Europa ensaya el gobierno econ¨®mico
La idea de crear un Fondo Monetario Europeo reaviva el debate sobre la integraci¨®n fiscal - El giro de Berl¨ªn, que quiere repartir la factura del fiasco griego, es crucial
"Lo importante no es que Alemania proponga un Fondo Monetario Europeo (FME) sino que desee una mayor integraci¨®n de la zona euro", se?alaba el pasado viernes una alta fuente diplom¨¢tica en Bruselas. "Esto habr¨ªa sido impensable", a?ad¨ªa, "hace solo unos meses". En ese tiempo, la crisis griega ha puesto al descubierto el tal¨®n de Aquiles de la zona euro: la falta de un mecanismo de defensa que proteja a sus miembros cuando se vean sacudidos por la crisis.
El giro de Alemania y su inter¨¦s por crear un FME para rescatar a los pa¨ªses con dificultades hay que entenderlo como un intento de evitar pagar toda la factura de sus socios. La b¨²squeda de soluciones a la crisis se convierte as¨ª en un revulsivo a la integraci¨®n de la zona euro.
"La disciplina no la impone Bruselas, sino los ciudadanos", discrepa un experto
El FME es la m¨¢s llamativa de las iniciativas surgidas al calor de la crisis para cimentar un nuevo gobierno econ¨®mico europeo. En la misma l¨ªnea, el primer ministro belga, Yves Leterme, ha planteado crear un Ministerio Europeo de Finanzas y una Agencia Europea de la Deuda.
No es un debate nuevo. Hace casi dos a?os, en el d¨¦cimo aniversario de la moneda ¨²nica, el entonces comisario de Asuntos Econ¨®micos, Joaqu¨ªn Almunia, ya abog¨® por "reforzar la coordinaci¨®n de las pol¨ªticas presupuestarias y econ¨®micas" y promover "un gobierno eficaz" de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria.
Pero hasta hace muy pocas semanas la referencia a un gobierno econ¨®mico de la zona euro, abanderada por el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, era instintivamente rechazada por Berl¨ªn. La crisis griega ha trastocado los poderes en la Uni¨®n. Ahora es Alemania la que sugiere un mecanismo de ayudas. Y son los pesos pesados del Banco Central Europeo, J¨¹rgen Stark y Axel Weber, tambi¨¦n alemanes, quienes se muestran radicalmente en contra de la idea del FME. Temen que interfiera en el creciente poder de la autoridad monetaria, que eclipsa a la Comisi¨®n y dem¨¢s instituciones europeas. El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, con m¨¢s perspectiva pol¨ªtica, ha insinuado su apoyo al Fondo.
Un FMI europeo ser¨ªa el primer paso para coordinar mejor las pol¨ªticas fiscales, la pata coja de la zona euro. Sus valedores replican a los halcones alemanes del BCE que impondr¨ªa disciplina financiera. Adem¨¢s, terminar¨ªa con las dudas respecto a la solidaridad financiera entre europeos, que han permitido a los especuladores ganar dinero a espuertas, atacando la deuda griega.
La financiaci¨®n y funcionamiento del FME presentan serias dudas, pero constituir¨ªa un paso decisivo hacia una pol¨ªtica econ¨®mica com¨²n. Sus promotores saben que no es una idea para ma?ana pues precisa la reforma del Tratado. Poul Nyrup Rasmussen, l¨ªder de los socialistas europeos, que atribuye la propuesta a "un plan original" de su partido, teme que el FME "se centre demasiado en el aspecto monetario en lugar de promover el crecimiento y el empleo".
"Cuando una idea importante se pone sobre la mesa siempre surge una cacofon¨ªa de comentarios", apunta el economista Daniel Gros, del Centro de Estudios sobre Pol¨ªtica Europea, que hace unas semanas lanz¨® una propuesta de dise?o del Fondo. "El FMI europeo ser¨ªa muy positivo, tanto para resolver problemas fiscales como para prevenirlos, si se hace bien", asegura Gros, que cree que 120.000 millones de euros ser¨ªan suficientes para ayudar a pa¨ªses de tama?o medio.
Pero algunos expertos no tienen claro las ventajas. "Un FME ser¨ªa m¨¢s caro que el actual FMI para el mismo nivel de protecci¨®n: cualquier sistema de seguro es m¨¢s barato cuanto m¨¢s diversificados est¨¦n los riesgos cubiertos. Adem¨¢s, puede ser dif¨ªcil para pa¨ªses de la misma zona euro imponerse medidas los unos a los otros: pueden reverdecer las viejas animosidades entre vecinos, como ya ha sucedido entre Grecia y Alemania", asegura Tom¨¢s Bali?o, ex subdirector del FMI. "Pero", admite, "puede servir para coordinar pol¨ªticas fiscales".
Luis Serv¨¦n, economista del Banco Mundial, cree que el hecho de que un pa¨ªs de la eurozona acuda al FMI "suena a vergonzante fracaso". "Esto, tomado literalmente, har¨ªa del FME una hoja de parra para cubrir las verg¨¹enzas de la Uni¨®n". Charles Wyplosz, del Graduate Institute de Ginebra, va un paso m¨¢s all¨¢. "El FME es otra mala idea, que nace la vacuidad del Plan de Estabilidad, y lo m¨¢s probable es que falle. La pol¨ªtica fiscal es un elemento de la soberan¨ªa nacional, y la creaci¨®n de un nuevo fondo que imponga pol¨ªticas a los Gobiernos indisciplinados es un error. La disciplina, en nuestras democracias, las deben imponer los ciudadanos, no los bur¨®cratas de Bruselas".
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