Catalu?a y la impotencia de la pol¨ªtica

Dani Rodrik es un excelente economista turco de primera fila que da clases en Harvard. Poco podr¨ªa imaginar que su famoso trilema iba a tener una aplicaci¨®n pr¨¢ctica en el conflicto de Catalu?a: un pa¨ªs no puede tener al mismo tiempo democracia, globalizaci¨®n y soberan¨ªa nacional. De las tres opciones hay que escoger, en el mejor de los casos, dos: se puede limitar la democracia con el prop¨®sito de paliar los trastornos que la econom¨ªa global produce; se puede limitar la globalizaci¨®n con la esperanza de reforzar la legitimidad democr¨¢tica; o se puede globalizar la democracia a costa de la soberan¨ªa nacional.

Estas opciones son las que en el fondo se est¨¢n debatiendo ahora. Lo que no han conseguido la pol¨ªtica o la justicia ¡ªhacer dudar de sus intenciones al independentismo catal¨¢n¡ª lo est¨¢ logrando la econom¨ªa, veremos con qu¨¦ resultado. Bastantes de las empresas m¨¢s simb¨®licas del aparato productivo hist¨®rico catal¨¢n (Banco Sabadell, grupo La Caixa, Aguas de Barcelona, Gas Natural, Freixenet, Codorniu, Catalana de Occidente,...) han trasladado, o han anunciado que van a hacerlo, su sede social fuera de la comunidad aut¨®noma que las vio nacer si se produce la Declaraci¨®n Unilateral de Independencia (DUI).

Ello es representativo de un fen¨®meno que ya se ha analizado en otras ocasiones: la impotencia de la pol¨ªtica y la contundencia de la econom¨ªa producen en las sociedades el efecto de ser democracias intervenidas. Se podr¨ªa hacer una pregunta ucr¨®nica: ?qu¨¦ es lo que hubieran hecho estos bancos y estas empresas si las expectativas del voto independentista fuesen m¨¢s altas, por ejemplo, por encima de un 60%? (m¨¢s all¨¢ de las razones y los procedimientos concretos de este caso). No ha sucedido lo que canta Violeta Parra: "Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber/ ni el m¨¢s claro proceder/ ni el m¨¢s ancho pensamiento" ("Volver a los diecisiete")

Despu¨¦s de los ¨²ltimos d¨ªas se corrobora que el dinero no tiene patria. ?La tienen los trabajadores? "Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no tienen", dicen los dos barbudos en el Manifiesto comunista, del a?o 1848. Los nacionalismos (todos) son muy peligrosos para los trabajadores: los enfrentan, como en un ejemplo m¨¢ximo pas¨® en las dos guerras mundiales. Ello lo entendieron las direcciones confederales de CCOO y UGT cuando hicieron p¨²blico un comunicado conjunto en el que afirmaban que "decimos claramente que no avalamos esa posici¨®n ni esa estrategia pol¨ªtica (la de la DUI). CCOO y UGT no convocamos la huelga general del 3 de octubre (...) En ning¨²n caso vamos a avalar posiciones que den cobertura a la DUI".

Remataron esta postura pocos d¨ªas despu¨¦s las Comisiones Obreras de Unai Sordo, que queriendo contribuir a encontrar soluciones ¨²tiles a una situaci¨®n de confrontaci¨®n abierta entre el ordenamiento jur¨ªdico (la proclamaci¨®n unilateral de independencia), y una respuesta a su parecer desproporcionada (la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n), de consecuencias dif¨ªcilmente imaginables, proponen un proceso de negociaci¨®n.

Dejemos de elaborar cantos f¨²nebres para las falsas victorias.