?Qui¨¦n gobernar¨¢ las finanzas mundiales?
El Fondo promete cambios en la sucesi¨®n de DSK, pero Europa dif¨ªcilmente ceder¨¢ el cargo
"Si queremos que todo siga como est¨¢, es necesario que todo cambie". El di¨¢logo que Giuseppe Tomasi di Lampedusa escribi¨® en su obra El Gatopardo entre Tancredi Falconeri y su t¨ªo, el Pr¨ªncipe de Salina, bien podr¨ªa servir para resumir el trasfondo del proceso de selecci¨®n del pr¨®ximo dirigente del Fondo Monetario Internacional (FMI) tras la abrupta salida de Dominique Strauss-Kahn (conocido como DSK) del organismo. Al arrancar el proceso de selecci¨®n, el FMI se comprometi¨® a llevar a cabo "un proceso abierto y transparente, basado en el m¨¦rito y no en la nacionalidad". Pero solo una gran sorpresa -o una improbable imputaci¨®n judicial, por ejemplo, en el caso Tapie- evitar¨¢ que Europa vuelva a dirigir el Fondo, manteniendo as¨ª una tradici¨®n que se remonta a la fecha de creaci¨®n del organismo y del Banco Mundial, 1944.
Solo el mexicano Carstens y la francesa Lagarde han hecho campa?a
El sistema de voto, donde pesan m¨¢s los desarrollados, no favorece el cambio
La elecci¨®n se complica; tambi¨¦n est¨¢ en juego el 'n¨²mero dos'
Los emergentes se muestran incapaces de consensuar un candidato ¨²nico
Lagarde ha relatado sus viajes en busca de apoyos en Twitter y Facebook
El buz¨®n de candidaturas al cargo se cerr¨® el pasado viernes a medianoche y no ser¨¢ hasta esta semana cuando el Consejo del organismo examine todas las propuestas y haga p¨²blicos los nombres. Si finalmente hubiera m¨¢s de tres candidatos, se dar¨¢ una semana m¨¢s de plazo para proponer una terna y empezar as¨ª el proceso de entrevistas con cada uno de ellos. Todo con el objetivo de terminar el proceso de selecci¨®n antes del 30 de junio.
El gobernador del banco central de Kazajist¨¢n, Grigori Martchenko, y el exministro de Finanzas de Sur¨¢frica, Trevor Manuel, han amagado con presentarse como contendientes en la batalla por el liderazgo del FMI aunque ambos se batieron en retirada a ¨²ltima hora del viernes. Solo dos candidatos han hecho campa?a puerta a puerta: la ministra francesa de Econom¨ªa, Christine Lagarde, y el gobernador del Banco Central de M¨¦xico, Agust¨ªn Carstens. Uno tras otro -el mexicano siempre a la zaga- han visitado Brasil, India, China y distintos pa¨ªses europeos. Pero las posibilidades de cada uno de ellos son muy dispares. "Algo muy raro tendr¨ªa que pasar para que Lagarde no sea la pr¨®xima directora gerente del FMI", admite ?ngel Ubide, profesor visitante del Peterson Institute en Washington y buen conocedor del Fondo.
El propio Carstens reconoc¨ªa en una reciente entrevista que es muy dif¨ªcil acabar de golpe con una tradici¨®n de 66 a?os, pero hay que reconocer que el sistema de voto tampoco favorece el cambio. La elecci¨®n del director gerente corresponde al Consejo Ejecutivo del Fondo, compuesto por 24 directores -o sillas, como se denominan en la instituci¨®n-. Con puesto propio en el consejo se encuentran EE UU, Jap¨®n, Alemania, Francia y Reino Unido, los miembros con mayor peso en el capital del organismo (16,7%, 6,2%, 5,8%, 4,3% y 4,3%, respectivamente). El resto de pa¨ªses se agrupa en torno a las sillas y sus integrantes se alternan como directores de la misma.
En el caso de Espa?a, esta comparte silla con Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, M¨¦xico, Nicaragua y Venezuela. Entre todos tienen un porcentaje de voto del 4,6%, y en este momento es M¨¦xico quien ostenta la presidencia de la silla. Por eso la vicepresidenta Elena Salgado admit¨ªa hace unos d¨ªas que, como miembro de la Uni¨®n Europea, Espa?a deseaba que el pr¨®ximo director gerente del Fondo fuera Christine Lagarde, pero que Espa?a, seguramente, votar¨ªa por el candidato mexicano. Todo porque el director de la silla ostenta el voto a t¨ªtulo individual, y aunque cada silla establece sus propias normas de funcionamiento y si pacta o no las decisiones a adoptar, lo cierto es que es el director de turno quien tiene la ¨²ltima palabra. La silla de Espa?a, sin duda, votar¨¢ por Carstens.
