Maletas hechas con ganas
El traslado de un profesional a otra ciudad no es solo una facultad de reorganizaci¨®n de la empresa sino tambi¨¦n una v¨ªa para revitalizar a un empleado o equipo de trabajo
Las ¨²ltimas cifran hablan de que son ya m¨¢s de 3.000 empresas las que han trasladado su sede social fuera de Catalu?a desde la celebraci¨®n del refer¨¦ndum ilegal, el pasado 1 de octubre. Pero la convulsi¨®n pol¨ªtico-social que est¨¢ suponiendo el conflicto secesionista no s¨®lo est¨¢ provocando el ¨¦xodo (al menos, administrativamente hablando) de las organizaciones. Tambi¨¦n n¨²meros profesionales a t¨ªtulo individual han considerado seriamente hacer las maletas. A ser posible, sin cambiar de empresa.
No es imposible. Los traslados a otra localidad son una medida de flexibilidad a la que empresas y trabajadores pueden recurrir en supuestos de necesidad o conveniencia. ¡°Con ella una organizaci¨®n puede evitar tener que amortizar el puesto cuando las necesidades productivas se desplazan a otro centro de trabajo¡±, destaca Ana Godino, socia de Sagardoy Abogados. Ocurre, por ejemplo, cuando una delegaci¨®n local cierra y se recoloca a ese personal en otra sede.
Pero su utilidad no se limita a cuestiones de ajuste. Un traslado tambi¨¦n puede servir para revitalizar un equipo de trabajo. ¡°Un empleado que viene de otra delegaci¨®n puede aportar un conocimiento y una manera diferente de hacer las cosas que den valor a?adido y aumenten la eficacia de la nueva oficina. Proporciona una visi¨®n novedosa que reporta beneficios para todo el equipo¡±, resume Consuelo Castilla, presidenta de AdQualis Human Results.
La iniciativa puede partir de ambas partes. ¡°Cuando la movilidad se produce a instancias del empleado suele ser por necesidades personales. Porque desea acercarse al lugar de residencia de la familia, porque el c¨®nyuge va a trasladarse a otra provincia por trabajo, etc.¡±, se?ala Jos¨¦ ?ngel L¨®pez Palomo, profesor del Grupo CEF.- UDIMA. En esos casos, el empleado puede solicitar el traslado, aunque que se le conceda o no ser¨¢ exclusivamente potestad del empleador. En algunas compa?¨ªas incluso se establecen requisitos previos, como determinado grado de antig¨¹edad, para que un trabajador pueda acceder a la movilidad.
Eso s¨ª, adem¨¢s de la aquiescencia de la empresa, para que la petici¨®n de traslado llegue a buen t¨¦rmino antes tiene que surgir una vacante. ¡°Un traslado nace de una conversaci¨®n entre dos partes. La conversaci¨®n es r¨¢pida, pero despu¨¦s hay que estar dispuesto a esperar. Porque el cambio puede producirse en seis meses o tardar a?o y medio en llegar¡±, advierte Esperanza Ribas, directora de Recursos Humanos de Mars Iberia. Incluso puede haber una lista de espera. ¡°En algunas empresas se establecen procedimientos internos de cobertura de vacantes que implican movilidad geogr¨¢fica en los que el trabajador tiene preferencia para ocupar el destino solicitado¡±, tercia Ana Godino.
Que sea el trabajador quien ponga en marcha un cambio de destino no es lo m¨¢s frecuente. Lo normal es que la impulsora sea la empresa. Y no siempre la propuesta es recibida con entusiasmo. Godino: ¡°Cualquier iniciativa que implique movilidad geogr¨¢fica suele generar resistencia en los trabajadores. No se ve como una medida que permite salvar empleo y flexibilizar, sino como algo traum¨¢tico para el trabajador, incluso m¨¢s que el propio despido¡±. Seg¨²n el derecho laboral espa?ol, el traslado est¨¢ condicionado a la existencia de una causa econ¨®mica, organizativa o productiva que lo justifique. ¡°Solo en esos supuestos es posible forzar al trabajador al cambio de destino cuando implica cambio de domicilio¡±, explica Godino.
As¨ª, las empresas se ven obligadas a afinar sus dotes persuasivas si quieren lograr voluntarios para ese cambio de aires. ¡°La movilidad puede resultar atractiva siempre que la compa?¨ªa ofrezca una posici¨®n laboral de mayor nivel. Porque si qued¨¢ndose en su ciudad un profesional va a disfrutar de las mismas condiciones que en el traslado, no ser¨¢ una opci¨®n que compense¡±, razona Consuelo Castilla. Es habitual que se ofrezcan una serie de incentivos a los potenciales trasladados para terminar de convencerles. Los m¨¢s habituales son una cantidad de dinero, que var¨ªa en funci¨®n del nivel del profesional y el lugar de destino, y una compensaci¨®n por vivienda. Pero hay otros. ¡°Tambi¨¦n pueden incluirse los gastos derivados del viaje, del hotel hasta la instalaci¨®n definitiva del empleado y su familia en destino, mudanza, ayuda para el colegio de los hijos, plus de distancia y hasta prestaciones compensatorias por la p¨¦rdida de ingresos de la pareja del empleado¡±, enumera L¨®pez Palomo.
Aunque, precisa Esperanza Ribas, ¡°el coste personal de adaptaci¨®n no se paga con dinero. Es muy importante que todos los miembros de la familia sean conscientes y est¨¦n mentalizados del esfuerzo emocional que supone cambiar de pa¨ªs, de colegio, de casa¡ Un traslado hay que desearlo de verdad¡±.
Volver a casa
En septiembre de 2015 el pacense de 35 a?os Antonio Guerra decidi¨® mudarse a Asturias para aceptar una oferta de trabajo como jefe de tienda en la delegaci¨®n de Leroy Merlin en Gij¨®n. Le acompa?¨® su mujer, que hab¨ªa pedido una excedencia de su trabajo y se encontraba en la ¨²ltima fase de su primer embarazo. Un mes despu¨¦s, ya en tierras asturianas, naci¨® su hija Cloe. Todo fue bien hasta que, al cabo de dos a?os y medio, Antonio vio en un anuncio interno de la empresa que se abr¨ªa una posici¨®n similar a la suya en Badajoz. ¡°La ni?a no se sab¨ªa el nombre de sus abuelos y eso nos hizo replantearnos muchas cosas. Sentimos la necesidad de volver con la familia¡±, recuerda.
En el momento en que pidi¨® el traslado se activ¨® un protocolo de entrevistas y tr¨¢mites que se dilat¨® por espacio de seis meses. Si bien, aclara su protagonista, todo fueron facilidades por parte de la empresa. Leroy Merlin sufrag¨® los gastos de desplazamiento a Badajoz para las entrevistas y facilit¨® al m¨¢ximo las fechas de salida e incorporaci¨®n al nuevo destino una vez se confirm¨® el cambio. ¡°Hubo mucha sensibilidad hacia el hecho de no se mov¨ªa ¨²nicamente a un trabajador, sino a toda una familia¡±, recuerda Guerra.
El desde hace pocas semanas ya nuevo empleado de Leroy Merlin Badajoz hace especial menci¨®n al apoyo y a los consejos que durante todo el proceso recibi¨® del que fue su jefe directo en Gij¨®n. ¡°Me consta que le habr¨ªa venido bien que me quedara m¨¢s tiempo, pero pes¨® m¨¢s lo humano. De hecho, gracias a que me permitieron adelantar la fecha de salida, nos ahorramos la mitad de un alquiler¡±.
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