su Gmail, gu¨ªan su coche por el Maps Navigation, hablan a trav¨¦s de Voice, o se comunican entre s¨ª e intercambian archivos por Wave, entre otras muchas aplicaciones.
Con todo, en apenas dos a?os, Google ha saltado del men¨² de favoritos de esos usuarios a los tribunales. El ¨²ltimo episodio que ha encendido las alarmas ha sido la toma en consideraci¨®n por parte de la Comisi¨®n Europea de las denuncias presentadas por tres empresas contra el buscador de Internet por abuso de posici¨®n dominante. Le acusan de utilizar el tan c¨¦lebre como secreto algoritmo que utiliza el buscador para relegar en los resultados de las b¨²squedas las webs de sus rivales directos.
Las compa?¨ªas denunciantes son el buscador franc¨¦s de temas jur¨ªdicos ejustice.fr y las p¨¢ginas webs de comparaci¨®n de precios Foundem y Ciao! Los denunciantes aseguran que Google aprovecha su posici¨®n de dominio en Europa, con el 90% de cuota de mercado, para manipular su aparentemente neutral sistema de b¨²squedas en beneficio de sus anunciantes y en detrimento de sus rivales. Google se defiende afirmando que detr¨¢s de esta denuncia est¨¢ la mano de Microsoft (propietaria de Ciao! y socia de Foundem), con quien ya no disimula su guerra abierta, tras el acuerdo al que lleg¨® la empresa de software con Yahoo para integrar sus sistemas de b¨²squedas y publicidad.
"Esas tres quejas est¨¢n en sus inicios. No hay ninguna investigaci¨®n formal abierta. En ese periodo preliminar, estamos abiertos a dar toda la informaci¨®n que nos requiera la comisi¨®n, y veremos si tramita las quejas o no. A lo mejor se queda en nada. Creemos que nuestro funcionamiento se adapta perfectamente a la legislaci¨®n europea y lo que hace es favorecer al usuario de una manera abierta y democr¨¢tica. Respecto a qui¨¦n hay detr¨¢s, en lugar de hablar de campa?as orquestadas, basta dar datos objetivos, y es que dos de los denunciantes est¨¢n relacionados con Microsoft. Sus motivos tendr¨¢n", precisa B¨¢rbara Navarro, directora de Relaciones Institucionales de Google Espa?a.
Aunque todav¨ªa no hay ning¨²n proceso en marcha, es la primera vez que Bruselas atiende una queja contra Google en materia de competencia. Y muchos recuerdan que as¨ª empez¨® Microsoft, y luego le llovieron las multas. ?Se ha abierto la veda contra Google? Tal vez sea pronto para responder a esa pregunta, pero lo cierto es que a la empresa amigable por excelencia le han comenzado a surgir poderosos adversarios. Por lo pronto, se ha constituido un lobby para tratar de convencer a Bruselas de que pare las ¨ªnfulas monopol¨ªsticas del buscador. Se trata del Icomp (Initiative for Competitive Online Marketplace o Iniciativa por un Mercado Online Competitivo), con Microsoft y la agencia de relaciones p¨²blicas Burson-Marsteller como sus principales impulsores. Entre sus asociados figura Foundem, una de las tres empresas denunciantes, y la Premier League inglesa. En total, una amalgama de 45 empresas europeas y de EE UU de todo pelaje, desde firmas tecnol¨®gicas a otras m¨¢s ex¨®ticas como Artequeso, una empresa familiar de Tembleque (Toledo) dedicada a la fabricaci¨®n de queso manchego.
Las siete empresas espa?olas que integran Icomp dicen estar al margen de Microsoft. Alejandro Marcos, director creativo de Dreamers Europe, dise?a contenidos de entretenimiento asociado a marcas. "Si un usuario crea un contenido que genera muchas visitas y dividendos de publicidad, y el creador no recibe un duro, hay que buscar una soluci¨®n", sostiene. Javier Celaya, fundador del Grupo Dosdoce Comunicaci¨®n, un observatorio de comunicaci¨®n online, hace hincapi¨¦ en que "es necesario un debate sobre de qu¨¦ manera dependemos de los buscadores para tener visibilidad y c¨®mo afecta el papel de Google como empresa dominante". Mario Pena, de Safe Creative, dedicada al registro de la propiedad intelectual, se pregunta: "?Qu¨¦ pasa con los datos de una web si cierra?". Pena pide una regulaci¨®n "para que esa informaci¨®n no se pierda y est¨¦ protegida". Luc¨ªa L¨®pez, propietaria del hotel Las Lagunas de La Vera, en la sierra de Gredos: "Casi el 90% de mi negocio se basa en la informaci¨®n que busca la gente en la web. Hay que evitar el monopolio". Las empresas D4 Imagen y Comunicaci¨®n y Distrito 01 tambi¨¦n participan en el lobby, informa Elena Hidalgo.
