Goldman Sachs, el tit¨¢n de Wall Street en el banquillo
Sin sucursales ni cuentas de ahorro pero con gobiernos y grandes fortunas entre sus clientes, la entidad es el l¨ªder mundial en banca de inversi¨®n
Goldman Sachs, el tit¨¢n de Wall Street, el guardi¨¢n del sistema financiero, el m¨¢s grande entre los grandes en el lucrativo negocio de la banca de negocios. As¨ª dicho, suena f¨¢cil. Pero entender lo que hace la entidad no es f¨¢cil para el inversor corriente, y eso le convierte en objetivo directo del ataque pol¨ªtico sobre todo lo que pas¨® y est¨¢ pasando en la econom¨ªa.
Fundada en 1869, la entidad neoyorquina se presenta como el l¨ªder mundial en banca de inversi¨®n, intermediaci¨®n y gesti¨®n de activos. Para ello, ofrece a sus clientes un amplio abanico de productos y servicios financieros, muy diversificados y algunos de gran complejidad, como los paquetes estructurados con cr¨¦ditos hipotecarios o los seguros de impago de deuda.
Sus clientes son empresas, instituciones financieras, individuos con rentas muy altas y los propios gobiernos. Es decir, a diferencia de bancos como JP Morgan Chase o Citigroup, que tambi¨¦n cuentan con sus propios negocios en banca de inversi¨®n, Goldman Sachs no tiene sucursales ni cuentas de ahorro, y eso provoca una desconexi¨®n total entre la entidad y el ciudadano de a pi¨¦.
Goldman Sachs es un pilar en la industria de los derivados, un negocio muy lucrativo, clave para la marcha de la econom¨ªa, que es visto desde fuera como muy secretista, en el que las reglas de juego no est¨¢n muy claras. Lo que si entiende la gente es que el banco de inversi¨®n hace mucho dinero. Hace una semana, la firma anunci¨® un beneficio trimestral de 3.460 millones de d¨®lares.
Dobl¨® pr¨¢cticamente lo que gan¨® hace un a?o. Sus ingresos se elevaron entre enero y marzo a 12.780 millones. Y con esa cifra de negocio, sus 32.500 empleados son compensados por su trabajo con muy buenos salarios, primas, seguro m¨¦dico y pensiones. El 43% del total que entr¨® por caja ese trimestre, unos 5.500 millones, fue destinado a retribuciones.
Entre sus empleados se encuentran nombres como el de Robert Rubin o Henry Paulson. Ambos banqueros acabaron ocupando despu¨¦s el puesto de secretario del Tesoro. El primero, durante la Administraci¨®n de Bill Clinton, y el segundo con George Bush. No son los ¨²nicos que terminaron bajo la n¨®mina del T¨ªo Sam, lo que invita a muchos a llamar al banco dirigido por Lloyd Blankfein como Government Sachs.
Hace poco m¨¢s de una semana, la entidad fue acusada de fraude por la manera en la que dise?¨® y ofreci¨® a sus clientes un paquete de deuda con hipotecas subprime, las que est¨¢n al frente de la crisis financiera. La entidad rechaza las alegaciones del supervisor financiero. Pero s¨ª reconoce que muchos estadounidenses son esc¨¦pticos con su forma de hacer negocio y de la contribuci¨®n del banco a la marcha de la econom¨ªa.
Goldman Sachs, que acaba de estrenar sede, no hizo nada ilegal al orientar su estrategia de inversi¨®n contra el ciclo econ¨®mico. Es otra forma m¨¢s de hacer dinero. Pero lo que recuerdan estos d¨ªas en el Capitolio es que la firma tuvo que abandonar en plena crisis financiera sus estatus de banca de inversi¨®n por el de holding bancario, para poder acceder a los pr¨¦stamos de la Reserva Federal.
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