El arquitecto del vestido
En un juego de movimientos y alfileres, Juanjo Oliva transforma el tejido en dise?o sobre Laura Vecino. Con la ayuda de Carmen, su directora de taller, el dise?ador envuelve a la clienta en una superposici¨®n de telas naranjas. El vestido gira en manos de Oliva sobre un podio circular, en un probador de espejos infinitos, en su tienda-taller de Madrid. Ella interrumpe con sus propuestas. El dise?ador escucha, responde y modifica. Un ritual de improvisaci¨®n, intuici¨®n y t¨¦cnica que Juanjo Oliva (Madrid, 1971) lleva diez a?os ejecutando.
El modista se dio cuenta a principios de siglo de que pod¨ªa responder a una frustraci¨®n alej¨¢ndose del pr¨ºt-¨¤-porter: convertir las compras en "algo divertido" con un servicio de asesor¨ªa y costura abierto al di¨¢logo con la clienta. "Cuando est¨¢s delante de un genio, lo importante es dejarse aconsejar y olvidar t¨®picos y man¨ªas", dice Nieves ?lvarez. La modelo ve en las manos de su amigo las maneras de modistas como Giambattista Valli. "Su forma de cortar, los pliegues, sus escotes en la espalda... algunos de sus vestidos son piezas arquitect¨®nicas", explica ?lvarez. "Tiene un aire muy moderno y femenino, y al mismo tiempo es cl¨¢sico".
"Siempre lo ha tenido todo muy claro", dice su hermana y socia Mar¨ªa Jes¨²s. Con 11 a?os, Juanjo Oliva se acerc¨® a sus padres, un ebanista y un ama de casa, y les dijo que quer¨ªa ser dise?ador. No recuerda de d¨®nde le vino la idea, pero s¨ª la seriedad con la que su familia se tom¨® la noticia. Se salt¨® directamente el COU y la mili y lleg¨® a la Instituci¨®n Art¨ªstica de Ense?anza (IADE) en Madrid, donde se diplom¨® en dise?o. "Fue una decisi¨®n totalmente seria y madurada", afirma con contundencia.
La clarividencia de Oliva a esa edad se desprende del tono sosegado con el que repasa sus inicios. Al terminar sus estudios en Madrid se fue a Nueva York a hacer un curso de ilustraci¨®n. "Una experiencia piloto para darme cuenta de que ten¨ªa que irme fuera". Antes de trasladarse un a?o a Par¨ªs, prob¨® en el taller de la dise?adora Sybilla. Bibiana Fern¨¢ndez conoci¨® a Oliva en aquella etapa. "A¨²n reconozco en su referencia crom¨¢tica, con sus verdes y rojos, a Sybilla", dice la actriz. "Hay que ser muy humilde, porque recibir -no me quiero poner muy m¨ªstico- te permite dar", reconoce Oliva. "Gracias a ir a las ferias con Mar¨ªa Freire, de Antonio Pernas, aprend¨ª de una calidad de confecci¨®n que poca gente tiene en Espa?a. O estar en el mogoll¨®n de Zara hace 20 a?os y asumir el potencial de empresa que iba a ser".
Una tarde de noviembre de 2000, Esther, una de sus fieles clientas, se par¨® delante de los grandes ventanales de Egotherapy en Madrid, el primer espacio donde dos j¨®venes dise?adores, Juanjo Oliva y Carmen March, prestaban su servicio de costura. "Te explicaban cada detalle y te ofrec¨ªan la posibilidad de la costura a medida", apostilla esta mujer que guarda en su armario una pieza de cada colecci¨®n de Oliva.
Desde aquel "preproyecto", como lo denomina el modista, tendr¨ªan que pasar otros ocho a?os antes de que los planes de Oliva y March se separaran por completo. "Egotherapy fue como la lanzadera del Discovery. Hubo que quitar lastre para mantenerse en ¨®rbita. Se enviaron dos sat¨¦lites al mundo de la moda. Uno sigue por ah¨ª dando vueltas. El otro creo que se ha quedado en standby". Y para celebrar la misi¨®n, el equipo de Oliva encontr¨® el atelier de la calle de Orfila a principios de a?o. Un lugar adecuado a un negocio en expansi¨®n.
La parte m¨¢s escenogr¨¢fica comenz¨® hace una d¨¦cada en un aeropuerto, de vuelta de Par¨ªs. El dise?ador se acerc¨® a Amaya Arzuaga interesado por sus desfiles en Londres. "T¨¦cnicamente nunca hemos trabajado juntos. Juanjo empez¨® a venir a mis desfiles y, como todo aquel que se cuela en mi backstage, ayudaba en lo necesario", explica Arzuaga. La dise?adora reconoci¨® r¨¢pidamente "su sensibilidad para captar tendencias, poner el foco en lo correcto y fijarse en los detalles".
