El BCE anuncia agresivas medidas para la banca, pero defrauda con la deuda
Draghi baja los tipos de inter¨¦s al 1% y prestar¨¢ dinero a tres a?os a los bancos, pero enfr¨ªa las expectativas sobre la compra de deuda p¨²blica a gran escala
No habr¨¢ un caso Lehman Brothers en Europa, aunque a¨²n no cabe descartar alg¨²n accidente a la argentina. Ante la crisis de doble h¨¦lice (bancaria y fiscal) que tiene aterrorizada a la eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) decidi¨® ayer no salirse del guion: resistencia pasiva con los Estados, activismo decidido con los bancos. El BCE sali¨® de nuevo al rescate del sistema financiero con medidas atrevidas, que aseguran a la banca todo el dinero fresco que quiera durante a?os.
Frente a esas caranto?as al sistema bancario, necesitado de cuidados intensivos, la firmeza habitual con la crisis de la deuda: el presidente del eurobanco, Mario Draghi, sigue a la espera de un pacto entre los l¨ªderes pol¨ªticos para imponer disciplina fiscal antes de acercarse al bot¨®n nuclear, la compra de bonos a gran escala. En suma, ni fu ni fa; tibieza en Fr¨¢ncfort. Mal recibida por los mercados, ¨¢vidos de un bombardeo del BCE en el mercado de bonos, poco confiado en que sea Bruselas quien resuelva las cosas.
Los bancos podr¨¢n recibir liquidez del BCE con la garant¨ªa de pr¨¦stamos
El Banco Central rebaja su previsi¨®n de crecimiento para la UE en 2012
A todo esto, Draghi rebaj¨® los tipos de inter¨¦s al 1% por segunda vez consecutiva en sus dos meses en el cargo. Pero el precio del dinero pasa cada vez m¨¢s inadvertido: en Jap¨®n, EE UU y Reino Unido est¨¢ casi al 0% y eso apenas ha dado una sola alegr¨ªa por esos lares. Tampoco es probable que ayude demasiado a Europa.
Los tipos oficiales eran, en tiempos de paz con los mercados, uno de los datos claves para calibrar el estado de la econom¨ªa. Ya no: a estas alturas de la crisis, los tipos han dejado de ser el interruptor que calienta o enfr¨ªa la actividad econ¨®mica. Porque estos no son tiempos normales: la mayor crisis financiera en d¨¦cadas se combina con la mayor crisis fiscal desde la II Guerra Mundial. En esas condiciones, los bancos no dan cr¨¦dito; ni siquiera se prestan entre ellos.
La sombra de una suspensi¨®n de pagos sobrevuela la eurozona y explica el miedo contagioso en la deuda p¨²blica. Y la econom¨ªa, con todas esas medidas extraordinarias sobre el tapete, flirtea con la recesi¨®n: la eurozona crecer¨¢ un 0,3% en 2012 en el escenario central del BCE, aunque en el peor de los casos podr¨ªa caer hasta el 0,4%. Todo eso, en medio de una obsesi¨®n por la austeridad que obliga a cuadrar el c¨ªrculo: sin crecimiento es muy dif¨ªcil pagar las deudas.
Pero alguna buena noticia hay. El BCE ampli¨® la barra libre de liquidez a la banca hasta un plazo de tres a?os y con muchas m¨¢s facilidades. Hasta ahora les prestaba dinero a 13 meses como m¨¢ximo: ahora son 36 meses. A cambio, los bancos tienen que dejar en la ventanilla del BCE activos: la novedad es que el eurobanco acepta ya pr¨¢cticamente de todo como aval. Incluso, por primera vez, los pr¨¦stamos a peque?as y medianas empresas. "Draghi acepta ya hasta el papel higi¨¦nico como colateral", dec¨ªa anoche de forma expresiva el economista jefe de Intermoney, Jos¨¦ Carlos D¨ªez.
Los bancos europeos llevan meses complicados. Por una combinaci¨®n de excesos: se endeudaron sobremanera en los a?os del boom, abusaron del ladrillo y de otros activos basura, y ahora arrastran el estigma de tener la barriga llena de deuda europea, de la que huyen los inversores. En esas condiciones les cuesta financiarse, y adem¨¢s los reguladores les exigen m¨¢s capital. Eso s¨ª, Draghi les pone las cosas f¨¢ciles: tienen que dejar menos reservas en los bancos centrales, pueden obtener m¨¢s liquidez con activos de menor calidad a cambio y a plazos m¨¢s largos, tienen a su disposici¨®n efectivo en d¨®lares. Un poco de todo para que no se queden secos, para que no se repita un caso Lehman. "Las medidas buscan suavizar la presi¨®n", resumi¨® Draghi en la sede del BCE.
Menos presi¨®n por ese lado, pero la misma por otro. Draghi se encarg¨® de rebajar las expectativas en lo relativo a la compra de bonos creadas la semana pasada, cuando dio a entender que si la UE daba pasos en la direcci¨®n correcta -reglas presupuestarias m¨¢s estrictas y sanciones para los incumplidores-, el BCE podr¨ªa salir en ayuda de los pa¨ªses con problemas. Pero no. Hasta en media docena de ocasiones le preguntaron por la compra de deuda a gran escala. Neg¨® seis veces: "Los tratados dicen que no se puede monetizar la deuda [comprar bonos imprimiendo dinero] y los bancos centrales suelen respetar las leyes".
Pero de refil¨®n, las medidas de ayer dan a los bancos la posibilidad de hacer algo parecido: la banca puede endeudarse a tres a?os al 1% en el BCE y comprar bonos a ese plazo con tipos mucho m¨¢s altos: beneficio seguro para ellos y menos presi¨®n para los Estados. "El problema es que la deuda europea est¨¢ estigmatizada: es el BCE quien debe quitarse complejos y entrar con todo en el mercado. Por ahora lo ¨²nico que hace es guardarse la cartuchera por si vienen los indios: corre el riesgo de que los indios le corten la cabellera a Europa, y entonces para qu¨¦ va a querer el BCE la cartuchera", explic¨® el analista Juan Ignacio Crespo.
Draghi lo tiene claro: "Nuestra idea es colaborar. Pero hay decisiones que tomar en manos de los pol¨ªticos". Bruselas y su en¨¦sima cumbre tienen la palabra. Y a la vista del ¨¦xito de las ¨²ltimas citas, los indios deben de estar afilando cuchillos.
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