As¨ª son las nuevas pedagog¨ªas feministas
Talleres que cuestionan el amor rom¨¢ntico o cursos que revisan la escasa presencia de mujeres en los libros de texto son algunas de las iniciativas
Hora del recreo en un colegio cualquiera. Desde fuera, un observador no ve nada especial en el patio. Un tumulto infantil, ni?os que juegan al f¨²tbol, otros que corren y ni?as sentadas en corros por la periferia del espacio. Parece que cada uno est¨¢ a su aire, donde le apetece. ?Hay sexismo en ese escenario? Este planteamiento inicial de la soci¨®loga Marina Subirats en su libro Balones fuera (Octaedro) ha inspirado a algunas escuelas a transformar sus recreos para evitar que los roles de g¨¦nero se reproduzcan desde la infancia. "Antes, el patio estaba acaparado por el campo de f¨²tbol. La mayor¨ªa de ni?os solo jugaban a la pelota y las ni?as se organizaban en otro tipo de actividades. Ahora todo es diferente: hay muchos m¨¢s juegos compartidos", cuenta Alicia Bernardos, madre de dos alumnos del colegio p¨²blico La Paloma, en el barrio madrile?o de La Latina, que el pasado noviembre se sum¨® a la ola de transformaci¨®n de los patios.
"Desde que son peque?os les ense?amos a estar de una manera en el mundo. El hecho de que los chicos ocupen la mayor parte del espacio con una actividad m¨¢s agresiva y las ni?as se resignen a los alrededores es el comienzo de la desigualdad", explica Irene Mart¨ªnez, profesora asociada de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad Complutense y autora del trabajo Construcci¨®n de una pedagog¨ªa feminista para una ciudadan¨ªa transformadora. Ella es una de las docentes preocupadas por introducir nuevas pedagog¨ªas feministas en los programas acad¨¦micos de la escuela, una realidad todav¨ªa inexistente en Espa?a y reducida a talleres opcionales en algunos centros.
Mart¨ªnez cree que el primer paso debe ser la formaci¨®n del profesorado. "La educaci¨®n no es neutral y es la responsable de reproducir sociedades desiguales, donde lo masculino est¨¢ asociado con poder y superioridad intelectual o f¨ªsica, y lo femenino con sumisi¨®n y dependencia", explica. Desde hace un a?o imparte el taller Despatriarcalizar la educaci¨®n, dirigido a docentes, en el que se revisan tanto las metodolog¨ªas que se emplean en el aula como los contenidos desde la perspectiva de g¨¦nero.
Los patios escolares importan
?Qu¨¦ ocurre si nos fijamos en los usos que hacen ni?as y ni?os de un patio infantil? "Si aplicamos las herramientas de an¨¢lisis que propone el urbanismo feminista y la coeducaci¨®n, veremos que el espacio no es neutral al g¨¦nero. La configuraci¨®n de los patios de recreo concede protagonismo a unos usos en detrimento de otros, e influye en los comportamientos que se producen en ¨¦l", explica Marta Monasterio, portavoz del colectivo Pandora Mirabilia, que junto con el estudio de arquitectura PEZ arquitectos, y las urbanistas feministas Col¡¤lectiu Punt Sis de Barcelona, han impulsado el proyecto 'Red de patios inclusivos y sostenibles', gracias a una subvenci¨®n de La Caixa obra Social.
As¨ª, por ejemplo, en la mayor¨ªa de los patios la pista de f¨²tbol (utilizada en mayor medida por ni?os) ocupa un espacio privilegiado y condiciona el resto de usos del espacio, que quedan relegados a los m¨¢rgenes. En definitiva, que ni?os y ni?as compartan espacios de juego no garantiza que ese juego se est¨¦ dando en igualdad de condiciones.
Dos colegios p¨²blicos de Madrid -el CEIP Nuestra Se?ora de la Paloma y el CEIP Santa Mar¨ªa- han sido los pioneros en esta comunidad en transformar sus patios, un proceso que se inici¨® hace un a?o y en el que han participado la direcci¨®n del centro, el profesorado, las familias, el alumnado y la Junta de distrito. ¡°El objetivo ha sido mejorar los patios escolares y su accesibilidad, poniendo el acento en cuatro claves: participaci¨®n, inclusi¨®n social, igualdad de g¨¦nero, y sostenibilidad ambiental¡±, se?ala Monasterio. Ahora la reducci¨®n de campo del f¨²tbol ha dejado entrar, por ejemplo, un roc¨®dromo donde ni?as y ni?os juegan juntos.
