La familia de la 'primera dama' controla toda la econom¨ªa de T¨²nez
El paro entre los j¨®venes alcanza el 30% y entre los universitarios, el 60%
"Cuando compras un ordenador, un tel¨¦fono m¨®vil, un coche o la pasta de dientes, se lo est¨¢s comprando a la familia", asegura Rim Ben Smail, catedr¨¢tica de Empresariales de la Universidad de T¨²nez. Trabelsi. Es un apellido que conviene pronunciar en voz baja en las vigilad¨ªsimas calles de T¨²nez . Es el apellido de la esposa del presidente Zine el Abidine Ben Ali, asociado a la cleptocracia en que -seg¨²n denuncia todo ciudadano sin v¨ªnculos con el partido en el poder- se ha convertido el r¨¦gimen.
T¨²nez es un pa¨ªs pr¨®spero respecto a lo que se estila en el norte de ?frica. El turismo, el sector textil, la industria manufacturera, los fosfatos promet¨ªan un futuro alentador. Hasta que explot¨® la crisis mundial de 2008. A partir de entonces, se esfum¨® el pr¨®spero provenir. Porque a la cat¨¢strofe financiera global se ha sumado un proceso de privatizaciones que, iniciado pausadamente a mediados de la d¨¦cada de los ochenta, ha degenerado en una concentraci¨®n descomunal de poder econ¨®mico en poqu¨ªsimos bolsillos: los de los Trabelsi, y especialmente en el de Sajer el Materi, el yerno todav¨ªa no treinta?ero de Ben Ali.
La inversi¨®n extranjera marchaba viento en popa hasta 2009. Francia -1.250 empresas presentes en T¨²nez- es el principal socio econ¨®mico, pero Italia, Alemania, B¨¦lgica, Reino Unido, Pa¨ªses Bajos y Espa?a tambi¨¦n han destinado cuantiosos fondos a proyectos en el pa¨ªs ¨¢rabe. En 2009, la inversi¨®n for¨¢nea en los sectores tur¨ªstico, inmobiliario, energ¨¦tico, agr¨ªcola y en servicios se desplom¨® un 33%. Pero, varapalo incluido, el producto interior bruto creci¨® un 3,7% en 2010. No es un mal registro. Pero los datos macroecon¨®micos -la inflaci¨®n alcanz¨® el a?o pasado un aceptable 3,7%- no son el problema.
La corrupci¨®n desbocada y el desempleo son la madre del cordero. "Las grandes empresas han pasado a muy pocas manos, las de los Trabelsi y otros grupos cercanos a la familia del presidente y a la Asamblea Constitucional Democr¨¢tica, el partido de Ben Ali. Se han expropiado empresas alegando el inter¨¦s nacional para d¨¢rselas a la familia. Ahora est¨¢n especulando. Compran empresas a bajos precios y las revenden con enormes ganancias despu¨¦s de despedir a empleados. Hay una enorme concentraci¨®n de la riqueza, pero sin redistribuci¨®n, como suced¨ªa antes. Lo ¨²nico que hay son asociaciones de solidaridad. ?Y qui¨¦n las controla? La familia del presidente y el partido oficial", explica Buzaina Fersiu, profesora de Ciencias Empresariales de la Universidad de T¨²nez. O se es obediente o uno queda al margen de cualquier respaldo institucional.
Bancos, cadenas de radio, grandes centros comerciales protegidos ahora por el Ej¨¦rcito -hoy ha sido incendiado un supermercado Monoprix, propiedad de los Trabelsi, en Elaouina, un suburbio de la capital-, concesionarios de autom¨®viles, intereses inmobiliarios. Los Trabelsi participan en todo. Cuentan muchos profesores que, a menudo, con malas artes. "Cuando saben de una empresa pr¨®spera, exigen ser socios", dice Ben Smail. Mejor aceptar.
Pero existen escollos a?adidos. "La crisis de mundial de 2008 ha impactado en el turismo y en el sector textil, y los dem¨¢s sectores tienen poco valor a?adido. Adem¨¢s, ten¨ªamos muchas industrias, pero el aumento de los precios de las materias primas y la competencia de productos m¨¢s baratos de otros pa¨ªses han afectado a muchas industrias", precisa Fersiu. Y, c¨®mo no, el desempleo. El paro se sit¨²a en el 13%, pero el dato que ofrece la profesora resulta estremecedor: "Alrededor del 30% de los j¨®venes no encuentran trabajo, y ese porcentaje se eleva al 60% entre los titulados universitarios". Y cuando dan con un empleo, es dif¨ªcil aceptar que merezca la pena. El salario de un catedr¨¢tico de universidad ronda los 700 euros, pero hay titulados que acuden al trabajo por 150 euros al mes.
"Tenemos que confiar en nuestras fuerzas para acabar con la Cosa Nostra, la mafia que nos gobierna, porque al final abandonar¨¢n el pa¨ªs", sentencia, enfurecido, el profesor de ingl¨¦s, Ahmed Maarufi.
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