Las pugnas con el regulador de la competencia no pueden esconder que lo que se sustancia entre unos y otros es, como casi siempre, un asunto de dinero. "Se trata de que todos ganemos mucho dinero", reconoc¨ªa sin ambages Eric Schmidt, consejero delegado de Google, en el Congreso Mundial de M¨®viles celebrado en Barcelona el pasado mes de febrero. "El m¨®vil es lo primero", proclam¨® Schmitd, e hizo temblar a un auditorio en el que figuraban los primeros ejecutivos de los operadores y fabricantes de m¨®viles, temerosos de que Google traslade su dominio al mundo celular y se haga con el embrionario negocio de la publicidad m¨®vil.
El director general de Google Espa?a, Javier Rodr¨ªguez Zapatero (sin relaci¨®n familiar con el presidente del Gobierno), intenta disipar esos temores: "Hemos sido capaces siempre de crear nuevos mercados que no exist¨ªan en el pasado y permitir generar eficiencias con todos los jugadores. En el m¨®vil vamos por el mismo camino. No es un mercado publicitario ya existente, sino que est¨¢ por crear. Google sit¨²a al m¨®vil en primer lugar, por encima del PC, y vamos a desarrollar f¨®rmulas para acercar la oferta y la demanda, creando un ecosistema que genere eficiencias para todos".
Herramientas no le faltan. Ha creado Android que, seg¨²n la consultora Gartner, ser¨¢ el segundo sistema operativo que equipar¨¢ a los smartphone (tel¨¦fonos inteligentes) en 2012, tan s¨®lo por detr¨¢s del Symbian de Nokia; ha lanzado su propio m¨®vil (Nexus One) y, sobre todo, ha comprado por 750 millones de d¨®lares AdMob, primera plataforma de publicidad m¨®vil.
La transacci¨®n est¨¢ siendo revisada por la FTC (Federal Trade Commission, supervisora de la libre competencia en EE UU) tras la denuncia presentada por Consumer Watchdog y el Center for Digital Democracy en la que aseguran que esta operaci¨®n podr¨ªa disminuir sustancialmente la competencia al hacerse con el 75% del mercado de la publicidad m¨®vil y que ser¨¢ "perjudicial para los consumidores, publicistas y desarrolladores de aplicaciones, entre otros".
Por su parte, Apple, que ten¨ªa sentado hasta hace poco en su consejo a Schmitd, ha presentado esta semana una demanda contra el fabricante HTC por violaci¨®n de patentes, aunque pocos dudan que el objetivo ¨²ltimo de su denuncia sea la propia Google, cuyo Android equipa los m¨®viles de HTC, que adem¨¢s fabrica en exclusiva el Nexus One.
Otra de las grandes acusaciones contra Google es que no invierte, dejando que sean otros -fundamentalmente los operadores de telefon¨ªa y acceso a Internet- los que corran con los gastos, como el de redimensionar la red sobre la que corren sus brillantes (y gratuitas) aplicaciones, que le reportan ping¨¹es beneficios en forma de anuncios.
Los datos son elocuentes: aunque los ingresos de Google crecieron un 8,5% y el beneficio neto un 54% en 2009, su inversi¨®n (capex) disminuy¨® un 65,6%, hasta situarse en 810 millones de d¨®lares (595 millones de euros). Telef¨®nica, s¨®lo en Espa?a, invierte el triple de esa cantidad, y m¨¢s de diez veces en todo el mundo. Esa taca?er¨ªa permite al gigante californiano tener una abultada tesorer¨ªa que, a finales de diciembre, ascend¨ªa a 24.500 millones de d¨®lares (18.015 millones de euros), el doble que un a?o atr¨¢s. Y los operadores se preguntan: ?no utilizar¨¢ tarde o temprano ese dineral en comprar a uno de los nuestros? O, lo que es lo mismo, ?no estaremos alimentando con nuestras inversiones una OPA hostil de Google?
El presidente de Telef¨®nica, C¨¦sar Alierta, abri¨® la veda, atrevi¨¦ndose a decir en p¨²blico lo que muchos de sus colegas dec¨ªan en privado. "Es evidente que los buscadores de Internet utilizan nuestra red sin pagar nada, lo cual es una suerte para ellos y una desgracia para nosotros. Pero tambi¨¦n es evidente que esto no puede seguir. Las redes las ponemos nosotros; los sistemas los hacemos nosotros; el servicio posventa lo hacemos nosotros, lo hacemos todo. Esto va a cambiar, estoy convencido".
A la propuesta se sum¨®, con bastantes matices, Vodafone, y ya est¨¢ encima de la mesa de los comisarios europeos. Los operadores piden abiertamente un modelo de ingresos compartidos cuando no directamente el pago de un peaje. Algo que no gusta desde luego en Google. "En primer lugar, ser¨ªa pagar doble, porque ya estamos invirtiendo en infraestructuras y ya pagamos por nuestro acceso a Internet cantidades muy importantes. Y, adem¨¢s, cuando se habla de pago derivar¨ªa autom¨¢ticamente en un modelo cerrado en Internet parecido al de la televisi¨®n de pago, y eso tiene much¨ªsimas implicaciones, no s¨®lo para nosotros sino para Internet", indica Navarro
El googlepolio tiene hasta una web (www.googlepoly.net), que recopila las denuncias contra Google, a la que, desde varios ¨¢mbitos, acusan de controlar toda la cadena de valor de la distribuci¨®n de la informaci¨®n del mundo digital, decidiendo qu¨¦ contenidos son prioritarios en funci¨®n de sus intereses publicitarios.