Otro de los focos es analizar los mensajes de la televisi¨®n y la publicidad. Pone el ejemplo de Peppa Pig, la serie de dibujos de ¨¦xito infantil en la que la madre se pasa el d¨ªa en casa preparando la comida y el padre sale cada ma?ana a trabajar con el malet¨ªn. Uno de los primeros pasos para los profesores debe ser, seg¨²n Mart¨ªnez, revisar su vida y empezar a aplicar la filosof¨ªa feminista en sus actos cotidianos. "Muchos de mis alumnos de primero de Magisterio tienen el discurso integrado, pero otros no despiertan hasta los 30. Actuar supone renunciar a cosas y enfrentarse a los otros, implica luchar", remarca.
La estrategia en la escuela debe ser, opina Mart¨ªnez, ir m¨¢s all¨¢ de la semana de la igualdad y hacer extensivos esos contenidos al curr¨ªculum escolar. "No deber¨ªamos tenerlo complicado teniendo en cuenta que la gran mayor¨ªa de docentes en las primeras etapas educativas son mujeres", a?ade. Durante el curso 2014-2015, el 66,2% del profesorado en Espa?a fueron mujeres, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. En Educaci¨®n Infantil el porcentaje fue del 97,6%, en Primaria del 81,1%, en Bachillerato del 57,2% y, en cambio, en la Universidad solo del 40,5%.
?Qu¨¦ se puede hacer en el aula? El colectivo Pedagog¨ªas Invisibles ofrece el curso online Yo, t¨², ¨¦l, ella... conciencia de g¨¦nero en el espacio educativo, 45 horas de formaci¨®n (150 euros) en el que revisan las metodolog¨ªas, las relaciones profesor-alumno y los contenidos. "Analizamos las pedagog¨ªas invisibles, lo que aprendemos sin darnos cuenta sobre g¨¦nero, raza... lo que llamamos el curr¨ªculum oculto", se?ala Eva Morales, doctora en Educaci¨®n Art¨ªstica y miembro del colectivo. Ese curr¨ªculum oculto adoctrina: lo masculino siempre est¨¢ por encima. ¡°Los programas acad¨¦micos son androcentristas, el hombre ocupa una posici¨®n central en el mundo, las sociedades, la cultura y la historia¡±, critica.
"El lenguaje tiene mucha importancia. Todo lo masculino es neutro. Ah¨ª se est¨¢ ejerciencido una influencia", se?ala. Por eso, utilizan gu¨ªas de lenguaje inclusivo como la publicada por la Diputaci¨®n de Huelva. Morales no cree que la f¨®rmula sea utilizar el femenino plural en todos los casos, ya que puede haber gente que no se sienta c¨®moda, pero s¨ª, por ejemplo, sustituir 'los alumnos' por 'el alumnado'. En su tesis doctoral, como acto reivindicativo, ella emple¨® el femenino plural en lugar del neutro a sabiendas de que iba contra el est¨¢ndar acad¨¦mico.
Aplicar el feminismo y actuar supone renunciar a cosas y enfrentarse a los otros, implica luchar
Durante a?os, Morales ha trabajado como mediadora de museos en diferentes colegios y ha visitado decenas de aulas de Infantil y Primaria. Ha observado como el sexismo se da tambi¨¦n en el reparto de tareas dentro de la clase. "Las y los docentes suelen escoger a los chicos para las tareas relacionadas con la fuerza, como mover una mesa, o con el control, como asegurarse de que nadie arme alboroto en ausencia del docente. En cambio, a las chicas se les encarga lo que est¨¢ m¨¢s vinculado con el orden o la limpieza, como reponer tizas o borrar la pizarra". Programaciones l¨²dicas como el carnaval tambi¨¦n ejemplifican los estereotipos de g¨¦nero en las profesiones. "Ellos de m¨¦dicos y ellas de bailarinas... es una ocasi¨®n perfecta para trabajar el tema con el alumnado". Otra idea: la revisi¨®n de los eventos culturales. "Proponer dibujar una dragona y no un drag¨®n para la celebraci¨®n del d¨ªa de Sant Jordi".
