La gen¨¦tica personal topa con la patente
Diez a?os despu¨¦s de la secuenciaci¨®n del genoma humano, el 20% de los genes est¨¢ registrado - Los expertos alertan del peligro de entorpecer la medicina personalizada
En la mayor¨ªa de las enfermedades intervienen muchos genes a la vez, y es ahora, una d¨¦cada despu¨¦s de la secuenciaci¨®n del genoma humano, cuando los investigadores empiezan a poder entender, en algunos casos, c¨®mo funciona este concierto gen¨¦tico. Pero en el horizonte se vislumbran problemas. Alrededor de un 20% de los genes humanos est¨¢n patentados. ?Entorpecer¨¢n las patentes el desarrollo de la medicina personalizada, basada en pruebas diagn¨®sticas que buscan no uno, sino muchos genes? Sentencias recientes han reabierto el debate. Mientras, sociedades cient¨ªficas y la Administraci¨®n estadounidense piden que las patentes se adapten a los nuevos tiempos.
Se cumplen ahora diez a?os de la publicaci¨®n en las revistas Nature y Science del primer borrador del genoma humano, el libro de instrucciones del Homo sapiens. En este tiempo los investigadores se han dedicado a perfeccionarlo; a interpretar su significado; y a tratar de sacarle provecho m¨¦dico. Y aqu¨ª hay unanimidad: lo mejor est¨¢ a¨²n por llegar.
Un gen humano solo es patentable si su funci¨®n est¨¢ descrita
Hay poca evidencia de que los registros hayan servido para innovaciones
Es cierto que los test gen¨¦ticos para diagnosticar e incluso tratar c¨¢nceres se usan cada vez m¨¢s. Tambi¨¦n son necesarios, por ejemplo, para seleccionar embriones en reproducci¨®n asistida. Recientemente, el Hospital Sant Pau en Barcelona anunci¨® el nacimiento del primer ni?o en Espa?a sin mutaciones en el gen BRCA1 que causan el 5% de los tumores de mama. Pero esto es apenas la punta del iceberg.
En los a?os ochenta y noventa se tardaba una d¨¦cada o m¨¢s en identificar un ¨²nico gen. As¨ª se encontraron el BRCA1, el de la enfermedad de Huntington o el de la fibrosis qu¨ªstica, entre otros. Ahora las t¨¦cnicas de secuenciaci¨®n leen millones de letras del genoma al d¨ªa. "Dentro de poco se habr¨¢n secuenciado decenas de miles de genomas humanos", escrib¨ªa Peter Donnelly, Director del Wellcome Trust Centre for Human Genetics (Oxford, Reino Unido), en el especial con que Science celebra el d¨¦cimo cumplea?os del genoma humano. El resultado es que se conocen ya miles de genes implicados en cientos de enfermedades, y que se abre la v¨ªa a la tan anunciada -para algunos prematuramente- medicina personalizada.
Lo que llega es un cambio de paradigma. En un futuro pr¨®ximo las pruebas gen¨¦ticas para m¨²ltiples genes ayudar¨¢n a estimar la efectividad de los tratamientos para cada paciente, y sus efectos secundarios. "Los tests est¨¢n atravesando una revoluci¨®n", se afirmaba ya en 2010 en Nature.
"Cuando se secuenci¨® el genoma humano, hace diez a?os, probablemente se le ped¨ªa m¨¢s de lo que pod¨ªa dar", dice Carlos L¨®pez Ot¨ªn, director en la Universidad de Oviedo de uno de los equipos participantes en el proyecto internacional Genoma del C¨¢ncer. "Pero ahora la tecnolog¨ªa se ha desarrollado de forma extraordinaria, y est¨¢ generando una cantidad de informaci¨®n gen¨¦tica abrumadora. Hoy ya no identificamos un gen, sino sus variantes, su interacci¨®n con otros genes, sus cambios patol¨®gicos...".
Pero muchos creen que las patentes de genes pueden ser un obst¨¢culo para la medicina a medida. Entre los miles de genes patentados est¨¢n alrededor de la mitad de los que se sabe que est¨¢n implicados en tumores, y tambi¨¦n muchos relacionados con otras enfermedades. En 2005, un estudio en Science contabilizaba 4.382 genes humanos bajo patente, de los 23.688 conocidos entonces en el genoma humano. La cuesti¨®n es: ?se lanzar¨¢n las compa?¨ªas al desarrollo de kits gen¨¦ticos con m¨²ltiples genes si para ello deben hacer frente a una mara?a de licencias? "La aplicaci¨®n estricta de las patentes de genes podr¨ªa hacer que los test gen¨¦ticos cayeran en la trampa de una intrincada red de patentes (...). Esto amenaza con entorpecer la innovaci¨®n", han afirmado los editorialistas de Nature.
La cuesti¨®n de las patentes de genes es una vieja herida sin cerrar. En los noventa, cuando las t¨¦cnicas aceleraron el proceso de secuenciaci¨®n, hubo un aluvi¨®n de solicitudes. Se intentaron patentar cientos de secuencias gen¨¦ticas, incluso sin saber su funci¨®n.Y muchos protestaron con argumentos ¨¦ticos: ?es patentable algo que forma parte del organismo? ?Puede un gen ser de alguien?
Tanto EE UU como Europa respondieron s¨ª, con una condici¨®n. Los genes humanos aislados fuera del organismo- s¨ª son patentables, pero se debe conocer su funci¨®n. "El gen en s¨ª se ve como un producto qu¨ªmico, lo que aparece en la patente es una f¨®rmula", dice Francisco Fern¨¢ndez Bra?as, director de Biotecnolog¨ªa de la Oficina Europea de Patentes. "Es patentable siempre que su funci¨®n est¨¦ descrita y que sea la soluci¨®n a un problema, es decir, que sirva para tratar o diagnosticar una enfermedad, por ejemplo".
