Amadeu Vives seg¨²n Boadella
Leo en este peri¨®dico, el pasado 14 de enero, que Albert Boadella estrena en Madrid un musical de zarzuelas de Amadeu Vives con el que aquel dramaturgo revive su propia historia de exilio creativo en la capital de Espa?a. Sin entrar a valorar la trayectoria personal y pol¨ªtica de Boadella, y desde luego reconociendo su gran talento dram¨¢tico, quisiera dejar claro que Amadeu Vives, aunque se traslad¨® un tiempo a Madrid por razones econ¨®micas (pues a pesar de sus resonantes triunfos art¨ªsticos siempre anduvo mal de dinero, y a veces cay¨® en la m¨¢s negra miseria), no solo no se desdijo nunca de su honda catalanidad, sino que siempre se sinti¨® y se declar¨® nacionalista.
Explicit¨® su pensamiento pol¨ªtico en una extensa y muy pensada carta, r¨¦plica a unos art¨ªculos que Francesc Camb¨® hab¨ªa publicado en el diario de la Lliga La Veu de Catalunya, carta que envi¨® a 28 personalidades de la pol¨ªtica y la intelectualidad catalanas: el propio Camb¨®, el mecenas Patxot, el arquitecto Rogent, los pol¨ªticos de la Lliga Bertrand i Serra y Ventosa i Calvell y el republicano Jaume Carner, el m¨²sico Pau Casals, el conde de G¨¹ell, etc¨¦tera. Lo que en ella m¨¢s reprocha a Camb¨® es que no sea franco, que no hable igual en Barcelona que en Madrid (es lo que le reproch¨® Alcal¨¢ Zamora en un famoso discurso: "No se puede ser a la vez Bol¨ªvar de Catalu?a y Bismarck de Espa?a"; o como groseramente dec¨ªa Miguel Primo de Rivera del cardenal Vidal i Barraquer: "Su Eminencia es hombre de dos queridas: en Madrid mi querida Espa?a y en Barcelona mi querida Catalu?a"). Apelando a su larga experiencia de alternar en Madrid con mucha gente de diversa ¨ªndole, asegura Vives que "el catalanismo m¨¢s radical se puede predicar en castellano en Andaluc¨ªa, en Galicia, por todas partes", y que hablando as¨ª de claro "los castellanos y los andaluces ser¨ªan catalanistas".
Deseaba una naci¨®n confederada con tres Estados: Castilla, Catalu?a y Portugal, "los tres gobernados por Catalu?a"
?Hasta d¨®nde llegaba su radicalismo? No era separatista. Su ideal, dice en la carta, "consiste en tener hegemon¨ªa en Espa?a, creando una naci¨®n confederada, con tres Estados independientes: Castilla, Catalu?a y Portugal, los tres gobernados por Catalu?a". Es el reiterado pero siempre estrepitosamente fracasado proyecto de reformar o modernizar la pol¨ªtica espa?ola desde Catalu?a. Era, con todo, realista: habr¨ªa que hablar claro (que es lo que, seg¨²n ¨¦l, no hace Camb¨®), expresar ¨ªntegramente el ideal, pero luego "llevarlo a la pr¨¢ctica por medio del posibilismo" (o sea, con aquel pactismo que caracteriza el pensamiento pol¨ªtico catal¨¢n). "De este modo (esto es: sin esconder las aut¨¦nticas aspiraciones) la gente siempre sabr¨¢ apreciar aquellas transacciones de car¨¢cter pr¨¢ctico, sin creer que son claudicaciones".
Siempre estuvo pendiente de la pol¨ªtica catalana. Dos veces se present¨® a elecciones como nacionalista, una con la Lliga y otra con Acci¨® Catalana, aunque nunca sali¨® elegido. Se puede discutir su ilusi¨®n de que hablando claro nos entender¨¢n y el realismo de su sue?o de una confederaci¨®n con hegemon¨ªa catalana, pero si realmente Boadella para su nuevo espect¨¢culo se ha mirado bien en el espejo de Amadeu Vives, tiene que haber visto, en lo que toca a Catalu?a, un rostro distinto del suyo.
Hilari Raguer es historiador y monje de Montserrat
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