Los campeones se levantan
A Espa?a le sobra talento, es hora de que tambi¨¦n le sobre car¨¢cter - La plenitud de Fernando Torres y Villa es clave para que el equipo exprima su mejor veta, los pasadores
El pedestal del f¨²tbol est¨¢ lleno de campeones que han sufrido alguna desventura. Y la gen¨¦tica que distingue a estos no es solo su capacidad para encadenar ¨¦xitos, sino su respuesta ante una adversidad inesperada, algunas fruto, sin m¨¢s, de un juego en el que por suerte no todo son certidumbres y algoritmos. Desde el maracanazo se han sucedido los imprevistos. La gran Hungr¨ªa del 54 se desplom¨® en la final ante Alemania; Italia se abochorn¨® ante la derrota con Corea del Norte en el 66; la RFA sufri¨® la afrenta de la RDA antes de proclamarse campeona en el 74; la cautivadora Holanda se qued¨® a las puertas en el 74 y el 78; el embriagador Brasil del 82 dej¨® una huella imborrable pese a su prematura despedida. A excepci¨®n de Hungr¨ªa, condenada tras un tel¨®n de acero, todas las dem¨¢s supieron sobreponerse, todas se levantaron de la lona tarde o temprano. Algunas nunca fueron campeonas mundiales, como la Hungr¨ªa de Puskas y la Holanda de Cruyff, pero en el imaginario colectivo perdura su leyenda. Su estilo, al que no renunciaron, indult¨® la falta de copas. Otras, como Italia y Alemania, que suman siete t¨ªtulos, han hecho hueso a base de penurias y situaciones ag¨®nicas.
La Espa?a m¨¢s deslumbrante de la historia est¨¢ entre medias de ambos casos. La armon¨ªa y eficacia de su f¨²tbol en los dos ¨²ltimos a?os ha elevado su cotizaci¨®n como nunca. De ella depende ahora mantenerla pese al batacazo con Suiza. Es el momento de evaluar el gen del equipo, de medir si de verdad tiene el forro de los grandes o Viena fue un espejismo. Los ganadores se curten en estas situaciones, cuando son capaces de salir airosos de la lona, sin histerias colectivas ni renuncias est¨¦riles.
La selecci¨®n lleg¨® a Sud¨¢frica sin tachas, con un t¨¦cnico bien reconocido, una lista de convocados sin debates, una estad¨ªstica primorosa y el reconocimiento un¨¢nime de todos sus adversarios. Apuntes que hacen pensar que ante Suiza solo hubo un borr¨®n. Nadie dijo que el tr¨¢nsito por los Mundiales fuera sencillo, bien lo saben los que est¨¢n titulados. Espa?a perdi¨® un partido que pudo ganar. Se ensimism¨® m¨¢s de la cuenta y dio carrete a su rival. A la selecci¨®n le falt¨® la punta del tirachinas, alguien que estire al equipo cuando se hace ancho y previsible. Ese es Fernando Torres, rebajado a¨²n por una intervenci¨®n quir¨²rgica. ?l y Villa son primordiales en el dibujo de un equipo que anestesia el juego con una sublime delicadeza a la espera de que sus delanteros pongan el broche: El Ni?o por potencia; El Guaje por instinto.
Si ellos no llegan en plenitud a las pr¨®ximas citas, Del Bosque tendr¨¢ que sopesar otras v¨ªas que den peso al ataque. Y las tiene, ya sea mediante centrocampistas que adoran sacar el martillo en el ¨¢rea del adversario, caso de Cesc, o con extremos de ida y vuelta como Navas y Pedro, a los que tampoco les falta pegada. Y queda Llorente. El caso es que alguien explote el mejor recurso de Espa?a, sus pasadores, sus filtradores del gol. El f¨²tbol requiere de variados recursos, no basta con la abundancia de algunos.
Con este cesto y la capacidad competitiva que ha mostrado este equipo cabe pensar que en Durban solo hubo un accidente. Una de las se?as de este grupo de futbolistas, acorde con la de los numerosos deportistas espa?oles que est¨¢n en el Olimpo, es su falta de complejos, su car¨¢cter irreductible ante la adversidad. No quieren saber nada de viejas batallitas del fatalismo espa?ol y su cr¨®nica predisposici¨®n al victimismo y al rastreo de culpables. Son ganadores, pero en todo juego la derrota es una posibilidad. Estilo y talento no faltan. Un toque de humildad fortalece el car¨¢cter cuando se tiene. Y este equipo lo tiene. Que lo demuestre.
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