La propuesta de Mar¨ªa Acaso, presidenta del comit¨¦ asesor en arte de la Fundaci¨®n Daniel y Nina Carasso y autora de Art Thinking (Paid¨®s), y de Mar¨ªa Llopis, autora del libro Maternidades Subversivas (Txalaparta), va un paso m¨¢s all¨¢ al incidir en la educaci¨®n afectivo-sexual. Lo que ellas llaman las pol¨ªticas de la verg¨¹enza. "El patriarcado nos hace pensar que el placer en nosotras es malo y en la escuela los pocos talleres sobre sexualidad giran entorno a la contracepci¨®n y a la prevenci¨®n de enfermedades, que es muy importante pero no tiene que dejar fuera el tema de la estimulaci¨®n", apunta Acaso, que hace dos semanas impart¨ªa con Llopis una charla para docentes en la Fundaci¨®n Mir¨® Mallorca titulada ?Qu¨¦ puede aprender la educaci¨®n art¨ªstica del porno feminista?.
"La raz¨®n de muchas cuestiones pol¨ªticas est¨¢ en la sexualidad y el colegio no lo pone f¨¢cil: hay que ense?ar a las ni?as a no sentir culpa sobre su propio deseo", indica Llopis, que adem¨¢s es aluma del M¨¢ster en Investigaci¨®n Aplicada en Estudios Feministas, de la Universitat Jaume I. Entre otros mensajes, su idea es hablar de la masturbaci¨®n femenina sin tapujos."Es incomprensible que todos los centros se est¨¦n volcando en la innovaci¨®n pedag¨®gica y ninguno hable de feminismos", a?ade. El pr¨®ximo julio participar¨¢ como formadora en la primera edici¨®n del curso Summerlab Pedagog¨ªas Feministas, dirigido a educadores y organizado por el colectivo Pedagog¨ªas Invisibles en Matadero, Madrid.
El colegio privado de educaci¨®n autodirigida Quatre Camins, en Castell¨®n, ha contactado con Llopis para impartir en sus aulas uno de sus talleres de g¨¦nero. Desde su apertura hace un a?o, sus 48 alumnos trabajan en aulas multigrado, donde se mezclan edades y hay m¨¢s de un profesor dirigiendo la clase. Los espacios son abiertos y los alumnos se mueven libremente. El aprendizaje se basa en el inter¨¦s del ni?o y las asignaturas se llaman talleres. "Nuestra filosof¨ªa es seguir el ritmo evolutivo de los alumnos, esperamos a ver cu¨¢les son sus intereses para responder a sus dudas", cuenta Delfina Ferrer, directora del colegio. Recientemente, un grupo de ni?as de entre ocho y diez a?os han solicitado un taller de sexualidad y, adem¨¢s de recomendarles libros como El tesoro de Lili o Cosquillas, que tratan la sexualidad, el placer femenino y la menstruaci¨®n, en el centro ya est¨¢n preparando una actividad.
En Educaci¨®n Infantil el 97,6% del profesorado en Espa?a son mujeres y en Primaria el 81,1%
El trabajo desde las editorales por incluir nuevos contenidos es clave. Iria Mara?¨®n, autora del libro Educar en Feminismo (Plataforma Editorial) y editora de libros de texto en una multinacional, lleva varios a?os contribuyendo al cambio. "Estamos introduciendo la figura de la mujer en los libros de Ciencias, devolvi¨¦ndole su protagonismo", asegura. Desde las im¨¢genes hasta el enunciado de las actividades, considera que los libros est¨¢n plagados de "opresi¨®n invisible". "El sistema patriarcal est¨¢ tan embebido que ya no lo vemos, pero, por ejemplo, en los temas de anatom¨ªa el cuerpo femenino solo se emplea para el aparato reproductor". Ella solicita cuerpos femeninos para explicar el sistema digestivo, o fotos de partidos de f¨²tbol mixtos.
Patricia Raijenstein es otra de las pedagogas feministas. Su principal apuesta es que se reconozca el protagonismo de las mujeres pioneras de la m¨²sica electr¨®nica, un taller que ha impartido en La Casa Encendida de la mano de la Escuela de Oficios Electrosonoros y por el que han pasado m¨¢s de 600 estudiantes de Primaria y Secundaria de Madrid. Concienciar sobre los mitos del amor rom¨¢ntico es otra de sus l¨ªneas de investigaci¨®n y su taller Sin ti no soy nada atrajo a alumnos de Secundaria y Bachillerato hace unos meses en Matadero Madrid. "A trav¨¦s de un juego de cartas intento deconstruir las narrativas heteronormativas". Les muestra la teor¨ªa de la media naranja versus racimo de uvas para explicarles que el poliamor -relaci¨®n de m¨¢s de dos personas al mismo tiempo- es una opci¨®n viable siempre que se cuente la verdad y se consens¨²e con la pareja. "Intento abrir posibilidades en la adolescencia y mostrarles que pueden elegir lo que quieren ser".
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