¡°Mientras el dinero va y viene, el tiempo solo va. Por eso vale m¨¢s¡±
El fil¨¢ntropo Manuel Arango fund¨® con sus hermanos empresas como Aurrer¨¢, Vips o Superama Hoy dedica la mayor¨ªa de su tiempo a la educaci¨®n o el medioambiente
El mexicano Manuel Arango (Tampico, 1936), empresario de reconocido prestigio, dedica desde hace a?os la mayor parte de su tiempo a causas sociales o medioambientales. Comenz¨® en el mundo de los negocios junto a sus hermanos y fund¨® cadenas como Aurrer¨¢, Superama, Vips o Suburbia. Hoy forma parte de varias fundaciones por la educaci¨®n, la responsabilidad empresarial o la transparencia, y es presidente honorario del Consejo Mexicano para la Filantrop¨ªa (Cemefi). Sin embargo, no le acaba de convencer la etiqueta de fil¨¢ntropo. ¡°La filantrop¨ªa suena a que solo se puede hacer con dinero. Y no es eso. Es pertenecer a un grupo de personas que quiere cambiar el mundo y lo hace aportando lo que tenga, que puede ser tiempo, talento o recursos¡±. Arango, que acudi¨® a Madrid invitado dentro de la iniciativa La suerte de dar (impulsada por la presidenta de Wealth Advisory Services, Carmen Reviriego), prefiere hablar de sociedad civil, solidaridad o de responsabilidad social. ¡°Las personas tenemos armas poderosas para cambiar los mercados, la pol¨ªtica o las empresas¡±, advierte.
Pregunta. Tiene ¨¦xito como empresario, pero desde los a?os ochenta se ha ido decantando por la filantrop¨ªa. ?Por qu¨¦?
Respuesta. Mi inter¨¦s lleg¨® por la naturaleza, por ver c¨®mo vamos causando una huella en ella como empresarios, como humanos... Llegu¨¦ por la protecci¨®n a la naturaleza. Y andando en eso descubr¨ª lo que significa organizarse y pelear por lo que uno quiere. Descubr¨ª lo que es la sociedad civil organizada, m¨¢s que la filantrop¨ªa, que es una palabra que a muchos les hace ruido. Y descubr¨ª que, igual que en la naturaleza hay mucha gente y muchas organizaciones que trabajan desde hace tiempo, tambi¨¦n hay otras causas por las que pelear. Se puede llamar filantrop¨ªa, solidaridad, mecenazgo, sociedad civil organizada... Pero al final todo es lo mismo: aportar el tiempo y el talento para incidir en cambios importantes en beneficio de todos.? Ahora dedico mi tiempo un 30% a ser empresario y un 70% a actividades ciudadanas de responsabilidad y solidaridad.
P. La solidaridad mezclada con la empresa despierta suspicacias, por si es m¨¢s una cuesti¨®n de marketing...
R. Eso es cultural. En Estados Unidos, un empresario que no est¨¦ participando en causas solidarias y en dos o tres consejos de fundaciones no est¨¢ bien visto. All¨ª esta conciencia se inicia desde la infancia. En Am¨¦rica Latina existe m¨¢s sospechosismo a la inversa. En una ocasi¨®n alguien me pregunto: ¡°?No es esto una forma de lavar el alma?¡±. Yo le contest¨¦: ¡°Mire, si se trata de eso y no de lavar dinero, ?qu¨¦ importa?¡±. Me encantar¨ªa que todo el mundo lo hiciera por una llamada grata. Pero si lo hacen por cumplir, me da igual. Lo que quiero es que todo el mundo est¨¦ activo en este campo. Las empresas son tambi¨¦n ahora conscientes de que no solo deben dar beneficios. Su huella ambiental, social y pol¨ªtica es cada d¨ªa m¨¢s importante y valiosa y no se puede quedar en la cosm¨¦tica. Hoy hay organizaciones sin ¨¢nimo de lucro que tienen m¨¢s credibilidad que algunos Gobiernos, gracias a la transparencia.
