'Leonardo' o no, una obra maestra
Pese a los eternos interrogantes sobre su autor¨ªa, 'El Salvador adolescente' del Museo L¨¢zaro Galdiano ser¨¢ una de las atracciones en la exposici¨®n de la National Gallery
No es seguro que el mundo del arte est¨¦ ante un leonardo, y tampoco es seguro que no lo est¨¦, pero en cualquiera de los dos supuestos, la trayectoria de El Salvador adolescente del Museo L¨¢zaro Galdiano de Madrid encierra todos los ingredientes de una historia fascinante. Una historia que ahora est¨¢ a punto de vivir su momento cumbre en la National Gallery de Londres.
Esta obra maestra de solo 25 cent¨ªmetros de alto por 18,5 de ancho es la gran joya del museo. Sin embargo, la andr¨®gina y conmovedora figura jam¨¢s ha podido gozar de una paternidad contrastada: "Atribuido a Leonardo da Vinci", "obra leonardesca" o "C¨ªrculo de Leonardo da Vinci" son tan solo algunos de los carteles que a trav¨¦s del tiempo se le han colgado. Aupada sobre una cartela que lo data entre 1490 y 1495, a d¨ªa de hoy la pintura est¨¢ atribuida a Giovanni Antonio Boltraffio, disc¨ªpulo de Leonardo.
La pintura simboliza las eternas disputas sobre las obras del artista florentino
La fascinaci¨®n ante el joven protagonista de la obra reviste todo el misterio de las piezas maestras de uno de los nombres mayores del arte, Leonardo da Vinci, un artista del que no se conocen m¨¢s de 20 pinturas. Ninguna de ellas est¨¢ en las colecciones espa?olas. Ahora, los responsables de una de las primeras pinacotecas mundiales, la National Gallery, se posicionan claramente y ungen con su dedo esta pintura, al incluirla en su gran apuesta de la pr¨®xima temporada de exposiciones: Leonardo da Vinci. Pintor en la Corte de Mil¨¢n.
La obra que ahora presta el L¨¢zaro Galdiano representa el busto de un joven Jesucristo de unos 12 a?os. Una larga melena rubia dividida por una raya le cae sobre los hombros cubiertos con una t¨²nica de terciopelo. La boca entreabierta y unos ojos que no se sabe hacia d¨®nde miran conforman una expresi¨®n tan ambigua y tormentosa como la de La Gioconda.
Toda obra tiene su propia historia y la de este joven Salvador fue dada a conocer por Rub¨¦n Dar¨ªo en un art¨ªculo publicado en 1899 que destaca la aristocracia absoluta del lienzo. El anticuario madrile?o Jos¨¦ Dom¨ªnguez Carrascal adquiri¨® la pintura en un pueblo de Valladolid. El cuadro proced¨ªa de un convento y hab¨ªa sido vendido a un particular despu¨¦s de la expulsi¨®n de las comunidades religiosas de Espa?a. No se sabe por cu¨¢nto lo consigui¨® el anticuario madrile?o, pero s¨ª se conoce que se lo ofreci¨® al entonces director del Museo del Prado, Lu¨ªs ?lvarez, por 1.500 pesetas.
Pero en aquellos a?os, El Prado no ten¨ªa presupuesto para adquisiciones, as¨ª que el anticuario se lo ofreci¨® a L¨¢zaro Galdiano por 1.000 pesetas. El financiero y mecenas consigui¨® la obra por 850, pagadas en dos plazos.
L¨¢zaro Galdiano no dud¨® de que la obra era un leonardo sin firma. El curr¨ªculo de la obra est¨¢ lleno de variaciones, y en la muestra de Londres -que se presentar¨¢ el 7 de mayo- se mostrar¨¢ como fruto de la escuela del maestro del Renacimiento, parte esencial del universo leonardiano. Lo indiscutible es que El salvador adolescente no pasar¨¢ inadvertido en un mundo inventado para confundir las miradas.
Babelia
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