Ese puede ser todo el apoyo que reciba el gobernador mexicano. Aunque otros pa¨ªses latinoamericanos han expresado su apoyo oficial a la candidatura (como Belice, Bolivia, Colombia, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Panam¨¢, Paraguay, Per¨², Rep¨²blica Dominicana, Uruguay y Venezuela), ninguno de ellos ostenta las sillas de sus grupos, y quienes lo hacen, como Argentina o Brasil, han dejado entrever los recelos intrarregionales y las dificultades para consensuar un candidato alternativo. Lo mismo sucede con el conjunto de pa¨ªses emergentes.
"La prensa y el mundo occidental tratan a los emergentes como si fueran un bloque ¨²nico y unido, pero la realidad es que son muy diferentes entre s¨ª y tienen intereses encontrados. En cambio, el G-8 encuentra puntos de acuerdo con facilidad", asegura desde China Michael Pettis, profesor de finanzas de la Universidad de Pek¨ªn y socio de la Fundaci¨®n Carnegie para la Paz Internacional.
De hecho, a finales de mayo, el G-8 (integrado por EE UU, Francia, Alemania, Reino Unido, Canad¨¢, Jap¨®n, Italia y Rusia) emiti¨® un comunicado de apoyo a la candidatura francesa, aunque no necesariamente compromet¨ªan sus votos. Grigori Martchenko ha denunciado que el acuerdo del G-8 era incluso previo a la reuni¨®n de Deauville en la que se produjo oficialmente y que se hab¨ªa acordado incluso antes de la precipitada salida de DSK.
No son pocos quienes defienden esa tesis, siempre off the record. La salida de Strauss-Kahn a mediados de julio para competir por la presidencia de Francia era casi un secreto a voces, y el Gobierno franc¨¦s ya hab¨ªa promocionado a Christine Lagarde como su reemplazo. Para ganarse el apoyo de los emergentes, parte del acuerdo ser¨ªa que el actual asesor especial del director gerente, el chino Zhu Min, pasara a tener estatus permanente en la direcci¨®n del organismo, bien ampliando los puestos directivos de los tres actuales a cuatro o bien sustituyendo al director japon¨¦s, Naoyuki Shinohara, de forma autom¨¢tica al t¨¦rmino de su mandato. La sospecha de ese pacto explicar¨ªa, dicen las mismas fuentes, la negativa de India a garantizar su apoyo a Lagarde.
La elecci¨®n del director gerente se complica a¨²n m¨¢s toda vez que el n¨²mero dos del Fondo, el estadounidense John Lipsky, hab¨ªa anunciado su marcha para agosto apenas un par de d¨ªas antes de la detenci¨®n de Strauss-Kahn en Nueva York. Es la primera vez desde su creaci¨®n que hay que elegir al mismo tiempo a los dos m¨¢ximos responsables de la instituci¨®n, una circunstancia que condiciona la posici¨®n estadounidense. Aunque muchos analistas consideran que Carstens, como mexicano, estar¨ªa muy vinculado a EE UU y sus intereses, y que podr¨ªa representar una transici¨®n tranquila hacia un FMI dirigido por emergentes, lo cierto es que cuestionar la direcci¨®n del FMI para Europa supondr¨ªa lo mismo para el n¨²mero dos del organismo, as¨ª como la presidencia del Banco Mundial, en mano de los estadounidenses desde su creaci¨®n y que debe renovarse en 2012. Antes de que se desatara la crisis en la direcci¨®n del Fondo y de manera extraoficial, EE UU ya ha anunciado que el sustituto de Lipsky ser¨ªa David Lipton, actual responsable del Tesoro estadounidense para asuntos internacionales.
Sea quien sea quien finalmente dirija el Fondo, "no va a tener periodo de aprendizaje ni de rodaje. Va a tener que ponerse a trabajar desde el primer d¨ªa porque los retos son considerables y el mundo no puede esperar", advierte Luigi Zingales, profesor de finanzas de la Universidad de Chicago.
Ah¨ª s¨ª que hay coincidencia total: no hay mayor reto en la pr¨®xima d¨¦cada para el Fondo que resolver apropiadamente y con la mayor rapidez posible la crisis de deuda europea. La disparidad empieza a la hora de valorar si Lagarde es la m¨¢s apropiada para esa tarea.
