El Gobierno conf¨ªa en obtener casi 2.000 millones en la subasta del m¨®vil
Las operadoras optan a las frecuencias con un precio de salida de 1.453 millones
Se puede decir que ser¨¢ la mayor subasta que se haya celebrado en Espa?a. Pero no la organiza Sotheby's ni se pone a la venta un cuadro de Picasso. En realidad, la dirigir¨¢ el Ministerio de Industria y lo que se subasta es literalmente aire. El mi¨¦rcoles se pone en marcha la subasta de frecuencias de telefon¨ªa m¨®vil con un precio de salida de 1.453 millones, que el Gobierno conf¨ªa en que se eleve considerablemente para llenar las maltrechas arcas del Estado. Llegar a los 2.000 millones de euros ser¨¢ el escenario ideal, aunque la Administraci¨®n se dar¨ªa por satisfecha con 1.800 millones, seg¨²n fuentes de los operadores.
El proceso es nuevo para todos -el Gobierno y las 11 compa?¨ªas que se presentan- y est¨¢n nerviosos. La principal incertidumbre es la cantidad final que se recaudar¨¢. Y la segunda si la subasta permitir¨¢ que aparezcan nuevos competidores con red propia.
El proceso no es apto para profanos por su complejidad t¨¦cnica. Se subastan tres tipos de frecuencias. Las m¨¢s codiciadas son las de las bandas de 800 y 900 megahercios (MHz) porque son las que m¨¢s penetraci¨®n tienen en el interior de los edificios. Consecuentemente son las m¨¢s caras. Cada una de las seis de 800 cuesta un m¨ªnimo de 170 millones y las dos de 900 tienen un precio de salida de 169 millones. Las de 2,6 gigahercios son menos apetecibles, aunque est¨¢n destinadas a contener todo el tr¨¢fico de datos que se generar¨¢ en los pr¨®ximos a?os por la explosi¨®n de Internet m¨®vil gracias a los smartphones (tel¨¦fonos inteligentes) y tabletas.
Se da por hecho que los tres grandes operadores (Telef¨®nica, Vodafone y Orange) obtendr¨¢n el m¨¢ximo de frecuencias permitidas en 800 y 900 (20 MHz pareados incluidos los que ya poseen). Quedar¨ªa libre un bloque para nuevos entrantes, fundamentalmente Jazztel y Ono, ¨²nicos con implantaci¨®n nacional. Existe el peligro m¨¢s que probable, seg¨²n fuentes de los operadores, de que ese bloque quede desierto porque, con Yoigo fuera por decisi¨®n propia, tanto Jazztel como Ono deben realizar una gran inversi¨®n: el m¨ªnimo de la subasta y el despliegue de la infraestructura al no disponer de red m¨®vil.
Se estima que el bloque desierto podr¨ªa estar en la banda de 900, pero tambi¨¦n puede recaer en la denominada banda sucia, el bloque de 800 MHz que estar¨¢ pr¨®ximo a la ubicaci¨®n de televisi¨®n digital terrestre (TDT), con peligro de interferencias y que, seg¨²n las bases del concurso, deben resolver los adjudicatarios. La reventa tampoco se maneja porque no ser¨ªa posible hasta 2017.
En la banda de 2,6 GHz los precios var¨ªan, pero la regla que manejan los concursantes es sencilla: un mill¨®n de euros por megahercio en la parte estatal. Aqu¨ª hay frecuencias suficientes para todos, aunque eso no significa que no vaya a ver conflictos. En las concesiones estatales podr¨ªa colarse Jazztel y Ono. Y en las auton¨®micas, adem¨¢s de los operadores de ¨¢mbito nacional interesados en aumentar su presencia, alg¨²n regional podr¨ªa pujar fuera de su comunidad. Es el caso de Euskaltel que, adem¨¢s del Pa¨ªs Vasco, est¨¢ interesado en Navarra, donde competir¨¢ con Opnatel. El resto de los licitadores son la asturiana Telecable, Telecom Castilla-La Mancha, la gallega R Cable y la murciana COTA.
Para ganar hace falta estrategia. En realidad, la subasta se asemeja mucho a un campeonato de p¨®quer por Internet. Como en esas partidas virtuales, los aspirantes a las frecuencias conocen el importe de las pujas de sus contrincantes, pero no saben qui¨¦n las hace. Se trata de subastas ciegas para evitar que, dadas las limitaciones de frecuencias a que est¨¢n sometidos, Telef¨®nica, Vodafone y Orange, se repartan las concesiones mediante pujas pactadas.
Las pujas se llevan tambi¨¦n a cabo por Internet, utilizando una plataforma electr¨®nica segura. Y, adem¨¢s, lo har¨¢n desde sus oficinas y no en un hotel como sucedi¨® en Alemania en la ¨²ltima subasta de frecuencias de hace dos a?os. As¨ª se evitar¨¢ la claustrofobia y una elevada factura en dietas para los ejecutivos.
La subasta se desarrollar¨¢ en rondas, que no podr¨¢n durar menos de 15 minutos ni m¨¢s de dos horas, con un m¨¢ximo de 10 rondas por d¨ªa. Las pujas se har¨¢n por incrementos en porcentajes de 1%, 3%, 5%, 10% y 15% del precio de salida, aunque a lo largo del concurso podr¨¢n ser variados por el criterio de la mesa. Se espera que la subasta sea corta, y no dure m¨¢s all¨¢ de una semana.
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