La industria automotriz pasa a primer plano en la renegociaci¨®n del TLC
La mayor industria manufacturera mexicana se antoja como un punto esencial en la segunda ronda de conversaciones

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La industria automotriz entra en escena en la madre de todas las renegociaciones: la del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC). Tras meses en un segundo plano, fuentes cercanas a la negociaci¨®n admiten que pasar¨¢ a ocupar un primer plano a partir del 1 de septiembre, cuando empiece la segunda ronda de conversaciones para la modernizaci¨®n del mayor pacto comercial del mundo. La Administraci¨®n Trump aboga por aumentar las reglas de origen ¡ªel porcentaje de contenido estadounidense, mexicano o canadiense en cada autom¨®vil fabricado en la regi¨®n¡ª para que su industria pueda recuperar parte del terreno perdido en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Pero ser¨¢ una tarea ardua: consciente de su peso en la econom¨ªa nacional, M¨¦xico quiere modificar lo menos posible este punto en el nuevo acuerdo: es su mayor industria manufacturera y no quiere riesgos.
¡°Todav¨ªa es pronto, pero sin duda ser¨¢ un tema central en la negociaci¨®n. Es el sector m¨¢s importante en la relaci¨®n comercial trilateral y sus cadenas de valor est¨¢n muy interconectadas¡±, subraya Jaime Zabludovsky, uno de los art¨ªfices del TLC actual ¡ªen vigor desde 1994¡ª y hoy consultor del sector privado mexicano en el proceso de negociaci¨®n.
Un coche promedio ensamblado en M¨¦xico va y viene hasta ocho veces en todo el proceso de fabricaci¨®n y buena parte de sus componentes es de fabricaci¨®n estadounidense. Sin embargo, eso no es suficiente para Trump, que en pleno vendaval de ataques insiste una y otra vez en la cancelaci¨®n de un tratado "injusto" por el elevado d¨¦ficit comercial estadounidense con M¨¦xico y Canad¨¢. La automoci¨®n ¡ªtanto en su vertiente de autopartes como en su vertiente de ensamblaje¡ª es el mayor causante de este d¨¦ficit con su vecino del sur: si se elimina este sector, la balanza comercial entre ambos pa¨ªses ser¨ªa favorable para EE UU.
La industria automotriz es, adem¨¢s, la mayor fuente de divisas para la econom¨ªa mexicana ¡ªunos 50.000 millones de d¨®lares (42.100 millones de euros) al a?o¡ª. En solo siete a?os ha duplicado su participaci¨®n en el PIB del pa¨ªs latinoamericano, hasta superar hoy el 3%, y ya supone la quinta parte del valor agregado total de todas sus exportaciones. Casi un mill¨®n de empleos dependen directamente de ella, entre ensambladoras y autoparteras. Con estas cifras encima de la mesa, no es de extra?ar que la patronal mexicana del sector se haya negado en redondo a mover una coma en las reglas de origen que fija tratado para su sector. Pero todo parece indicar que no ser¨¢ as¨ª.
¡°El contenido regional va a subir y eso va a hacer bajar el empleo del sector en M¨¦xico¡±, pronostica Ignacio Mart¨ªnez, coordinador del Laboratorio de An¨¢lisis en Comercio Exterior de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM). Para explicar c¨®mo afectar¨ªa al pa¨ªs latinoamericano el potencial aumento de las reglas de origen en el sector, Mart¨ªnez ejemplifica con el caso de General Motors, uno de los grandes gigantes mundiales del sector y con importantes intereses en el lado sur de la frontera. ¡°El caucho para los embragues lo trae de Brasil; con ¨¦l los fabrica en M¨¦xico y luego ensambla, tambi¨¦n aqu¨ª, el veh¨ªculo completo¡±. De incrementarse el contenido regional, el mayor impacto ser¨ªa para la segunda parte de esta cadena de producci¨®n: las f¨¢bricas de embragues y otros componentes de los veh¨ªculos, ¡°que se ir¨ªan, en su mayor¨ªa, a EE UU con las ayudas fiscales que la Administraci¨®n Trump pondr¨¢ sobre la mesa¡±, a?ade Mart¨ªnez. ¡°Subir¨ªan los costes de producci¨®n para las ensambladores, pero el mayor golpe ser¨ªa para el sector autopartero¡±, sintetiza el profesor de la UNAM.
La p¨¦rdida de puestos de trabajo en el sector mexicano de autopartes, uno de los que m¨¢s ha prosperado en el casi ¨²ltimo cuarto de siglo ¡ªdesde la firma del TLC¡ª, no es el ¨²nico riesgo. ¡°Si subes demasiado las reglas de origen, el costo de cumplir la normativa desalentar¨ªa la producci¨®n de autos en toda Am¨¦rica del Norte respecto a otras zonas¡±, a?ade Zabludovsky. Ser¨ªa, en otras palabras, un golpe en uno de los flancos en los que la regi¨®n, de la mano del tratado comercial, ha ganado la batalla en las ¨²ltimas d¨¦cadas: la competitividad. ¡°Si su cumplimiento se vuelve demasiado costoso¡±, agrega el tambi¨¦n ex presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, ¡°algunos productores incluso preferir¨¢n dejar a un lado el tratado, vender por fuera y pagar el arancel del 2%¡±.
Por Estados, Ignacio Mart¨ªnez, de la UNAM, cree que San Luis Potos¨ª ¡ªmuy intensivo en autopartes¡ª se llevar¨ªa la peor parte en caso de concretarse el incremento de las reglas de origen. Mucho m¨¢s, dice, que Puebla, Guanajuato, Sonora o Aguascalientes, donde el ensamblaje de veh¨ªculos se lleva la palma. M¨¦xico es hoy el quinto mayor exportador de componentes de autom¨®viles del mundo, solo por detr¨¢s de gigantes industriales como Alemania, China, Jap¨®n y el propio EE UU.
Las reglas de origen ¡ªy, m¨¢s espec¨ªficamente, aquellas referidas a la fabricaci¨®n de autom¨®viles¡ª es uno de los cuatro grandes puntos de discrepancia en los primeros compases de la renegociaci¨®n. Al mismo nivel est¨¢ el cap¨ªtulo 19 ¡ªel mecanismo de resoluci¨®n de controversias, que EE UU quiere cambiar o, directamente, abolir¡ª; los est¨¢ndares laborales ¡ªlos bajos salarios en M¨¦xico exasperan a sus dos compa?eros de viaje en el TLC¡ª y la insistencia de Washington en revertir el d¨¦ficit comercial, una cuesti¨®n estrechamente vinculada con los otros asuntos en disputa. De cu¨¢nto logren acercar posturas en estos cuatro temas depender¨¢ la fumata blanca en unas negociaciones trascendentales para el futuro econ¨®mico de la regi¨®n. Fuera del TLC, insisten las partes involucradas, hay vida. Pero, ret¨®rica de Trump al margen, nadie prefiere comprobar c¨®mo es.
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