Curso personal de novela
En Carlos Fuentes no ha desmayado nunca ni el analista ni el cronista de la actualidad pol¨ªtica y desde muy antiguo el novelista ha coexistido con el lector de literatura y novela, particularmente latinoamericana. Este volumen tiene algo de recapitulaci¨®n y de regreso a viejas lecturas centrales del autor y tambi¨¦n de los m¨²ltiples seguidores de literatura en espa?ol. Quiz¨¢ incluso alg¨²n afortunado lector reconozca en lo que es una imprecisa primera parte (hasta la p¨¢gina 300, m¨¢s o menos) los materiales de alg¨²n curso universitario, aunque no se indica en el texto: da igual, porque en todo caso el tono y el formato tiende a ser el de un curso de novela latinoamericana escrito con la fluidez, la amenidad y la ausencia de los habituales enredos gremiales y verbales.
La gran novela latinoamericana
Carlos Fuentes
Alfaguara. Madrid, 2011
440 p¨¢ginas. 18,50 euros
La segunda parte est¨¢ m¨¢s cerca de la reuni¨®n de rese?as y art¨ªculos breves sobre la narrativa m¨¢s reciente -es decir, en torno a los ¨²ltimos cuarenta a?os- y pierde tambi¨¦n algo de la personalidad lectora que exhibe Fuentes en la primera, cuando se concentra en una sola novela o un solo autor por extenso, con originalidad, con incursiones frecuentes y jugosas en su autobiograf¨ªa civil y cede incluso a la confidencia lujosa: su determinaci¨®n de no conocer a Borges personalmente para preservar "la sensaci¨®n pr¨ªstina de leerlo como escritor", la felicidad de conocer a un desarmante Juan Carlos Onetti o las m¨²ltiples alusiones a Alfonso Reyes que aparecen en el texto (aunque alg¨²n ¨²ltimo lector del manuscrito en la editorial debi¨® advertir las repeticiones de an¨¦cdotas y hasta frases divertidas, como la de Philip Roth).
El an¨¢lisis tiene un eje te¨®rico fuerte que se desdibuja en el curso mismo de la lectura, pero est¨¢ ah¨ª con voluntad de tesis: "Imaginar Am¨¦rica, contar el Nuevo Mundo, no s¨®lo como extensi¨®n sino como historia. Decir que el mundo no ha terminado porque es no s¨®lo un espacio limitado, sino un tiempo sin l¨ªmite. La creaci¨®n de esa cronotop¨ªa -tiempo y espacio- americana ha sido lo propio" de esa narrativa. Por razones muy distintas son particularmente brillantes el cap¨ªtulo sobre Machado de Assis y su Br¨¢s Cubas, el de Juan Rulfo y Pedro P¨¢ramo -"misteriosa, m¨ªstica, musitante, murmurante, mugiente y muda"- o la Rayuela de Cort¨¢zar enfocada desde las armas de la iron¨ªa, el humor y la imaginaci¨®n porque "fueron, son y ser¨¢n las del erasmismo en el contrapunto m¨ªtico, ¨¦pico y ut¨®pico de la tradici¨®n hispanoamericana".
El eje de fondo de las 150 p¨¢ginas finales est¨¢ en la voluntad de reconectar la invenci¨®n nueva con la tradici¨®n a trav¨¦s de cap¨ªtulos y subcap¨ªtulos: agrupa en uno la obra de mujeres y otro poco convincente se ocupa del grupo del crack -Volpi, Padilla, Urroz...-, al que acepta llamar as¨ª, quiz¨¢ como desembocadura de la ruta del boom al b¨²merang: el primero "trajo un humor a contrapelo, impl¨ªcito, enmascarado, ir¨®nico (
...), pero s¨®lo el b¨²merang sali¨® a carcajada limpia por los fueros de la comedia". A la cabeza se viene Bryce Echenique, que lamentablemente apenas sale, pero la alusi¨®n quiere valer para buena parte de los posteriores a la sagrada familia (para entendernos). En todo caso, los an¨¢lisis que all¨ª comparecen van desde alguien que es poco nuevo y muy bueno, como Ricardo Piglia y Blanco nocturno, hasta uno que siendo nuevo tiene una obra ya rotunda, como Juan Gabriel V¨¢squez. De la "ficci¨®n argentina" afirma que es "la m¨¢s rica de Hispanoam¨¦rica", y pese a eso apenas se menciona de pasada a Ernesto S¨¢bato -como si siguiese descolocado en su infierno- y puede que haya alguna l¨®gica impl¨ªcita en la ausencia de un Manuel Puig, o la mucho m¨¢s llamativa y extra?a del chileno Roberto Bola?o.
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