Los que m¨¢s han perdido
Puede que los dem¨®cratas hayan tenido una peque?a victoria, pero eso no mejora la vida de los trabajadores
Los expertos parecen haberse puesto de acuerdo en que los republicanos han salido perdiendo en el reci¨¦n firmado acuerdo presupuestario. El gasto general estar¨¢ un poco por encima del nivel autorizado por el embargo, la camisa de fuerza que impusieron en 2011. Por otro lado, los dem¨®cratas han evitado hacer concesiones respecto a la Seguridad Social o Medicare. Supongo que podemos considerarlo un punto a favor del equipo D.
Pero aunque es posible que los republicanos hayan perdido esta ronda, los parados han perdido todav¨ªa m¨¢s: la ampliaci¨®n de las prestaciones no se ha renovado, de modo que 1,3 millones de trabajadores se quedar¨¢n sin ellas a finales de este mes y muchos m¨¢s ver¨¢n agotarse sus prestaciones en los meses siguientes. Y si lo miramos con m¨¢s perspectiva ¡ªsi observamos lo que ha pasado desde que los republicanos se hicieron con el control de la C¨¢mara de Representantes en 2010¡ª lo que vemos es el triunfo de una ideolog¨ªa anti-Gobierno que ha tenido unos efectos tremendamente destructivos para los trabajadores estadounidenses.
En primer lugar, algunos hechos sobre el gasto p¨²blico.
Una de las cosas que verdaderamente llaman la atenci¨®n de la ret¨®rica pol¨ªtica estadounidense a finales de 2013 es la convicci¨®n arraigada en muchos conservadores de que la ¨¦poca de Obama se ha caracterizado por un enorme crecimiento de la Administraci¨®n. ?D¨®nde creen que ha tenido lugar este aumento del gasto p¨²blico? Bueno, es cierto que un nuevo programa ¡ªla Ley de Asistencia Sanitaria Asequible¡ª va a entrar en vigor. Pero no es ni mucho menos tan grande como la gente imagina. La Oficina Presupuestaria del Congreso calcula que, una vez que Obamacare se aplique plenamente, solo incrementar¨¢ el gasto federal general en un 3%. Y si a quienes despotrican por el descontrol de la Administraci¨®n les preguntan a qu¨¦ otros programas se refieren, no obtendr¨¢n ninguna respuesta.
Por otra parte, las cifras reales muestran que, durante los tres ¨²ltimos a?os, hemos estado viviendo una ¨¦poca de reducci¨®n de la Administraci¨®n sin precedentes. El empleo p¨²blico ha ca¨ªdo en picado, al igual que el gasto p¨²blico total (incluidas las Administraciones estatales y locales) ajustado a la inflaci¨®n, que se ha reducido casi un 3% desde 2010 y alrededor de un 5% per c¨¢pita.
La ideolog¨ªa anti-Gobierno ha tenido? efectos tremendamente destructivos para los trabajadores de EE UU
Y cuando digo sin precedentes, quiero decir exactamente eso. No hemos visto nada parecido a los recortes recientes de la Administraci¨®n desde la d¨¦cada de 1950 y, probablemente, desde la desmovilizaci¨®n que tuvo lugar tras la Segunda Guerra Mundial.
?Qu¨¦ se ha recortado? Es una imagen compleja, pero los recortes m¨¢s evidentes se han producido en la educaci¨®n, las infraestructuras, la investigaci¨®n y la conservaci¨®n. Mientras estuvo en vigor la Ley de Recuperaci¨®n (el est¨ªmulo econ¨®mico de Obama), el Gobierno federal proporcion¨® unas ayudas considerables a la educaci¨®n estatal y local. Luego la ayuda se esfum¨® y los Gobiernos locales empezaron a deshacerse de cientos de miles de profesores.
Mientras tanto, la inversi¨®n p¨²blica ca¨ªa en picado ¡ªtanto que muchos observadores lo definen como un ¡°hundimiento¡±¡ª a medida que los Gobiernos estatales y locales cancelaban proyectos relacionados con el transporte y aplazaban los trabajos de mantenimiento. Los investigadores, como los de los Institutos Nacionales de Salud, tambi¨¦n han tenido que soportar grandes recortes. Y se ha producido una enorme reducci¨®n del gasto dedicado a la conservaci¨®n de la tierra y el agua.
Hay tres cosas que deben saber sobre estos dr¨¢sticos recortes.
La primera, que eran innecesarios. Puede que a la clase dirigente de Washington se le haya acelerado la respiraci¨®n con la deuda y los d¨¦ficits, pero los mercados nunca han mostrado preocupaci¨®n alguna por la solvencia de EE UU. De hecho, el coste de los pr¨¦stamos se ha mantenido cerca del m¨ªnimo hist¨®rico todo este tiempo.
Los recortes del gasto p¨²blico explican por qu¨¦? seguimos teniendo un paro tan elevado
En segundo lugar, los recortes han causado un tremendo da?o econ¨®mico a corto plazo. A los defensores de una Administraci¨®n peque?a les gusta afirmar que reducir el gasto p¨²blico estimula el gasto privado (y cuando la econom¨ªa est¨¢ en auge, tienen parte de raz¨®n). Sin embargo, estos recortes recientes se han producido en el peor momento posible: el periodo posterior a una crisis financiera. Las familias se esforzaban por hacer frente a las deudas que hab¨ªan asumido durante la burbuja inmobiliaria; las empresas eran reacias a invertir dada la escasa demanda de los consumidores. En estas condiciones, los recortes del gasto p¨²blico simplemente incrementaron el n¨²mero de parados, y a medida que disminuyeron los ingresos de las familias, tambi¨¦n lo hizo el gasto de los consumidores, lo que agrav¨® el problema.
La consecuencia ha sido profundizar y prolongar la crisis laboral en Estados Unidos. Esos recortes del gasto p¨²blico son la principal raz¨®n por la que seguimos teniendo un paro elevado, m¨¢s de cinco a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de Lehman Brothers.
Finalmente, si se fijan en la lista que he hecho de las principales partidas que se han recortado, se dar¨¢n cuenta de que tienen que ver fundamentalmente con la inversi¨®n en el futuro. As¨ª que no estamos contemplando solo un perjuicio a corto plazo, sino que tambi¨¦n vemos una degradaci¨®n a largo plazo de nuestras perspectivas, reforzada por los efectos corrosivos de la prolongada elevaci¨®n del paro.
De modo que, por lo que respecta al acuerdo presupuestario: s¨ª ha sido una peque?a victoria para los dem¨®cratas. Es posible que tambi¨¦n haya sido un peque?o paso hacia la cordura pol¨ªtica, dado que algunos republicanos han rechazado, de momento, la idea de que un partido que no controla la Casa Blanca ni el Senado pueda, no obstante, conseguir todo lo que desee mediante la extorsi¨®n.
Pero el panorama general muestra unos a?os de pol¨ªticas profundamente destructivas, que han impuesto un sufrimiento gratuito a los trabajadores estadounidenses. Y este acuerdo no ha hecho mucho por cambiar ese panorama.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa de Princeton y premio Nobel de 2008
? New York Times Service 2013
Traducci¨®n de News Clips.
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