Bush insta a Argentina a "poner la casa en orden"

El presidente de EE UU, George W. Bush, ha se?alado hoy que corresponde a Argentina "poner la casa en orden" y la elaboraci¨®n de un plan que saque al pa¨ªs de su crisis financiera. "Todo depende de lo que Argentina decida", ha indicado el presidente en una breve conferencia de prensa en su rancho cerca de Crawford (Texas).

Seg¨²n Bush, "la clave es que Argentina ponga en orden su plan fiscal, que ponga en orden su pol¨ªtica monetaria y que desarrolle un plan que muestre una vitalidad y un crecimiento econ¨®mico sostenidos". El presidente ha informado de que convers¨® por tel¨¦fono con hom¨®logos de M¨¦xico, Brasil, Chile y Uruguay para sopesar las consecuencias de la crisis argentina para la regi¨®n.

"Estamos dispuestos a ofrecer la asistencia t¨¦cnica, por medio del Fondo Monetario Internacional" (FMI), ha agragado Bush, desenchando las conjeturas sobre un auxilio financiero estadounidense a Argentina. "Hemos dejado en claro que nuestro Gobierno tiene conciencia de lo que ocurre y de que estamos plenamente involucrados. Pero le corresponde a Argentina la elaboraci¨®n de un plan. Hay un gobierno interino y habr¨¢ elecciones en un par de meses", ha subrayado.

La preocupaci¨®n espa?ola

Mientras tanto, el ministro espa?ol de Exteriores, Josep Piqu¨¦, ha afirmado al final de una visita de d¨ªa y medio a Buenos Aires que Argentina debe superar "cuanto antes" las medidas de pol¨ªtica econ¨®mica heterodoxas y de corto plazo, para alcanzar un marco de "normalidad" que permita terminar con la recesi¨®n.

Entre esas medidas de heterodoxia econ¨®mica el ministro ha citado la emisi¨®n de una nueva moneda, el argentino, que ha anunciado el Gobierno interino de Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢ para aumentar el dinero circulante y que ser¨¢ respaldada por los bienes inmuebles del Estado.

Sin embargo, Piqu¨¦ no ha querido comentar las decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica de choque que ha anunciado Rodr¨ªguez Sa¨¢, que incluyen, adem¨¢s de la emisi¨®n de un nueva moneda, disposiciones sobre legislaci¨®n laboral y medidas para evitar el deterioro de las jubilaciones estatales y de los salarios de los funcionarios.

El ministro espa?ol se ha limitado a se?alar que "todav¨ªa es prematuro" entrar a valorar esas disposiciones, aunque ha asegurado que las autoridades argentinas le han dado garant¨ªas de que hay planes "m¨¢s all¨¢ de la coyuntura". "No podemos quedarnos s¨®lo con planteamientos a corto plazo, que pueden ser muy necesarios, y de hecho lo son, porque la situaci¨®n social es muy seria, pero es imprescindible que eso se inscriba en un marco de no excepcionalidad para Argentina", ha insistido.

En este sentido, ha admitido que la crisis argentina provoca sacrificios y costes para todos, incluidas para las empresas espa?olas radicadas en el pa¨ªs latinoamericano. Desde 1990 hasta el a?o 2000, empresas espa?olas han invertido un total de 41.000 millones de d¨®lares en Argentina. Actualmente dan trabajo a m¨¢s de 70.000 personas con empleos directos.

Piqu¨¦ ha a?adido que en sus reuniones con los empresarios espa?oles ha percibido la "preocupaci¨®n" por la "recesi¨®n muy profunda" que atraviesa el pa¨ªs y su temor de que el pa¨ªs retroceda en el esquema de liberaci¨®n econ¨®mica que comenz¨® a comienzos de los 90.

Desesperaci¨®n por la falta de liquidez

Mientras tanto, el sistema del corralito (restricciones financieras para frenar la fuga de capitales) est¨¢ causando dolores de cabeza al Gobierno y desespera a inversores y empresas, con dep¨®sitos por 66.185 millones de d¨®lares retenidos en los bancos.

Estas restricciones han ocasionado una escasez de dinero en circulaci¨®n y largas colas en los bancos, donde miles de personas, bajo las altas temperaturas del verano austral, se agolpan para retirar la parte de dinero en efectivo que se les permite y pagar impuestos o servicios, pero tambi¨¦n para informarse de los alcances de las restricciones, que cambian casi a diario.

En cuanto a la situaci¨®n pol¨ªtica, a menos de una semana de llegar al poder con la promesa de convocar a elecciones, en el peronismo se ha desatado un fuerte debate sobre la duraci¨®n del mandato del presidente provisional.