El FMI estudia gravar las transacciones financieras especulativas
Si se aplica esta suerte de tasa Tobin del siglo XXI ser¨¢ una revoluci¨®n en la forma de concebir las finanzas mundiales
Es dif¨ªcil exagerar el da?o infligido por la banca internacional como detonante de la mayor crisis desde la Gran Depresi¨®n. Los Gobiernos de todo el mundo -pero b¨¢sicamente los de Estados Unidos y la zona euro -han gastado 18 billones de d¨®lares en sanear sus entidades financieras, ante la barra libre de excesos que deriv¨® en el hurac¨¢n que se desat¨® hace poco m¨¢s de dos a?os. Las autoridades econ¨®micas buscan ahora la forma de que el sector financiero asuma parte de los costes que genera cuando el riesgo se le va de las manos. El FMI anunci¨® este viernes que tiene un mandato del G-20 para gravar las transacciones financieras especulativas, una suerte de tasa Tobin del siglo XXI. Una revoluci¨®n en la forma de concebir las finanzas mundiales, si es que al final esa propuesta no corre la misma suerte que los l¨ªmites a los bonus de la banca o la lucha contra los para¨ªsos fiscales, que generaron mucho ruido y poco a poco han ido quedando en pocas nueces.
James Tobin, premio Nobel en 1981, plante¨® una tasa en los a?os setenta que gravara las transacciones especulativas, una medida "que echara arena en los engranajes demasiado bien engrasados de los mercados financieros", seg¨²n sus propias palabras. Los dos objetivos de ese impuesto ser¨ªan frenar la especulaci¨®n y dedicar esos ingresos a los pa¨ªses pobres. No leg¨® a ver la luz. Y el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, dej¨® claro que tampoco esta vez lo har¨¢: "No creo que una idea tan simplista funcione: por muchas razones, pero sobre todo por motivos t¨¦cnicos, porque ser¨ªa muy dif¨ªcil de implementar".
Y sin embargo algo se mueve en los despachos del G-20 y del FMI. Alemania y Francia vienen proponiendo desde hace semanas algo parecido. La canciller Angela Merkel asegur¨® en Pittsburgh hace unos d¨ªas que hay que buscar una f¨®rmula "que deje claro qui¨¦n paga los costes de una crisis financiera semejante". "Pedimos al FMI que nos haga una propuesta, y una posibilidad es un impuesto a las transacciones en los mercados", dijo pocos d¨ªas de ganar las elecciones germanas por un amplio margen. El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, se mostr¨® asimismo favorable "a una tasa sobre las actividades financieras m¨¢s especulativas y que asuman mayores riesgos". En cambio, Estados Unidos y el Reino Unido -con la presi¨®n de los lobbys de Wall Street y la City- no est¨¢n por la labor, pese a que en Londres el supervisor financiero brit¨¢nico ha abogado por algo parecido.
Al frente de ese trabajo en el FMI est¨¢ ya el estadounidense John Lipsky, n¨²mero dos del Fondo (y ex vicepresidente del banco norteamericano JP Morgan). Lipsky dio algunas pistas de por d¨®nde ir¨¢n -y por d¨®nde no ir¨¢n- los tiros: m¨¢s que una tasa Tobin el Fondo se decanta por "alg¨²n tipo de seguro a trav¨¦s de un impuesto sobre el sistema bancario, inspirado en el seguro de garant¨ªa de dep¨®sitos, para mitigar los costes de los rescates sobre la banca". Seg¨²n Interm¨®n Oxfam, esa ser¨ªa una versi¨®n parecida a la que est¨¢n dispuestos a asumir los norteamericanos, para evitar que los contribuyentes tengan que hacerse cargo de los costes de salvamento de los bancos demasiado grandes -o demasiado interconectados- para caer. Varios pa¨ªses europeos plantean dar un paso m¨¢s all¨¢ para reducir la especulaci¨®n y destinar parte de los fondos al mundo en desarrollo.
"El FMI asume que es justo que la banca pague por limpiar el l¨ªo que ha creado. Una tasa de apenas el 0,005% en las transacciones fianncieras en las grandes econom¨ªas reportar¨ªa al menos 30.000 millones de d¨®lares al a?o. Es justo que una parte de ese dinero vaya al mundo en desarrollo, a las v¨ªctimas inocentes de la crisis", asegur¨® Max Lawson, de Interm¨®n Oxfam.
La soluci¨®n no ser¨¢ sencilla. Los cr¨ªticos con ese tipo de gravamen argumentan que este es el peor momento para ponerlo en marcha, con la banca a¨²n muy castigada por la crisis. Adem¨¢s, presenta serias dificultades t¨¦cnicas, supondr¨ªa un drenaje adicional de liquidez y ser¨ªa in¨²til si la comunidad internacional no llega a un acuerdo general para su implementaci¨®n. Sus defensores -con Attac a la cabeza- la defienden con m¨¢s ah¨ªnco que nunca, tras los desmanes del capitalismo de casino de los ¨²ltimos a?os. Tal vez nunca se haya abierto una ventana de oportunidad semejante. Keynes, el economista brit¨¢nico m¨¢s citado en esta crisis, escrib¨ªa en los a?os treinta que los casinos deber¨ªan ser de dif¨ªcil acceso y terriblemente caros, "y a lo mejor eso mismo vale para los mercados de valores". El FMI, tan criticado hace muy poco por sus pol¨ªticas macroecon¨®micas y financieras y tan reforzado en esta crisis por su liderazgo y sus respuestas llenas de sentido com¨²n, tiene la palabra.
Y de momento no est¨¢ claro ad¨®nde va a disparar. "El continuo escepticismo p¨²blico en torno a lo que se percibe como un rescate de las propias entidades responsables de la crisis podr¨ªa erosionar el respaldo de la ciudadan¨ªa a favor de una reestructuraci¨®n financiera, sentando las condiciones para un prolongado estancamiento", seg¨²n el informe de previsiones de oto?o. Traducci¨®n libre: 1-0 a favor de medidas como un gravamen contra la especulaci¨®n, que mejorar¨ªa la percepci¨®n del p¨²blico. Strauss-Kahn asegur¨® este viernes: "La tentaci¨®n de concluir que el modelo financiero moderno encall¨® y deber¨ªa ser detenido es una mala conclusi¨®n. Los bancos y los mercados financieros son esenciales para mejorar la eficiencia. El desarrollo financiero juega un papel vital en el crecimiento econ¨®mico". Empate.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.