Am¨¦rica Latina y China: al rescate de la agenda comercial perdida
El reto de diversificar y agregar valor a nuestras exportaciones a China se vuelve a¨²n m¨¢s apremiante. ?Qu¨¦ pueden hacer los pa¨ªses latinoamericanos?
Despu¨¦s de m¨¢s de un d¨¦cada de crecimiento explosivo, el comercio entre China y Am¨¦rica Latina entra en una nueva fase en que las ganancias f¨¢ciles y ¨¦picas del pasado dif¨ªcilmente se repetir¨¢n. No se trata de un cambio estructural radical. China, a pesar de un crecimiento m¨¢s lento-- fruto de los inevitables rendimientos decrecientes de d¨¦cadas de acumulaci¨®n acelerada de capital-- va a seguir demandando grandes cantidades de materias primas de la regi¨®n. Sus restricciones de tierras y agua solo tienden a agravarse. El problema es que, en ese escenario de bajo crecimiento, el reto de diversificar y agregar valor a nuestras exportaciones a China se vuelve a¨²n m¨¢s apremiante. ?Qu¨¦ pueden hacer los pa¨ªses latinoamericanos?
Una parte significativa de la concentraci¨®n tiene que ver con nuestras debilidades ya muy conocidas en las ¨¢reas de tecnolog¨ªa y educaci¨®n, adem¨¢s de reflejar nuestras ventajas comparativas del momento. Ahora, una parte no menor de este problema est¨¢ relacionada con un conjunto de barreras arancelarias y no arancelarias que justamente afectan la agregaci¨®n de valor a nuestras exportaciones, en particular de productos agr¨ªcolas como carnes, ma¨ªz, az¨²car y trigo. La identificaci¨®n, evaluaci¨®n de impacto y negociaci¨®n de estas barreras son parte de lo que nosotros llamamos ¡®la agenda perdida¡¯ del comercio bilateral. Una agenda perdida en medio a las ganancias f¨¢ciles de los a?os del auge econ¨®mico.
Desgraciadamente, no ser¨¢ f¨¢cil rescatar esta agenda. A?os de negligencia nos dejaron sin suficiente informaci¨®n sobre el r¨¦gimen comercial chino y su impacto en nuestras exportaciones. Como en la met¨¢fora del techo con goteras, habr¨ªa sido m¨¢s conveniente invertir en el conocimiento y en la negociaci¨®n de estas barreras durante el auge, cuando no faltaban recursos para fondear el esfuerzo y compensar los perdedores, que ahora que llueve...
A pesar de las dificultades, no nos podemos dar el lujo de seguir ignor¨¢ndolas. En un estudio reciente que elaboramos en el Banco Interamericano de Desarrollo, logramos demostrar que una agenda comercial que alcance a reducir los aranceles y barreras no arancelarias chinas a los niveles da OECD tendr¨ªa un impacto significativo sobre el volumen y diversificaci¨®n de nuestras exportaciones. En t¨¦rminos de aranceles, eso implicar¨ªa recortar su mediana de 10% para 4.9%, algo que producir¨ªa un incremento mediano de 53% en nuestras exportaciones agr¨ªcolas y de 46 % en las manufacturas. Las ganancias en el ¨¢rea no-arancelaria tendr¨ªan un impacto considerable (15% en agricultura y 26% en la industria manufacturera), producto de una reducci¨®n de su cobertura a menos de la mitad en las importaciones agr¨ªcolas y a una quinta parte en las manufactureras (ver gr¨¢fico).
Para poder abordar esta agenda eficazmente, las negociaciones sobre pol¨ªtica comercial deben estar ¡ªen la medida de lo posible¡ª aisladas de las consideraciones pol¨ªticas e ideol¨®gicas que han caracterizado la relaci¨®n de China con muchos pa¨ªses productores de productos b¨¢sicos de la regi¨®n.
Parece claro que el temor a perjudicar las relaciones diplom¨¢ticas ha llevado a muchos pa¨ªses ignorar importantes fricciones comerciales. Estas deben ser vistas como lo que son: controversias que forman parte de la rutina diaria del comercio mundial. Asimismo, las expectativas sobre la inversi¨®n extranjera directa (IED) y los flujos de ayuda financiera muchas veces parecen haber socavado los intentos por llevar adelante negociaciones comerciales serias, a pesar de que estos flujos pueden verse, en el mejor de los casos, como complementarios al comercio. Los beneficios de la IED solo pueden maximizarse en un contexto de barreras al comercio bajas y ninguna relaci¨®n bilateral sostenible puede estar basada en los flujos de ayuda.
Una agenda comercial eficaz tambi¨¦n requerir¨ªa m¨¢s inversiones por parte de los gobiernos y el sector privado en lo que suele llamarse ¡°inteligencia comercial¡±: es decir, un seguimiento exhaustivo de las barreras comerciales en el mercado chino. La regi¨®n, en particular, tiene la oportunidad de sumar los escasos recursos p¨²blicos y privados a nivel regional o subregional para lograr este objetivo com¨²n. Eso ser¨ªa especialmente provechoso entre pa¨ªses que tienen patrones de especializaci¨®n similares, cuyos exportadores probablemente est¨¦n expuestos a los mismos obst¨¢culos. Iniciativas como la Alianza del Pac¨ªfico, por ejemplo, ya apuntan en esta direcci¨®n; los pa¨ªses miembros tienen la intenci¨®n de compartir oficinas comerciales y unificar recursos para la promoci¨®n de las exportaciones.
Cualquiera sea la estrategia elegida, hay algo que es innegable: el comercio bilateral en esta nueva fase posterior al auge tiene mucho que ganar de una mayor transparencia y una comprensi¨®n m¨¢s precisa del impacto de las barreras comerciales.
Mauricio Mesquita Moreira es el economista jefe del Sector de Integraci¨®n y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Andr¨¦ Soares, es economista del BID.
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