El 97% de los ingresos de Google proviene de la publicidad. Tras la adquisici¨®n en 2007 de DoubleClick, su principal competidor hasta entonces, se estima que puede controlar cerca del 70% del mercado total de la publicidad online. Con m¨¢s del 60% de las b¨²squedas a escala mundial, y m¨¢s del 90% en Europa, Google almacena los datos y las preferencias de millones de consumidores, que le permiten ser mucho m¨¢s eficaz que sus competidores de cara a sus anunciantes. Buscar en Google es gratis, s¨ª, pero cada clic en el lado derecho que reserva a sus anunciantes le reporta unos ingresos al buscador. Los detractores de la firma avisan de que, al manejar esa informaci¨®n, es Google quien controla el precio de la publicidad. En un mercado en recesi¨®n como el publicitario, el pago por clic creci¨® un 13% en 2009.
"Hay sitio para todos. No se corresponde con la realidad esa sensaci¨®n de que Google tenga un dominio del mercado publicitario", dice Rodr¨ªguez Zapatero. "La publicidad en Espa?a mueve en total unos 12.000 millones de euros, y s¨®lo en torno a 700 son publicidad online, que en el caso de Google es mucho menos. En el mundo, la cifra total es de 500.000 millones de d¨®lares, de lo que s¨®lo un 5% son en Internet. Lo que est¨¢ pasando es que Internet est¨¢ cambiando los modelos de negocio para hacer m¨¢s transparente el mercado. Y se trata de aprovecharlo".
Privacidad y censura
No es la primera vez que Google se enfrenta a un conflicto por la privacidad. Aunque nunca tan grave. Un juez de Mil¨¢n acaba de condenar a tres directivos a seis meses de c¨¢rcel por sendos delitos de violaci¨®n de la intimidad. Seg¨²n el tribunal, los acusados no impidieron en 2006 la publicaci¨®n en Google V¨ªdeos de un v¨ªdeo vejatorio contra un autista, menor de edad, golpeado por varios estudiantes. El v¨ªdeo, grabado con un m¨®vil, estuvo accesible en la secci¨®n "v¨ªdeos m¨¢s divertidos" durante dos meses, hasta que Google lo retir¨® ante las protestas de una asociaci¨®n de discapacitados y colabor¨® con la justicia para identificar a los agresores.
"Es una sentencia absolutamente ins¨®lita. No se ha cumplido ni con la ley europea, como es la directiva de comercio electr¨®nico, ni con su trasposici¨®n italiana que dice que las plataformas de hosting [alojamiento] no son responsables de los contenidos que cuelgan terceros. La responsabilidad de Google comienza cuando le comunican que tiene que retirar ese v¨ªdeo, y eso es lo que hicimos", indica B¨¢rbara Navarro. Esta directiva, responsable de pol¨ªticas p¨²blicas de Google en Espa?a, recuerda que aqu¨ª ha habido casos similares y la Agencia de Proyecci¨®n de Datos los ha archivado.
Google argumenta que es imposible establecer un filtro previo de los v¨ªdeos que se suben a la Red, dado el volumen: 22 horas de v¨ªdeo cada minuto. "Una plataforma de hosting no se puede convertir en un censor de contenidos porque acabar¨ªamos con la libertad de expresi¨®n. ?Qui¨¦n es Google para enjuiciar los contenidos que se suben a la Red?", indica Javier Rodr¨ªguez Zapatero, director general de Google Espa?a.
Sin embargo, y aunque desde otro ¨¢mbito completamente distinto, la censura forma parte del vocabulario rutinario de Google en pa¨ªses como China. La pol¨¦mica de por qu¨¦ el buscador acept¨® el r¨¦gimen chino de f¨¦rrea censura en Internet ha dado un giro al amagar Google con irse del pa¨ªs si persist¨ªa esa falta de libertad. La amenaza, tan velada como oportunista seg¨²n algunos, ha tenido un efecto colateral no deseado: un senador dem¨®crata ha iniciado los tr¨¢mites para redactar un proyecto de ley que obligar¨ªa a las firmas de EE UU a respetar el cumplimiento de los derechos humanos en todos los pa¨ªses en que presten servicios, bajo el riesgo de enfrentarse a cargos civiles o penales.
Lamentablemente, en este tema Google es s¨®lo uno m¨¢s. Sus colegas Microsoft y Yahoo, Facebook y Twitter, y otras empresas como Amazon, toleran o hacen la vista gorda ante la represi¨®n china en la Red. Se juegan demasiado en un pa¨ªs con 300 millones de internautas como para enredarse con detalles como el de los derechos humanos. -
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