Esta condici¨®n, recogida en la directiva sobre patentes biotecnol¨®gicas de 1998 y las directrices de 2001 de la Oficina de Patentes de EEUU, hizo que disminuyeran las solicitudes. Tambi¨¦n la publicaci¨®n del genoma humano -si la secuencia ya es conocida se incumple el requisito de novedad exigido en las patentes-. El mensaje era claro: el conocimiento de la secuencia de un gen no se premia con una patente, pero s¨ª las aplicaciones de ese conocimiento. El fin ¨²ltimo es estimular la innovaci¨®n: "En el campo de la medicina si a una empresa no se le garantiza un cierto retorno nadie va a desarrollar nada", dice Fern¨¢ndez Bra?as.
El problema ahora es que, a diez a?os vista, no est¨¢ claro que las patentes hayan logrado su objetivo. "Hay muy pocas evidencias de que hayan promovido las innovaciones en el diagn¨®stico", escribi¨® el mes pasado en Science Robert Cook-Deegan, experto en propiedad intelectual y gen¨®mica de la Universidad de Duke (EEUU).
Lo mismo opina Gert Mathijs, del Centro para la Gen¨¦tica Humana de la Universidad de Leuven (B¨¦lgica), muy activo en la oposici¨®n a patentes de genes solicitadas en Europa: "Normalmente son importantes para favorecer el desarrollo de nuevas herramientas para el diagn¨®stico, pero hay evidencias de que pueden afectar negativamente a la oferta de servicios gen¨¦ticos".
El pasado a?o el Departamento de Salud estadounidense public¨® un informe que analizaba espec¨ªficamente el efecto de las patentes de genes en el desarrollo de pruebas diagn¨®sticas. Su conclusi¨®n es que los test gen¨¦ticos no patentados, o comercializados bajo licencias no exclusivas, est¨¢n mucho m¨¢s difundidos que los test derivados de licencias exclusivas. La primera situaci¨®n es, por ejemplo, la de los genes de la fibrosis qu¨ªstica y del c¨¢ncer colorrectal, para los que hay tests comercializados por m¨¢s de cincuenta compa?¨ªas.
El test de los genes BRCA1 y 2, por el contrario, es un monopolio derivado de una licencia otorgada en exclusiva por Myriad Genetics. Tras el informe de 2010, el Departamento de Salud de EE UU ha recomendado que las patentes de genes no se apliquen en el diagn¨®stico -tampoco en la investigaci¨®n, pero esto ya era as¨ª-.
"Cuando hay miles de genes con un sinf¨ªn de propietarios, ?c¨®mo nos abriremos camino en el entresijo de patentes resultante para facilitar la aplicaci¨®n de genotipados m¨²ltiples, o para analizar genomas completos?", se preguntaba James P. Evans, del departamento de Gen¨¦tica de la Universidad de Carolina del Norte y uno de los autores del informe, en la revista Genetics in Medicine.
Para muchos el problema no es tanto la patente en s¨ª, sino la definici¨®n de lo que cubre y, sobre todo, la pol¨ªtica de licencias. La Sociedad Europea de Gen¨¦tica Humana reconoce que las patentes deben "promover la innovaci¨®n mediante una recompensa justa" a los inventores, pero recomienda "limitar su amplitud" y que las licencias para explotarlas no se concedan en exclusiva.
En este panorama, han vuelto a renacer las dudas ¨¦ticas sobre la patentabilidad de los genes humanos. Hace un a?o, un juez de Nueva York invalid¨® las patentes de Myriad Genetics sobre BRCA1 y 2. En la sentencia, solo aplicable en una parte del estado de Nueva York, se considera a los genes "productos de la naturaleza" y por tanto no patentables. "Esta sentencia va en contra de toda la pr¨¢ctica de jurisprudencia en Europa y Estados Unidos, y la industria biotecnol¨®gica ha sido muy cr¨ªtica", dice Fern¨¢ndez Bra?as. "Se espera con mucho inter¨¦s la decisi¨®n de la Corte Federal estadounidense, ante la que el caso ha sido recurrido".
Pero lo cierto es que no s¨®lo quienes se oponen por motivos ¨¦ticos a las patentes de genes ven en las del c¨¢ncer de mama hereditario un ejemplo a evitar. El test gen¨¦tico que Myriad comercializa de forma exclusiva en EE UU cuesta m¨¢s de 2.000 euros. El grupo de pacientes, investigadores y m¨¦dicos que interpuso la demanda en Nueva York afirmaba que la patente obstaculizaba la investigaci¨®n y los tratamientos. No es la primera vez que Myriad Genetics est¨¢ en el punto de mira. En Europa, ya en 2005, una coalici¨®n formada por instituciones m¨¦dicas y de investigaci¨®n, Greenpeace e incluso Holanda y Austria se opusieron a las patentes de BRCA1 y BRCA2 y lograron que la Oficina Europea de Patentes las denegara o redujera considerablemente el ¨¢mbito de protecci¨®n.
"El proyecto genoma humano ya incluy¨® desacuerdos sobre la pol¨ªtica de patentes", dice Cook-Degan en Science; "ahora los desacuerdos contin¨²an, pero los efectos de la incertidumbre se hacen notar en las decisiones de inversi¨®n de compa?¨ªas que decidir¨¢n qu¨¦ tecnolog¨ªas gen¨®micas realmente se desarrollar¨¢n. Es importante reducir esta incertidumbre". Los derechos de propiedad intelectual no s¨®lo tienen que ver con la Ley Sinde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.