"Lagarde ser¨ªa una excelente candidata en circunstancias normales, pero estas no lo son", se?ala Michael Pettis. "Su principal desventaja son sus conflictos de inter¨¦s sobre el futuro del euro y que no podr¨¢ proporcionar el consejo independiente y desapasionado que la eurozona necesita para resolver su crisis", se?ala Paul Seabright, profesor de la Escuela de Econ¨®micas de la Universidad de Toulouse y analista del Centro Europeo de Investigaci¨®n Econ¨®mica (CEPR, por sus siglas en ingl¨¦s). No en vano, Zingales recuerda que cuando tuvo lugar la crisis latinoamericana de los a?os noventa y la crisis asi¨¢tica de 1997 y 1998, Europa esgrim¨ªa la bondad de que el Fondo estuviera dirigido por alguien alejado de la regi¨®n. "No recuerdo al canciller alem¨¢n en la crisis de 1997 y 1998 defendiendo que fuera un asi¨¢tico quien tuviera que dirigir el Fondo como consecuencia de la crisis asi¨¢tica, ni que defendiera a un latinoamericano para el cargo cuando las crisis de Brasil y Argentina", reprochaba Stephen King, economista jefe del HSBC, en un debate en Internet.
Para ?ngel Ubide, sin embargo, "Lagarde cuenta con amplia experiencia de c¨®mo funciona la din¨¢mica pol¨ªtica europea, tiene la capacidad de poder hablar cara a cara con los ministros y responsables pol¨ªticos de todo el mundo y ha demostrado gran capacidad de gesti¨®n durante la presidencia francesa del G20". El principal reproche que le hace Zingales es la formaci¨®n. "Lagarde estudi¨® derecho y carece de la formaci¨®n t¨¦cnica necesaria para afrontar los complejos retos que tiene por delante", algo que no sucede en el caso de Carstens.
El gobernador del Banco de M¨¦xico estudi¨® en Chicago, la universidad en la que Zingales es profesor, y ha tenido que defenderse precisamente de las cr¨ªticas que suscita esa escuela, asociada a Milton Friedman y al liberalismo. "En Chicago no nos ense?an religi¨®n, solo instrumentos para el an¨¢lisis econ¨®mico", replicaba en una reciente entrevista.
El perfil pol¨ªtico de la candidata francesa, una caracter¨ªstica que tambi¨¦n comparte con los dos ¨²ltimos responsables de la entidad, puede ser un elemento a su favor, como recuerda Ubide, pero tambi¨¦n suscita cr¨ªticas. "Se corre el riesgo de que el director gerente pueda, en un determinado momento, salvaguardar su futura carrera pol¨ªtica m¨¢s que atender a las necesidades reales del cargo", asevera Paul Seabright desde Toulouse. "Esto era evidente en el caso de Strauss-Kahn, y ten¨ªa que haber dimitido hace mucho tiempo", apostilla Zingales.
Lo que no se puede negar es que, aun partiendo con ventaja, Lagarde se ha empleado a fondo en la carrera por dirigir el FMI. Desde que hiciera p¨²blica su candidatura, ha visitado Brasil, India, China, Portugal y Arabia Saud¨ª en busca de apoyos para su candidatura, un periplo que ha ido relatando a trav¨¦s de una cuenta en Twitter y otra en Facebook creadas expresamente al efecto. Carstens ha hecho un recorrido similar, pero siempre un par de d¨ªas despu¨¦s que la ministra francesa.
Aunque no sirva para granjearle votos, Lagarde es consciente de los nuevos tiempos que corren, de la necesidad de hacer m¨¢s transparentes las pol¨ªticas del organismo al que aspira y de tener una mayor conexi¨®n con la sociedad. Esta semana manten¨ªa una entrevista online con sus seguidores. Fue ah¨ª donde, por primera vez, esgrim¨ªa su condici¨®n de mujer como una ventaja para la candidatura -"desde 1944, todos los directores han sido hombres, [mi candidatura] es un signo alentador de diversidad"- y demostraba, seg¨²n algunos internautas, "sus dotes de pol¨ªtica: c¨®mo escribir 140 caracteres sin decir nada". Nada no. Tambi¨¦n mostr¨® discrepancias con la l¨ªnea oficial del Fondo al defender, en un tono mucho m¨¢s suave que el organismo, su confianza en que el yuan mantenga la senda al alza. Veremos si el discurso cambia desde el ¨²ltimo piso del edificio de la calle 19 en Washington. -
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