Si el Estado no ense?a sexualidad, la Iglesia lo har¨¢
Las visiones irreconciliables sobre el sexo inmovilizan las iniciativas educativas coordinadas desde las Administraciones
El Papa se quej¨® recientemente de la educaci¨®n sexual que se ofrece en las escuelas en algunos pa¨ªses europeos. Una ense?anza que, seg¨²n Benedicto XVI, presenta "concepciones de la persona y de la vida presuntamente neutras, pero que en realidad refleja una antropolog¨ªa contraria a la fe y a la recta raz¨®n". Esto no significa en absoluto que la Iglesia cat¨®lica no quiera una ense?anza sobre sexolog¨ªa para los j¨®venes; lo que ocurre es que rechaza la que no se atiene a sus postulados.
"Fue, de hecho, la Iglesia (tanto la cat¨®lica como la protestante) la que empez¨® a promover la educaci¨®n sexual desde el comienzo del siglo XX", explica el profesor de la Universidad de Durham Lutz Sauerteig. Esta siempre estuvo basada en la abstinencia hasta el matrimonio, el sexo solo con fines reproductivos y la condena de la masturbaci¨®n, preceptos "dif¨ªciles, si no imposibles de cumplir para los j¨®venes de la primera mitad del siglo XX, y todav¨ªa m¨¢s en la segunda", a?ade Sauerteig, coautor del libro La formaci¨®n del conocimiento sexual: una historia cultural de la educaci¨®n sexual en la Europa del siglo XX.
Los obispos quieren llevar sus postulados tambi¨¦n a los centros p¨²blicos
"Ofrecen una visi¨®n cient¨ªficamente incorrecta", asegura una especialista
Unos postulados, sin embargo, muy parecidos a los que sigue hoy defendiendo la Iglesia en Espa?a para educar a los j¨®venes. Los materiales did¨¢cticos reci¨¦n presentados por el arzobispado de Valencia, como alternativa a los cursos oficiales de la Administraci¨®n educativa, aluden a la virtud del autocontrol y la continencia, al don de la fertilidad como un "tesoro que debemos guardar" y a las relaciones sexuales limitadas a "los esposos que acogen la vida".
La Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), en una Pastoral de 2003, dec¨ªa: "Como complemento y ayuda a la tarea de los padres, es absolutamente necesario que todos los colegios cat¨®licos preparen un programa de educaci¨®n afectivo-sexual, a partir de m¨¦todos suficientemente comprobados y con la supervisi¨®n del obispo", a?adiendo la necesidad de estudiar "el modo de extender esta ense?anza a los centros p¨²blicos".
?Qui¨¦n debe encargarse de la educaci¨®n sexual: el Estado, los m¨¦dicos, los psic¨®logos, la Iglesia? ?Es acaso una simple cuesti¨®n de elecci¨®n de los padres? El problema es que la educaci¨®n sexual que prefiere la Iglesia rechaza la que proponen la mayor¨ªa de especialistas de la salud y la psicolog¨ªa. Y viceversa. La de la Iglesia es "una visi¨®n reduccionista, y no es correcta cient¨ªficamente", dice Ana Pino, del colectivo canario Harimaguada. Con argumentos similares, la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa ha rechazado los materiales del arzobispado de Valencia.
"Est¨¢ claro que las posturas religiosas, pol¨ªticas, sociales y morales sobre la sexualidad dividen a la comunidad mundial y esto es un obst¨¢culo fundamental para adoptar un m¨¦todo unificado y compartido destinado a [...] poner en pr¨¢ctica los cursos de educaci¨®n integral de la sexualidad que repercutir¨ªan, no solo en la epidemia de infecci¨®n por el VIH/sida, sino tambi¨¦n en un sinn¨²mero de otros problemas, como la igualdad de g¨¦nero y la planificaci¨®n de la familia". Esto es lo que dice el informe Salud sexual para el milenio, una declaraci¨®n publicada en 2009 por la Asociaci¨®n Mundial para la Salud Sexual (WAS, en sus siglas en ingl¨¦s).
