La reforma del mercado de trabajo
Nunca hay que perder de vista que el mayor problema que tenemos es el desempleo de 4,6 millones de personas y, por tanto, todas las medidas y reformas que se tomen deber¨ªan estar orientadas a contener la sangr¨ªa del paro y a facilitar la creaci¨®n de empleo. En los a?os de la crisis se han destruido en la econom¨ªa espa?ola 2,1 millones de trabajo, a los que hay que sumar cientos de miles de j¨®venes que no han podido acceder a su primer empleo.
Estos n¨²meros describen una realidad intolerable, que nos aleja de Europa, donde no terminan de entender qu¨¦ es lo que nos est¨¢ pasando y por qu¨¦. La imagen de la econom¨ªa espa?ola se sigue deteriorando mientras nuestro Gobierno, despu¨¦s de dos a?os perdidos en negaciones e improvisaciones, ahora reacciona como un aut¨®mata a las imposiciones, pero sigue sin definir una pol¨ªtica econ¨®mica coherente para salir de la crisis y crear empleo.
Hay que cambiar los contratos y la negociaci¨®n de los salarios
La iniciativa privada tiene que colaborar en la b¨²squeda de empleo
No se puede salir de la crisis del paro y alcanzar un crecimiento econ¨®mico creador de empleo sin un conjunto de reformas que implican a la totalidad de la actividad econ¨®mica, que van mucho m¨¢s all¨¢ de un mero recorte del gasto p¨²blico o una reforma del mercado de trabajo. Para crecer y crear empleo, adem¨¢s de la reforma del mercado laboral, hay que acometer la reforma del conjunto del sector p¨²blico, hay que impulsar reformas que garanticen la sostenibilidad de las finanzas p¨²blicas, hay que abordar la reestructuraci¨®n completa del sistema financiero, moderar la carga tributaria y las cotizaciones de las empresas y de los aut¨®nomos, reformar el sistema energ¨¦tico y los dem¨¢s mercados b¨¢sicos, hay que garantizar la independencia y la transparencia de los organismos reguladores, y asegurar la unidad de mercado para garantizar la libertad econ¨®mica en toda Espa?a.
Es decir, todas las reformas tienen sentido en el conjunto de una pol¨ªtica econ¨®mica centrada en el crecimiento creador de empleo, que es el fundamento de la pol¨ªtica social. As¨ª lo hicimos en 1996 para salir de la crisis de los noventa y as¨ª lo estamos proponiendo y recomendando al Gobierno, reiterada e insistentemente, as¨ª lo aportamos en las conversaciones del Pacto de Zurbano, aunque con poco ¨¦xito.
La reforma del mercado de trabajo no debe limitarse a la modificaci¨®n de los contratos de trabajo. Hay que reformar tambi¨¦n la negociaci¨®n colectiva de los salarios y de las condiciones de trabajo, la cual a?ade otro factor de rigidez al mercado laboral, porque sus cl¨¢usulas tienen poca capacidad para adaptarse a las situaciones particulares de las empresas y a los cambios de la coyuntura econ¨®mica. As¨ª, sucede que muchas empresas tienen que prescindir de sus empleados por no poder cumplir las cl¨¢usulas del convenio, cuando hubiera sido factible el mantenimiento de esos empleos con algunas limitaciones: en el tiempo de trabajo, por ejemplo.
Somos partidarios de la ampliaci¨®n de los colectivos que se beneficien del contrato indefinido de fomento del empleo, y de mejorar la negociaci¨®n colectiva para que los salarios est¨¦n m¨¢s relacionados con la productividad de las empresas. Tambi¨¦n hay que mejorar la formaci¨®n profesional, luchar contra el absentismo laboral y permitir la colaboraci¨®n de la iniciativa privada en los servicios de formaci¨®n y de b¨²squeda de empleo.
En resumen, una reforma del mercado de trabajo aislada, sin la compa?¨ªa de las dem¨¢s reformas estructurales necesarias para aumentar la competitividad de las empresas espa?olas, corre el riesgo de desinflarse y desacreditarse enseguida. Y, m¨¢s a¨²n, si la reforma no aborda cambios sustanciales de la negociaci¨®n colectiva de los salarios.
Es muy significativo el conjunto de reformas, incluidas las del mercado laboral, que, a partir de 1996, acometi¨® el Gobierno del Partido Popular en el proceso de fundaci¨®n del euro. El resultado es patente: la econom¨ªa espa?ola cre¨® ocho millones de nuevos empleos hasta el comienzo de la crisis, durante muchos a?os nos mantuvimos en la vanguardia del crecimiento en Europa, y la imagen de Espa?a era recibida con el m¨¢ximo respeto de la opini¨®n p¨²blica y de los mercados.
Crist¨®bal Montoro Romero es coordinador de Econom¨ªa del Partido Popular.
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