Familias con la hipoteca al cuello

Hay unas 180.000 familias en Espa?a con problemas para pagar su hipoteca, y se calcula que en un plazo de 18 meses corren el riesgo de ser desalojadas si nadie lo remedia. Sus cuotas hipotecarias han aumentado hasta en un 80% en los ¨²ltimos tres a?os, seg¨²n la Asociaci¨®n Am¨¦rica, Espa?a, Solidaridad y Cooperaci¨®n (Aesco). M¨¢s optimistas son en la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU), donde calculan que alrededor de 75.000 familias podr¨ªan perder sus casas.

Al margen de las cifras, ninguna de estas familias se pod¨ªa imaginar que el tipo de inter¨¦s que ahora domina sus vidas, el Eur¨ªbor, fuera a duplicar su nivel. Por no hablar de las deudas que arrastran por contratar pr¨¦stamos personales para cubrir los costes de compraventa de la casa, seguros y comisiones de las inmobiliarias, e incluso para hacer reformas. Pero los bancos no perdonan.

En s¨®lo tres a?os, Rosa Mar¨ªa, de 45 a?os, ha pasado de pagar 750 a 1.490 euros al mes

El 60% de estas familias son espa?olas, j¨®venes matrimonios y parejas de hecho. El 40% restante son inmigrantes, parte de los cinco millones de extranjeros "convocados por el crecimiento econ¨®mico espa?ol y seducidos por las ofertas de c¨®mprese su casa por menos de lo que cuesta un alquiler", se?ala Gustavo Fajardo Celis, abogado de Aesco.

Pero a diferencia de los espa?oles, los inmigrantes no tienen un colch¨®n social para salir del bache. Los nacionales cuentan con la familia, generalmente padres avalistas que hoy pagan el 50% de la cuota hipotecaria. Se calcula que unos 200.000 inmigrantes han comprado vivienda en la ¨¦poca de bonanza econ¨®mica y bajos tipos de inter¨¦s. El 60% ha sido el colectivo de ecuatorianos. Y ahora son los m¨¢s perjudicados. La mayor¨ªa se ha hipotecado por unos 180.000 euros y por un plazo de 30 a?os. "En sus pa¨ªses de origen no pod¨ªan ni siquiera entrar en los bancos", dice el abogado Fajardo.

La tarjeta de cr¨¦dito no es la soluci¨®n

Espa?oles y extranjeros est¨¢n sufriendo p¨¦rdidas del trabajo, reducci¨®n de salarios y algunas familias llevan m¨¢s de siete meses sin poder comprar alimentos. Lo poco que entra en casa es para pagar la hipoteca. Algunas cuentan c¨®mo est¨¢n recurriendo a la tarjeta de cr¨¦dito para completar la cuota hipotecaria, aunque saben que no es una soluci¨®n.

La situaci¨®n de Rosa Mar¨ªa Afan es desesperada. Tiene 45 a?os, un hijo de ocho a?os y una casa en M¨®stoles que compr¨® en 2005. Entre su pareja y ella ingresan 1.900 euros al mes. Su hipoteca, por valor de 230.000 euros, ha pasado de 750 euros a 1.490 euros en tres a?os. Sab¨ªa que hab¨ªa firmado una hipoteca creciente, con facilidades de pago al principio, pero no conoc¨ªa las consecuencias. "Me dijeron que dentro de ocho a?os pagar¨ªa 1.000 euros". Adem¨¢s, la hipoteca de Rosa est¨¢ avalada con la n¨®mina de varios amigos.

No ha dejado de pagar ni una sola letra a costa de no tener dinero para comer. "Estoy pidiendo comida y dinero, no vamos a poder poner la calefacci¨®n y la luz la pago cuando puedo". De baja por una depresi¨®n, Rosa ha intentado renegociar las condiciones de su pr¨¦stamo con Caja Madrid, pero ha sido imposible. Denuncia la cantidad de productos que tuvo que contratar: tres seguros de vida, un plan de pensiones, el seguro de la tarjeta, etc¨¦tera.

El problema est¨¢ en los abusos reiterados que han cometido muchas entidades. Bancos y cajas han concedido cr¨¦ditos a familias que no reun¨ªan los requisitos de solvencia y por m¨¢s del 100% del valor de tasaci¨®n, denuncia la OCU.

Abusos reiterados Ala asociaci¨®n Aesco han recurrido 3.200 familias que no pueden hacer frente a la hipoteca, de las que 1.500 est¨¢n en la Comunidad de Madrid. Piden ayuda y dicen que por encima de todo quieren pagar su casa. "S¨®lo queremos seguir pagando lo mismo que hace tres o cuatro a?os, antes de la subida de los intereses", dicen varios afectados. Todos ellos han constituido la Uni¨®n de Propietarios de Viviendas Familiares Hipotecadas Impagables (UPVFHI), impulsada por Aesco, que lucha para buscar una salida a la inminente p¨¦rdida de las viviendas y a "la persecuci¨®n de las entidades para cobrar el resto del pr¨¦stamo". Estamos hablando de unos 70.000 euros, porque "el dinero que se obtiene con la subasta de la casa cubre s¨®lo el 60% de la deuda", se?alan en Aesco.

Esta asociaci¨®n ha llegado recientemente a un acuerdo con el Colegio de Abogados de Madrid para ofrecer a estas familias justicia gratuita y el nombramiento de abogado y procurador de oficio para la interposici¨®n del concurso voluntario de acreedores (establecer moratorias y negociaciones de pago con los bancos para que se arbitre una situaci¨®n transitoria mientras duran las dificultades econ¨®micas). Ya hay 600 familias que han presentado las solicitudes, otras 900 preparan la documentaci¨®n y hay una centena de letrados para la defensa de estas personas.