F¨®rmula a la que Oliva a?ade otra premisa: "Un buen dise?ador es aquel que no pierde la esencia de un vestido al adaptarlo a cualquier mujer". Es esta prenda la que ha hecho al modista. La pieza que las actrices A¨ªda Folch y Marisa Paredes pueden lucir sin mirar la etiqueta de la edad.
Estos mimbres le han permitido sostener una aventura empresarial que se gan¨® la confianza de la Asociaci¨®n de Creadores de Moda para ir a Nueva York, en 2009. Con Juan Duyos, Ana Locking y Carmen March present¨® el proyecto 4 eyes, un ambicioso plan de internacionalizaci¨®n de la moda espa?ola.
El pasaporte a la experiencia neoyorquina lo consigui¨® gracias al empuje que Cibeles Madrid Fashion Week le ha dado a su marca. En noviembre de 2003, reci¨¦n aterrizado en Mil¨¢n para celebrar su cumplea?os, Cuca Solana, directora del certamen, le comunicaba que sus dise?os se presentar¨ªan en lo que anta?o era la alternativa al actual Ego: los desfiles colectivos del ¨²ltimo d¨ªa de Cibeles. "Soy de una quinta muy atractiva. Compart¨ª espacio con Carlos D¨ªez D¨ªez, Davidelf¨ªn o Jorge V¨¢zquez".
Desde entonces reconoce sin titubeos que no le ha pasado nada "tan determinante". Para Juanjo Oliva, Cibeles es un talism¨¢n que le ha tra¨ªdo algunos de sus premios m¨¢s importantes como el L'Or¨¦al en 2005, 2008 y 2011 con "una colecci¨®n de 20 vestidos de alta costura". Oliva es el ¨²nico dise?ador que ha ganado tres veces el galard¨®n. Aunque Cibeles se convirti¨®, al mismo tiempo, en una r¨¦mora. "Mientras la gente de la calle valora mucho el certamen, la prensa transmite que no abre al creador todas las puertas como deber¨ªa". Oliva reconoce en parte este mensaje y va m¨¢s all¨¢ situando en el mapa a la industria. "Los trabajos buenos de Cibeles, incluso con apoyo medi¨¢tico, no consiguen lo que obtiene un Thakoon en dos temporadas en Nueva York: 600 puntos de venta". El modista estadounidense, "modelo de frustraci¨®n" para Oliva, no se enfrenta a una batalla similar a la de David contra Goliat: "En Espa?a se ha elegido el modelo de negocio m¨¢s exitoso y aunque sea un monopolio sin dise?ador a la cabeza, es por el que se apuesta".
Su perspectiva de la costura, inspirada por maestros como Yves Saint Laurent, se ha ido atemperando con el tiempo por imposici¨®n de ese modelo industrial espa?ol, rematado por la coyuntura econ¨®mica actual. "Con lo que cuesta hacer un vestido, es una pena que solo se use una vez. No nos damos cuenta de que a veces ayudamos m¨¢s a esa parte de alfombra roja que al d¨ªa a d¨ªa", proclama Oliva. Sus ¨²ltimas colecciones se han acercado al pr¨ºt-¨¤-porter y han coqueteado con nuevas formas de distribuci¨®n: las tiendas multimarca como Yube en Madrid y Atmosphere en Par¨ªs, y las colaboraciones para desarrollar complementos con Fosco. "Es muy complicado crear fidelidad cuando el cliente termina convenciendo a una dependienta que no sabe o no quiere asesorar. La gente opta cada vez m¨¢s por una compra m¨¢s as¨¦ptica". Por eso, sus dise?os pr¨ºt-¨¤-porter se pueden adquirir online en BuyVip.
Tal vez no estuvieran en sus planes de couturier los caminos por los que ha discurrido su empresa, pero no reniega de ninguno de sus pasos. Ahora, con fuerzas renovadas, tras consolidar su negocio en Espa?a, el modista ans¨ªa cumplir su sue?o americano. "Par¨ªs est¨¢ m¨¢s saturado por el dominio de dos grupos. En Nueva York existen compa?¨ªas inversoras que facilitan una posibilidad de negocio a las empresas j¨®venes". Puede que por fin la aguja de artesano de Oliva encuentre la puntada de vanguardia que la moda internacional no pueda rechazar.
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