Al Reino Unido se le caen las alas

Si el Brexit duro es dur¨ªsimo, esto es, si acaba en una ruptura de relaciones no sustituidas por ning¨²n acuerdo alternativo con la UE, el desplome del pa¨ªs ser¨¢ estrepitoso.

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De entrada, los aviones de las compa?¨ªas brit¨¢nicas ¡ªcon sede brit¨¢nica¡ª no podr¨¢n volar a Europa ni a EEUU. Y los aeropuertos isle?os se paralizar¨¢n. As¨ª lo pone de relieve el fracaso de las negociaciones ilegales y secretas que Londres y Washington iniciaron en enero, reci¨¦n conocido (FT, 6/3/2018).

La conversaci¨®n quebr¨® cuando el amigo norteamericano ¡ªtan entusiasta del Brexit que ahora apu?ala por la espalda a sus patrocinadores¡ª ofreci¨® a los enviados de Theresa May como alternativa un acuerdo bilateral ordinario: es decir, de los que afectan solo a las compa?¨ªas enteramente propiedad de nacionales de la otra parte contratante.

Ese requisito lo incumplen las tres principales l¨ªneas a¨¦reas basadas en el Reino Unido, IAG (por Iberia), Virgin y Norvegian.

Actualmente el tr¨¢fico a¨¦reo Reino Unido/EEUU est¨¢ incluido en el convenio (extraordinario) de Cielos Abiertos entre la Uni¨®n y el socio norteamericano, de 2007.

Por ese tratado, la parte americana reconoce y acepta como europea cualquier l¨ªnea del Espacio Econ¨®mico Europeo (art.o 4 y ss.). Lo actualiz¨® un protocolo, tras el ingreso de los pa¨ªses del Este a la UE (DO, 25/8/2010).

El problema del negocio a¨¦reo es que no lo regula un verdadero acuerdo multilateral, sino en realidad, multi-bilateral: "Ning¨²n servicio a¨¦reo internacional regular podr¨¢ operarse en el territorio (...) de un Estado contratante sin el permiso especial (...) de dicho Estado¡±, reza (art. 6) el Convenio de Chicago de 1947 sobre aviaci¨®n civil internacional.

No ocurre como con la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), que facilita los intercambios a todos sus miembros, aunque sea sobre bases m¨ªnimas, incluso aunque decaigan pactos m¨¢s espec¨ªficos y completos entre algunos de ellos, como el que configura el mercado interior europeo. Si uno se sale de su acuerdo bilateral, debe contar con otro de aplicaci¨®n sustitutiva autom¨¢tica, si es que quiere evitar que sus aviones hagan huelga forzosa de alas ca¨ªdas.

El problema para Londres es que su tr¨¢fico a¨¦reo con EEUU supone el tercio del total transatl¨¢ntico. Y en t¨¦rminos m¨¢s globales, que el grueso de la econom¨ªa brit¨¢nica (cerca del 80%) lo aporta el sector servicios (financieros, consultar¨ªa empresarial, industrias culturales y de creaci¨®n¡­ incluidos los a¨¦reos), que no est¨¢n protegidos por la OMC.

Con sagacidad envidiable, Londres ha sacado buen provecho del acuerdo de Cielos Abiertos, atrayendo un buen n¨²mero de compa?¨ªas; explotando el modelo low cost frente al convencional; ampliando el mercado a capas sociales modestas; consagrando su sistema aeroportuario como un gran hub.

Son avances conexos a su participaci¨®n en Aerospace: las alas de los Airbus se fabrican en territorio brit¨¢nico. Como la Agencia del Medicamento, tambi¨¦n las perder¨ªan.