Una cuenta atr¨¢s de nueve a?os para ensayar la fusi¨®n nuclear

Una bandera amarilla ondea solitaria en una explanada vac¨ªa de 50 hect¨¢reas en Cadarache, en la Provenza francesa, a unos 70 kil¨®metros de Marsella. Grandes vallas y otras medidas de seguridad protegen el recinto. Ah¨ª se construir¨¢ el reactor experimental de fusi¨®n ITER, uno de los proyectos m¨¢s costosos y de mayor colaboraci¨®n internacional de la historia. El objetivo del ITER es demostrar la viabilidad de la fusi¨®n nuclear, la misma que se produce en las estrellas, como el Sol, para obtener energ¨ªa barata y relativamente limpia a partir del hidr¨®geno.

Ante tal p¨¢ramo, se antoja innecesaria tanta valla electrificada y tantos controles de identidad: a¨²n faltan nueve a?os, tres m¨¢s de los previstos inicialmente, para que comiencen las primeras operaciones en el reactor de tipo Tokamak (c¨¢mara toroidal con bobinas magn¨¦ticas). Los plazos se han extendido ya porque los costes de esta obra fara¨®nica se han disparado y la situaci¨®n se agrava por la crisis econ¨®mica, pero los planes siguen, a pesar del inminente cambio de director.

La reacci¨®n produce residuos poco radiactivos y de corta vida

Los contratos europeos llegar¨¢n a los 1.000 millones este a?o

El objetivo final es fusionar ¨¢tomos de dos is¨®topos pesados de hidr¨®geno (tritio y deuterio). Ese combustible, en estado de plasma, se confina magn¨¦ticamente en una c¨¢mara de vac¨ªo a una temperatura de unos 100 millones de grados cent¨ªgrados. La idea es que la energ¨ªa producida por la fusi¨®n de los ¨¢tomos caliente un circuito de agua, que haga girar una turbina y produzca energ¨ªa. Pero ITER ser¨¢ solo una planta de demostraci¨®n tecnol¨®gica.

El m¨¢stil en la mitad del solar se?ala el punto exacto en el que se levantar¨¢ el Tokamak. A su alrededor, durante ocho a?os, se construir¨¢ un complejo de 32 edificios auxiliares del reactor, que tendr¨¢ una vida ¨²til de 20 a?os. Hace unos d¨ªas, en el lugar solo trabajaba una excavadora, pero en julio comienza la cimentaci¨®n del edificio del reactor, sobre roca, y para excavar ser¨¢ necesario realizar explosiones. "Deber¨¢n hacerlo con cuidado para que las vibraciones no afecten a otros ensayos nucleares en la zona", cuenta uno de los t¨¦cnicos durante una visita a Cadarache, patrocinada por la Comisi¨®n Europea. La Autoridad de Seguridad Nuclear francesa es la responsable de la seguridad de las instalaciones, y todav¨ªa debe dar el visto bueno al informe sobre las consecuencias ambientales de la planta. "Ser¨¢ la primera instalaci¨®n de fusi¨®n que seguir¨¢ un proceso tan estricto", afirma el espa?ol Carlos Alejaldre, director general adjunto de ITER.

La enorme plataforma, antes ocupada por un bosque, ha sido aplanada a conciencia. En un extremo se han inaugurado un par de edificios temporales donde se desarrolla la ingenier¨ªa de proyectos y la contrataci¨®n. Hay ya suministro de agua y est¨¢n previstas las conexiones de agua potable y electricidad.

Alejaldre, responsable de protecci¨®n y seguridad del proyecto, dice que no sabe si llegar¨¢ a ver centrales el¨¦ctricas de fusi¨®n, pero conf¨ªa en esta tecnolog¨ªa. ITER hace gala de su significado en lat¨ªn. Es un "camino" hacia la fusi¨®n; para algunos, demasiado largo y lento. El inicio del proyecto se remonta a 1985 y los socios actuales son la Uni¨®n Europea, China, India, Estados Unidos, Jap¨®n, Rusia y Corea del Sur.

"La fusi¨®n funciona", asegura Alejaldre. Se demostr¨® la fusi¨®n controlada en el reactor JET de Euratom en Culham (Reino Unido) que funciona desde 1997. Pero nunca se ha conseguido obtener m¨¢s energ¨ªa que la inyectada en el proceso. El JET necesit¨® 23 megavatios para producir solo 16. Se espera que ITER produzca 500 megavatios por 50 invertidos, con un gramo de tritio como combustible.

"La fusi¨®n es segura", afirma Alejaldre. No produce gases de efecto invernadero y los residuos son poco radiactivos y de corta vida, a?ade. "El problema es, por el contrario, mantener el proceso de fusi¨®n, porque en el momento en que hubiera una desviaci¨®n de las condiciones ¨®ptimas de temperatura, densidad o presi¨®n, el sistema parar¨ªa inmediatamente".

En Europa, la encargada de gestionar la aportaci¨®n europea (el 45% de los componentes y sistemas de la m¨¢quina) es la agencia europea Fusion for Energy (F4E), con sede en Barcelona. Para ello cuentan ya con 130 especialistas, la mayor¨ªa ingenieros, de los 350 previstos, seg¨²n Frank Briscoe, director de F4E. A finales de 2010, F4E espera haber adjudicado contratos por valor de mil millones de euros, que corresponden en parte a imanes y a la c¨¢mara de vac¨ªo. Las oportunidades para la industria espa?ola son buenas, seg¨²n Briscoe.

Empresarios Agrupados (EA), que ya particip¨® en el dise?o b¨¢sico del proyecto, forma parte del consorcio Engage, encargado de la gesti¨®n de ingenier¨ªa para todos los edificios de ITER, un proyecto de 150 millones de euros. La empresa espa?ola ha comenzado a trasladar a 56 ingenieros a Cadarache, para el total de 230 que trabajar¨¢ en los momentos ¨¢lgidos del proyecto, explica Mar¨ªa Teresa Dom¨ªnguez, directora de Proyectos Avanzados de EA. "Estamos contratando m¨¢s ingenieros, algo impensable en la crisis actual y una vez concluidas las instalaciones de ciclo combinado en Espa?a", a?ade. "Ha sido una inyecci¨®n de optimismo y de capacidad".