?No sea chapucero!
Los profesionales que viven instalados en la negligencia son un lastre para la empresa y sus compa?eros
Millones de personas aguardan expectantes frente al televisor. Durante horas han soportado pacientemente una interminable sucesi¨®n de premios menores, discursos previsibles, chistes sin gracia e insulsos n¨²meros musicales. A m¨¢s de uno se le han cerrado los ojos por momentos y s¨®lo la llegada de las categor¨ªas ¡°grandes¡± les ha vuelto a enganchar a la gala. Por fin, llega el esperado cl¨ªmax. El premio a la mejor pel¨ªcula de 2016 lo presentan dos estrellas un tanto ajadas pero a¨²n con relumbr¨®n. Es Warren Beatty quien pronuncia las palabras m¨¢gicas: ¡°and the Oscar goes to¡¡±. Una risita nerviosa le asalta al ver el contenido del sobre encarnado. Duda y le pasa el tarjet¨®n a Faye Dunaway. ¡°?La La Land!, anuncia finalmente la protagonista de Bonnie and Clyde. Ovaci¨®n, abrazos y los ganadores subiendo en tumulto al escenario para recoger su estatuilla. Pero, ?oh, no!, esperen un momento. Ha habido un error fatal. ?La ganadora es Moonlight!
Brian Cullinan, empleado de PricewaterhouseCoopers, quedar¨¢ se?alado para siempre como el art¨ªfice de la mayor chapuza en la historia de los Oscar de Hollywood. Su error al traspapelar los tarjetones con los nombres de los premiados tuvo especial trascendencia por las superlativas dimensiones medi¨¢ticas del contexto en el que se produjo. Pero la negligencia acecha a diario a empresas grandes y peque?as de todo el mundo. ¡°Tener a un chapucero en el equipo es un problema grave para cualquier empresa, no s¨®lo por lo que deja de hacer o hace a medias, sino por el trabajo suplementario con el que carga al resto de compa?eros¡±, se?ala Reyes Minaya, directora de People Excellence. Carlos Recarte, socio director de Recarte & Fontenla, recomienda librarse lo antes posible de estas ¡°manzanas podridas¡±. ¡°Porque su falta de productividad y de eficiencia estropea el ambiente de trabajo y afecta directamente a la consecuci¨®n de los resultados¡±.
El perfil del chapucero est¨¢ muy vinculado a otra especie laboral igualmente t¨®xica: el vago. Cuando ambos rasgos se dan en el mismo individuo, la combinaci¨®n es letal. Elisa S¨¢nchez, profesora del M¨¢ster de Direcci¨®n y Gesti¨®n de Recursos Humanos de la Udima, los define como ¡°personas que no asumen la responsabilidad de su puesto, no cumplen con sus compromisos, son impuntuales, realizan sus tareas tarde, mal y nunca y buscar¨¢n mil excusas para justificarse¡±. Pero eso s¨ª, agrega, ¡°seg¨²n ellos, siempre est¨¢n desbordados de trabajo¡±.
No obstante, esta psic¨®loga alerta de peligro de etiquetar con demasiada ligereza a las personas. A veces, detr¨¢s de una actitud ap¨¢tica pueden ocultarse problemas como inseguridad o depresi¨®n. ¡°Est¨¢n desmotivadas, quemadas con su trabajo, decepcionadas porque les hab¨ªan hecho promesas que no se han cumplido¡±. Un mal momento personal como ¡°una enfermedad, un duelo o una separaci¨®n¡±, contin¨²a S¨¢nchez, tambi¨¦n pueden provocar ese efecto.
Amparo empresarial
Hay culturas organizacionales que favorecen la chapuza. Lo hacen cuando los jefes dan mal ejemplo o cuando se promociona a quien no lo merece. Jes¨²s Rodr¨ªguez, presidente de ICF Espa?a, cree que las empresas tienen la obligaci¨®n de ¡°impulsar una cultura de compromiso con el trabajo bien hecho entre sus trabajadores¡±. Seg¨²n este coach, la visi¨®n, misi¨®n y valores de la organizaci¨®n deben potenciar los resultados de negocio y garantizar la consecuci¨®n de los objetivos. ¡°Y en esa labor est¨¢ impl¨ªcito inculcar la excelencia, la calidad, la exigencia, el cumplimiento y la mejora continua de los procesos internos¡±.
¡°El amor por el detalle cotiza a la baja en esta sociedad de la econom¨ªa de bajo coste. Y, sin embargo, es el detalle lo que marca la diferencia¡±, asegura Javier Cantera, presidente del Grupo Blc y autor de El s¨ªndrome Homer Simpson y otros perfiles psicol¨®gicos en la empresa (Editorial Almuzara, 2017). Para este psic¨®logo y empresario, Homer Simpson encarna el escaqueo laboral m¨¢s da?ino: el emocional. ¡°Son personas que pasan totalmente de la empresa, que les trae sin cuidado el proyecto porque no se sienten nada comprometidas con ¨¦l y que trabajan all¨ª como podr¨ªan hacerlo en cualquier otro sitio¡±.
?Se puede recuperar a uno de estos elementos? ¡°S¨ª, pero el primero que tiene que rescatarse es ¨¦l a s¨ª mismo. La autorreflexi¨®n sobre la calidad de su trabajo y tomar conciencia del nivel de chapuza que est¨¢ introduciendo en la empresa ser¨¢n el punto de partida de cualquier rescate¡±, dice Cantera. Despu¨¦s, al paciente le espera un largo viacrucis. ¡°Los cambios de conducta son lentos y tienen mucho que ver con hacer peque?as cosas cada d¨ªa hasta llegar a generar un h¨¢bito¡±, agrega.
Salir del pozo de la negligencia ser¨¢ m¨¢s sencillo si se lleg¨® hasta all¨ª de manera progresiva. ¡°Estar en un puesto que no le corresponde, rutina, ausencia de retos, de feedback o de reconocimiento son elementos que pueden minar el rendimiento de un profesional que otrora fue excelente¡±, argumenta Reyes Minaya. Para los cara duras ¡°nativos¡±, en cambio, rehabilitarse ser¨¢ m¨¢s complejo. Porque, recuerda Javier Cantera, ¡°no somos personas diferentes dentro y fuera del trabajo. Muchas veces quien se escaquea en la oficina, es alguien que tambi¨¦n se escaquea en casa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.