Ni los gobiernos ni los mercados van a cambiar nada sin los ciudadanos"
P. ?Es m¨¢s dif¨ªcil convencer a alguien de que firme un cheque o de que acuda a colaborar?
R. Lo importante es que la persona descubra su vocaci¨®n, que surja esa cultura de compartir algo de lo que tengo, no necesariamente dinero, por el bienestar general. En realidad, lo m¨¢s valioso es el tiempo, porque el dinero va y viene, pero el tiempo no vuelve. Hay muchos empresarios que piensan que cumplir las obligaciones legales y fiscales y ofrecer beneficio a sus accionistas es suficiente, porque el Estado ya se encargar¨¢ del resto. Pero hay otra forma de pensar que nos dice que adem¨¢s hay que vivir ocupado y preocupado con el entorno que te permite tener ¨¦xito como persona y como empresa, y hay que devolver eso. Se trata de dar, y de ayudar a cambiar cosas que est¨¢n mal, influyendo en las pol¨ªticas p¨²blicas.
P. ?No se corre el riesgo de que el Estado deje al final en manos de la solidaridad cosas de las que deber¨ªa encargarse?
R. Hubo una ¨¦poca en la que la sociedad civil organizada fue considerada en M¨¦xico como una amenaza hacia el Gobierno. No se ve¨ªa como algo positivo que los ciudadanos se organizaran para hablar de ciertas cosas como democracia o derechos humanos. Despu¨¦s ha venido otra etapa en la que se ha dicho: ¡°Sin la sociedad civil no podemos hacer nada. Todos deben organizarse porque los Gobiernos no tienen ninguna capacidad¡±. Creo que en realidad no es ni una cosa ni la otra. Los grandes problemas de la humanidad requieren de grandes alianzas. Los problemas de ahora no los pueden resolver solo los mercados. Tampoco solo los Gobiernos, ni los ciudadanos solos. Hace falta una alianza entre todos ellos. Los ciudadanos se han sentido importantes y pasivos frente a las fuerzas de los mercados. Y los Gobiernos han pensado que todo era un baile de dos, sin la sociedad civil. Pero hoy d¨ªa la voz ciudadana es la tercera pata para lograr el equilibrio.
P. Hay miles de causas. ?Resulta frustrante elegir solo algunas?
La transparencia hace que haya ONG con m¨¢s credibilidad que algunos pa¨ªses¡±
R. Enormemente. Me ha tomado todos los a?os que tengo llegar a asumirlo. Cuando hac¨ªa algo, miraba alrededor y ve¨ªa todo lo que quedaba por hacer. Pero con los a?os aprende uno a conformarse con cada victoria. Todo cambio es satisfacci¨®n y demuestra que se puede. Pero son pocos los ciudadanos que creen que pueden cambiar el mundo. Y el cambio llegar¨¢ cuando todos entendamos que somos el verdadero cambio.
P. En Espa?a hay sobre la mesa una ley de mecenazgo y se debaten los incentivos fiscales por invertir en arte, como ocurre en Francia. ?Qu¨¦ le parece?
R. En M¨¦xico tambi¨¦n ha habido un debate reciente sobre los incentivos al mecenazgo. Pienso que habr¨ªa que incentivarlo, porque el mecenazgo real es una gesti¨®n privada con fines p¨²blicos. Y eso es valioso para la sociedad. No es pol¨ªtica.
P. ?C¨®mo cree que las empresas espa?olas est¨¢n haciendo frente a la crisis?
R. En la ¨¦poca en la que Am¨¦rica Latina pasaba situaciones econ¨®micas dif¨ªciles, muchas compa?¨ªas espa?olas apostaron por invertir all¨ª. Esa apuesta les va a ayudar ahora enormemente. Espa?a ha cometido errores, pero va a salir y debe saber ver las oportunidades que Am¨¦rica Latina a¨²n ofrece. Creo que all¨ª, si sabemos estabilizar nuestra situaci¨®n pol¨ªtica y mejorar nuestras instituciones, hay un gran futuro para todos.
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