El BCE busca una bala de plata
Los expertos calculan un margen para compra de deuda de dos a tres billones de euros - Los Tratados limitan la actuaci¨®n del Banco Central
El Banco Central Europeo (BCE) acaba de lanzar una aplicaci¨®n para iPhone y iPad que permite a los usuarios jugar a ser banquero central. Se llama Econom¨ªa y en ella el usuario puede subir o bajar los tipos de inter¨¦s, ver su impacto sobre la inflaci¨®n y el crecimiento, leer qu¨¦ opina la prensa de sus medidas, elegir el perfil de los consejeros del Banco... Pero, en cambio, no permite inyectar miles de millones de euros en el sistema financiero, no puede proporcionar fondos de emergencia a entidades sin acceso a los mercados ni permite la compra masiva de deuda p¨²blica para atajar crisis soberanas. Como se ve, el juego difiere poco de la realidad del BCE.
Como muchos otros bancos centrales en esta crisis, la autoridad monetaria europea ha puesto en marcha medidas no convencionales de pol¨ªtica monetaria y ha utilizado su balance para tratar de estabilizar, de distintas formas, el sistema financiero y evitar un evento sist¨¦mico relacionado bien con una instituci¨®n de cr¨¦dito o con un Gobierno de la zona euro. Pero, a diferencia de otras autoridades monetarias, el BCE no puede actuar como prestamista de ¨²ltima instancia para los Estados porque el Tratado impide expl¨ªcitamente, en su art¨ªculo 125, el rescate financiero de los Estados y la financiaci¨®n de los Gobiernos, art¨ªculo 123. El BCE parte, pues, con un defecto de origen. [S¨ª puede ser prestamista de ¨²ltima instancia para los bancos en caso de dificultades de liquidez, pero tampoco si estos afrontan problemas de solvencia].
El banco no puede rescatar Estados ni proporcionarles financiaci¨®n directa
Su estrategia ante la crisis no funciona, el contagio se ha extendido
La entidad ha destinado 187.980 millones a comprar bonos soberanos
El activo m¨¢s valioso es la credibilidad y el BCE se la ha ganado
La v¨ªa elegida para trasgredir esa limitaci¨®n del Tratado ha sido la compra de deuda p¨²blica en el mercado secundario, bajo la excusa de que se trata de un instrumento para mejorar la transmisi¨®n monetaria. La compra directa de deuda se considerar¨ªa financiaci¨®n monetaria. Pero esa estrategia claramente no ha funcionado. La presi¨®n sobre la deuda soberana europea apenas se ha tomado alg¨²n que otro respiro en su escalada desde enero de 2010 y el contagio alcanza ya a los pa¨ªses centrales del euro, como Francia, B¨¦lgica o Austria. "El banco no ha sido lo suficientemente contundente a la hora de transmitir que quienes apuesten contra la deuda europea ten¨ªan las de perder y hasta ahora, en efecto, no han perdido", se?alan fuentes financieras. "Se han cometido muchos errores, se ha apostado por un dogmatismo que no es defendible en las actuales circunstancias", rematan. El dogmatismo, sin duda, tiene acento alem¨¢n.
Con las primas de riesgo de Italia y Espa?a en m¨¢ximos hist¨®ricos y rozando los niveles que forzaron la intervenci¨®n de Grecia, Irlanda y Portugal, el gobernador del Bundesbank, Jens Weidman, rechazaba esta semana con rotundidad la posibilidad de que el BCE pudiera convertirse en el prestamista de ¨²ltima instancia de los Gobiernos de Italia o Espa?a. "Es una idea absurda", sentenci¨® que, en su opini¨®n, puede adem¨¢s rozar la ilegalidad.
Entonces, ?qu¨¦ margen de actuaci¨®n tiene verdaderamente el BCE?, ?tiene en su poder la bala de plata que le permita poner fin a la espiral de la deuda soberana? Willen Buiter, economista jefe de Citigroup, y Huw Pill, de Goldman Sachs, han hecho sus c¨¢lculos de forma independiente y ambos concluyen que la autoridad monetaria europea tiene entre dos y tres billones de euros de margen para poder comprar deuda perif¨¦rica de forma masiva, sin que ello constituya una amenaza inflacionista a largo plazo para la regi¨®n, lo que constituye el mandato exclusivo de la entidad.
Al director del departamento de Econom¨ªa de Esade, Fernando Ballabriga, le salen los mismos n¨²meros. "El BCE podr¨ªa hasta triplicar sus actuales compras para salvar la crisis del euro", aseguraba esta semana en una conferencia en Madrid, en la que reclamaba a la entidad un "vuelco" en su prudente pol¨ªtica de compra de deuda perif¨¦rica.
Ese giro rebasar¨ªa los l¨ªmites que le impone el Tratado "a menos que se le d¨¦ una coartada, que se tratara de una medida temporal hasta que el instrumento alternativo, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, estuviera en pleno funcionamiento. Pero ese Fondo no acaba de ponerse en marcha", subraya un experto financiero.
No cabe duda de que del activo m¨¢s valioso de un banco central es la credibilidad y el BCE se la ha ganado al cumplir su misi¨®n y lograr que la inflaci¨®n se haya situado de media desde 1999 en el 2%. "Pero el Banco puede verse forzado a perder parte de esa credibilidad con el fin de evitar una crisis financiera tan seria que haga de Lehman Brothers apenas un episodio secundario", apunta otro experto financiero. Esas medidas pasar¨ªan por acelerar la compra de deuda p¨²blica, opci¨®n no exenta de riesgos.
"La compra de activos por parte del Banco de Inglaterra, por ejemplo, se ha hecho a trav¨¦s de veh¨ªculos fuera de balance, respaldados con garant¨ªas del Gobierno. En el caso del BCE, los activos comprados se quedan en su balance, lo que implica un mayor grado de riesgo financiero para la entidad", advert¨ªa Dirk Schumacher, de Goldman Sachs, en un informe del mes de septiembre. A finales de agosto, el balance del BCE rondaba los dos billones de euros. De esa cantidad, hasta el pasado 4 de noviembre apenas hab¨ªa destinado 187.980 millones a la compra de deuda p¨²blica.
No obstante, el balance del BCE cuenta con mucha m¨¢s deuda soberana utilizada por los bancos como colateral para obtener financiaci¨®n. Goldman Sachs calcula, al menos, otros 250.000 millones de euros solo en bonos de los pa¨ªses intervenidos, lo que implicar¨ªa considerables p¨¦rdidas para la entidad en caso de quiebra de uno de ellos. Mari?a Mart¨ªnez Malvar, de Saxo Bank, critica esa medida, como tambi¨¦n hace Alemania. "Al fin y al cabo tampoco queremos un banco central endeudado hasta l¨ªmites exagerados de deuda de pa¨ªses con problemas, ya que a fin de cuentas estamos limitando y condenando el futuro de la instituci¨®n". Pero nadie duda de que, con o sin compra de bonos, un evento de ese tipo amenazar¨ªa la posici¨®n financiera del BCE.
Ante el agravamiento de la crisis, en Fr¨¢ncfort han empezado a buscar alternativas. La ¨²ltima idea ser¨ªa la de transferir recursos al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que este, a su vez, financiara al Fondo de Estabilidad Financiera que podr¨ªa, entonces, acudir al rescate de los Estados en dificultades. Usar intermediarios para evitar que parezca lo que es, evidencia que el alcance del rescate no es el verdadero problema del euro, sino m¨¢s bien un problema de identidad. Algo as¨ª como hacerse trampas en el solitario.
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