La receta brit¨¢nica para desengancharse del carb¨®n

?Puede un pa¨ªs desarrollado dejar de quemar carb¨®n, una de las formas m¨¢s contaminantes de generar electricidad? Reino Unido est¨¢ demostrando que s¨ª. Y en un tiempo r¨¦cord. El 39,7% de la electricidad en este pa¨ªs proced¨ªa de las centrales t¨¦rmicas de carb¨®n en 2012; ese porcentaje cay¨® al 9,1% en 2016. Y sigue bajando gracias a las medidas del Gobierno, entre ellas, elevar el precio del di¨®xido de carbono (CO₂, el principal gas de efecto invernadero) que las centrales expulsan.

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El 21 de abril Reino Unido estuvo 24 horas seguidas sin emplear carb¨®n para producir electricidad. Era la primera vez que ocurr¨ªa desde la Revoluci¨®n Industrial. Este dato, en cierta forma anecd¨®tico, es la punta del iceberg de un movimiento de mucho m¨¢s calado. Este mes de julio solo el 2% de la electricidad provino de las t¨¦rmicas de carb¨®n, el porcentaje m¨¢s bajo en 135 a?os, seg¨²n resalta Aurora Energy Research, un grupo de analistas de la Universidad de Oxford.

Esta dr¨¢stica reducci¨®n en el uso de este combustible f¨®sil ha llevado al Reino Unido a convertirse en un alumno destacado en el recorte de las emisiones de gases de efecto invernadero, como se desprende de los datos recabados por EL PA?S de los inventarios que los miembros de la UE env¨ªan anualmente a la Agencia Europea del Medio Ambiente. Seis pa¨ªses ¡ªAlemania, Reino Unido, Francia, Italia, Polonia y Espa?a¡ª acumulan alrededor del 70% de todos los gases de efecto invernadero de la UE. Reino Unido ¡ªcon un recorte del 5,6%¡ª fue en 2016 el que m¨¢s los redujo de esos seis Estados. En Espa?a cayeron un 3,5% ¡ªfundamentalmente por el clima¡ª, mientras que en Alemania y Francia crecieron, un 0,3% y un 1,3% respectivamente.

Tras ese recorte de los gases de efecto invernadero ¡ªresponsables del cambio clim¨¢tico seg¨²n el consenso cient¨ªfico¡ª est¨¢ la reducci¨®n en el uso del carb¨®n. "El pa¨ªs est¨¢ haciendo una r¨¢pida transici¨®n", indica David Robinson, miembro del Oxford Institute for Energy Studies.

Robinson resalta la importancia de un impuesto que el Gobierno brit¨¢nico introdujo en 2013. "Este impuesto ha sido importante en las decisiones de cerrar centrales carb¨®n", explica. Este tributo ¡ªel Carbon Price Support¡ª corrige los desajustes del sistema europeo de comercio de emisiones, que pone precio a la tonelada de?CO₂ que las instalaciones industriales de la UE ¡ªcomo las centrales t¨¦rmicas¡ª expulsan.

Este mecanismo deber¨ªa servir para que poco a poco las formas m¨¢s contaminantes de producir electricidad fueran reduciendo su peso en el mix energ¨¦tico europeo. El problema es que el precio del?CO₂ en este mercado est¨¢ tan barato ¡ªesta semana ronda los seis euros por tonelada¡ª que no resulta eficaz.

El Reino Unido decidi¨® intervenir y fijar un suelo, que ahora est¨¢ en las 18 libras (19,3 euros) por tonelada. Si el precio en el mercado europeo no llega a esas 18 libras ¡ªalgo que no ha ocurrido desde que implant¨® el tributo en 2013¡ª las centrales brit¨¢nicas tienen que pagar ese impuesto. Esto, unido a las directivas europeas sobre contaminaci¨®n, ha llevado a las empresas a ir cerrando centrales de carb¨®n.

As¨ª ocurri¨® con la t¨¦rmica escocesa de Longannet, la mayor del Reino Unido y que Iberdrola clausur¨® en marzo de 2016. "La decisi¨®n se tom¨® motivada por la se?al econ¨®mica que recib¨ªamos por el floor [suelo] de precio al carbono (...) y porque entendemos que a futuro las se?ales econ¨®micas no solo no disminuir¨ªan sino que se incrementar¨ªan por los compromisos del Acuerdo de Par¨ªs y la creciente presi¨®n sobre el resto de emisiones", explica Carlos Salle, director de Pol¨ªticas Energ¨¦ticas y Cambio Clim¨¢tico de Iberdrola.

M¨¢s gas y renovables

Cuando se instaur¨® el suelo para el precio del carbono, el Gobierno brit¨¢nico se mostr¨® ambicioso. Seg¨²n un informe del Parlamento del Reino Unido de noviembre, los planes eran que en 2020 el suelo estuviera en las 32 libras y en las 75 en 2030. Pero, ante las quejas de algunas empresas ¡ªque vaticinan una p¨¦rdida de competitividad¡ª, el Gobierno ha decidido que seguir¨¢ siendo de 18 libras al menos hasta 2021.

Pese a este ¨²ltimo movimiento, el carb¨®n sigue cayendo. Pero, ?con qu¨¦ fuente se ha sustituido? Principalmente, con gas. En 2012, el 27,8% de la electricidad proced¨ªa de las centrales de gas. Cuatro a?os despu¨¦s, ese porcentaje hab¨ªa aumentado al 42,6%. El mimo informe del Parlamento brit¨¢nico explicaba que la "generaci¨®n con carb¨®n produce alrededor de dos veces m¨¢s de di¨®xido de carbono por unidad de electricidad que la generaci¨®n con gas". Por eso, el gas se ve mucho menos afectado por el suelo fijado para el CO₂. Y por eso tambi¨¦n Reino Unido encabeza la reducci¨®n de sus emisiones en la UE.

Las energ¨ªas renovables ¡ªe¨®lica y solar¡ª tambi¨¦n se han disparado, al pasar de aportar el 15% de la electricidad en 2012 al 24,7% en 2016. Mientras, la nuclear apenas ha variado; solo ha crecido 1,8 puntos.

En aquel informe del Parlamento brit¨¢nico se resaltaba que la UE ¡ªde forma colectiva¡ª y Francia ¡ªindividualmente¡ª se plantearon incluir un suelo en el mercado europeo de emisiones. ¡°Pero la propuesta se rechaz¨® en ¨²ltima instancia¡±, apunta.