Son ya 150 las familias que han sido llevadas a un proceso de ejecuci¨®n hipotecaria. Es el caso de Marisol Sarango, ecuatoriana con la nacionalidad espa?ola. La primera subasta es declarada desierta, por lo que el banco se queda con la vivienda y la cede a una inmobiliaria de su cuerda. Marisol es desalojada. Pero el precio de la venta judicial s¨®lo ha cubierto entre un 40% y un 50% del pr¨¦stamo hipotecario. As¨ª, tanto el salario como cualquier ingreso de Marisol est¨¢ siendo embargado. Tan s¨®lo queda a salvo el salario m¨ªnimo interprofesional.

Otras familias tratan de negociar con el banco antes de que sea demasiado tarde. Rommy Orlando Loaiza tiene 27 a?os y lleva 14 en Espa?a. Est¨¢ casado con la espa?ola Silvia Quiroga y tienen un hijo de ocho a?os. En 2005 compraron un piso, hipotec¨¢ndose al 100%, y su primera letra fue de 970 euros mensuales. La agencia encargada de la compraventa, Tecnocasa, les cobr¨® 35.000 euros por los servicios y les asegur¨® que en tres a?os la letra les subir¨ªa unos 100 euros. "Era montador de andamios el¨¦ctricos y echando horas llegaba a los 1.700 euros, as¨ª que pens¨¦ que pod¨ªa asumirlo", dice Rommy.

Subidas e intereses

Pero al tercer mes la hipoteca comenz¨® a subir, hasta los 1.100 euros. Rommy lleva en paro cinco meses y su cuota es ahora de 1.700 euros, de los que 1.500 euros son intereses. Est¨¢ pagando lo que puede, sus 800 euros de paro y parte de lo que gana Silvia, pero no les da. Han alquilado su casa y se han marchado a casa de sus padres.

"Es incre¨ªble que el Banco Central Europeo ponga a disposici¨®n de los triunfadores de la burbuja miles de millones de euros, pero nadie se ocupe de las v¨ªctimas de ese fest¨ªn", se?ala Quiroga. Caja Madrid les ha propuesto pagar una cuota fija durante tres a?os de 1.300 euros, pero tampoco pueden hacer frente a esta cantidad. "Como ven que estoy pagando parte todav¨ªa no me han dado un ultim¨¢tum", indica Rommy.

Carmen Segura cuenta c¨®mo, sin saberlo, ella y su familia se han convertido en avalistas del piso de su hija de 23 a?os. Un piso que en total tiene cinco avales. Hace cuatro a?os se compr¨® una vivienda de 222.000 euros y Tecnocasa les indic¨® que el compromiso del aval era s¨®lo por tres a?os. No era verdad. "Ahora yo y cuatro familiares somos copropietarios de un piso durante 25 a?os y no lo podemos pagar", dice Carmen. La hija de Carmen, con depresi¨®n y un beb¨¦, empez¨® a pagar 960 euros y ahora la letra suma 1.450 euros. Hace seis meses que no pagan y deben ya 8.500 euros. Todos est¨¢n en el fichero de morosos Asnef. La entidad financiera vuelve a ser Caja Madrid, cuya tasa de morosidad ha pasado del 0,7% al 3,57%, cifra muy superior a otras cajas. En s¨®lo 12 meses sus cr¨¦ditos de dudoso cobro se han multiplicado por cinco.

Esta caja ha propuesto a Carmen y a su familia un ¨²nico plazo fijo de 1.220 euros durante 40 a?os, pero saben que tampoco es una soluci¨®n. De momento, ingresan en el banco entre 300 y 400 euros al mes y han alquilado dos habitaciones de su casa por 500 euros.

Y es que el encadenamiento hipotecario ha sido una de las pr¨¢cticas estrella durante los a?os del boom. "Constituye un riesgo alt¨ªsimo, ya que basta que uno de los eslabones deje de pagar para que el banco, que tiene domiciliado el pago de todos los encadenados, cobre el impago", dice el abogado Fajardo.

El caso de Pilar sorprende especialmente. Tiene 45 a?os, es espa?ola y ha avalado a tres familias africanas con su propia vivienda. Ahora debe la hipoteca de tres casas, gana 800 euros al mes y sabe que la van a embargar de un momento a otro. Melida Carmelina Berrezueta, con un sueldo de 500 euros, ha sido avalada por tres personas con similares ingresos, pero a su vez figura como avalista de ellos, por lo que es deudora solidaria de 600.000 euros. Y, adem¨¢s, debe los 200.000 euros de su vivienda.

Retenci¨®n de los dep¨®sitos

Diez familias han sufrido ya la retenci¨®n, sin autorizaci¨®n judicial, de sus dep¨®sitos bancarios para el pago de deudas de otros avalados, dicen en Aesco. "Esta pr¨¢ctica constituye una aut¨¦ntica apropiaci¨®n indebida y un abuso de las entidades bancarias", se?alan.

Los inmigrantes se enfrentan a otro problema. Comienzan a conocerse los primeros casos de entidades financieras que han vendido seguros a inmigrantes trabajadores con contratos por obra y servicio, sabiendo de antemano que s¨®lo cubren la baja de titulares con contratos indefinidos, dice la Asociaci¨®n de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), que ha impulsado un colectivo de damnificados que no pueden hacer frente a la subida de su cuota. A muchos hipotecados les han vendido el seguro por desempleo por importes que oscilan entre 4.000 y 10.000 euros cuando carec¨ªan de contrato de trabajo indefinido, requisito esencial para poder cobrar las cuotas hasta por 12 meses.