Esas palabras pueden explicar perfectamente la situaci¨®n de Espa?a, donde los sucesivos Gobiernos han renunciado a establecer una educaci¨®n sexual obligatoria en la escuela -como la que existe, por ejemplo, en Holanda-, entre otras razones, por considerarla dentro del ¨¢mbito privado de las familias. As¨ª, esta educaci¨®n se limita a unos cuantos contenidos desde el punto de vista biol¨®gico, que no siempre se dan, y a talleres externos que decide cada escuela, en cualquier caso, absolutamente insuficientes, aseguran distintos expertos, como el profesor de Psicolog¨ªa de la Universidad de la Laguna Fernando Barrag¨¢n.
Y unos talleres, adem¨¢s, en los que conviven posturas antag¨®nicas. Con textos como los del arzobispado de Valencia, que dicen que "las relaciones sexuales entre homosexuales no deben considerarse de esposos/padres", que la "fecundidad" se explica porque "pap¨¢ y mam¨¢ se quieren", hablan de "los inconvenientes de la contracepci¨®n" e insisten en "prevenir adicciones y enfermedades que tienen su origen en conductas sexuales poco saludables".
Enfrente, est¨¢n los programas redactados por t¨¦cnicos sanitarios valencianos -que est¨¢n siendo revisados tras las presiones del arzobispado-, y que hablan de la contracepci¨®n para evitar los embarazos no deseados, ense?an a reconocer la diversidad sexual, los comportamientos sexuales controlados por propia voluntad, prevenir el contagio de enfermedades y reconocer las desigualdades por raz¨®n de sexo.
El informe de WAS reclama una educaci¨®n sexual integral obligatoria, basada en los derechos y la salud, que ofrezca toda la informaci¨®n posible y exacta para que los j¨®venes tomen "decisiones aut¨®nomas y fundamentadas acerca de su salud sexual y reproductiva". Pero insisten en la mayor delicadeza, es decir, que se deben tener cuenta las particularidades culturales de cada lugar.
Eso s¨ª, hay l¨ªmites incuestionables, que son los que marcan las evidencias cient¨ªficas. Por ejemplo, dice el texto: "Ha quedado demostrado reiteradamente que los programas de abstinencia exclusiva son ineficaces para fomentar y mantener el cambio de comportamiento. Adem¨¢s, una gran mayor¨ªa [...] ha demostrado su ineficacia para prevenir la actividad sexual o reducir la infecci¨®n por el VIH, las enfermedades de transmisi¨®n sexual o el embarazo no deseado", dice el informe. Y eso es algo que precisamente promueve la Iglesia, una ense?anza basada en la "virtud de la castidad", seg¨²n la pastoral familiar de 2003.
De ese modo, por mucho que se intente basar la educaci¨®n sexual en los derechos humanos y la salud, incluso acerc¨¢ndose mucho a ese ideal neutro -que el Papa cree que no existe-, parece que siempre se tocar¨¢n puntos delicados para alguien. Por tanto, una educaci¨®n sexual coordinada, coherente y significativa requerir¨ªa irremisiblemente elegir.
"Sin duda, creo que debe haber educaci¨®n sexual en la escuela desde edades tempranas, con independencia de las creencias de los padres", opina el profesor de Durham Lutz Sauerteig. Sin embargo, duda de que "las escuelas vayan a meterse en esos problem¨¢ticos territorios". "La educaci¨®n sexual no es posible sin moralidad. Incluso si piensas en t¨¦rminos puramente biol¨®gicos y m¨¦dicos, hay distintas visiones de la ciencia y la medicina. De hecho, no debe tratar ¨²nicamente sobre informaci¨®n neutra, sino que debe ofrecer tambi¨¦n una gu¨ªa para manejar los sentimientos y experiencias sexuales", a?ade.
Sin embargo, a pesar de la firme oposici¨®n de la Iglesia y de algunos sectores conservadores, en cuestiones de moral como las que tocan la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, el Gobierno y el Parlamento decidieron (y lo ha refrendado la justicia) que existen unos m¨ªnimos comunes que deben ser ense?ados a todos los alumnos. Y ello, sin pasar por alto los temas m¨¢s peliagudos sobre los que no hay acuerdo social, aunque estos ¨²ltimos han de mostrarse de la manera m¨¢s neutral, han dicho los tribunales. Entonces, ?no podr¨ªa considerarse la educaci¨®n sexual desde el mismo punto de vista?
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