¡°El TLC es una de las causas del estancamiento de M¨¦xico¡±
El investigador de El Colegio de M¨¦xico defiende la planificaci¨®n econ¨®mica sin sustituir al mercado
Jos¨¦ Antonio Romero Tellaeche (Ciudad de M¨¦xico, 1950) rema a contracorriente. En el M¨¦xico de los tratados comerciales (12, con casi medio centenar de pa¨ªses), que acaba de sellar la puesta en marcha de un ambicioso acuerdo con el resto de la cuenca del Pac¨ªfico, que el pasado s¨¢bado acord¨® con la actualizaci¨®n de su pacto de libre cambio y que apura los plazos para firmar una nueva versi¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC, que le une desde 1994 a Estados Unidos y Canad¨¢), el hasta hace dos meses director del Centro de Estudios Econ¨®micos de El Colegio de M¨¦xico carga contra el mayor acuerdo comercial del planeta, defiende el modelo del Estado desarrollador y carga contra las doctrinas econ¨®micas establecidas. Tiempo para el debate.
Su ¨²ltimo libro ¡ªCorea y M¨¦xico, dos estrategias de crecimiento con resultados dispares, El Colegio de M¨¦xico 2018¡ª, coescrito con el tambi¨¦n economista Julen Berasaluce, compara el diferencial de crecimiento de M¨¦xico y el de Corea del Sur en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas: mientras que el primero ¡ªen origen, m¨¢s rico¡ª ha registrado un crecimiento del ingreso por habitante solo ligeramente superior al 0,7% en el periodo, el pa¨ªs asi¨¢tico ha logrado dar un salto exponencial de desarrollo, hasta el punto de haber logrado acceder al selecto club de las 30 naciones con mayor renta per c¨¢pita del mundo.
Pregunta. ?Por qu¨¦ M¨¦xico crece por debajo de su potencial?
Respuesta. Porque opt¨® por una estrategia fallida. Hubo dos errores: considerar que el libre comercio iba a generar de por s¨ª el crecimiento y [pensar] que, a trav¨¦s de la inversi¨®n extranjera se iba a transferir tecnolog¨ªa a M¨¦xico y eso iba a hacer m¨¢s productivos a los mexicanos, cosa que no sucedi¨®. La crisis de la deuda [de los a?os 80] supuso un cataclismo en un momento en el que el mundo entraba en la etapa del neoliberalismo, y M¨¦xico fue uno de los primeros pa¨ªses que se someti¨® al tratamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI). Al mismo tiempo, en EE UU [el presidente Ronald] Reagan, en algo parecido a lo que sucede hoy con [Donald] Trump, ve¨ªa un d¨¦ficit estructural con M¨¦xico y pidi¨® que se desmantelaran todos los programas industriales mexicanos. Ese fue el principio de la apertura comercial. Uno de los grandes mitos es que, si uno tiene libre comercio, democracia y Estado de derecho solito se va al crecimiento. La historia nos ha demostrado que no.
P. Pero las exportaciones de M¨¦xico no han dejado de crecer desde aquella apertura al libre comercio y la posterior firma del TLC.
R. S¨ª, exporta mucho. Pero no son empresas mexicanas: son empresas estadounidenses. El TLC fue precisamente para atraer esas inversiones permitiendo [a las compa?¨ªas] traer todos los insumos de EE UU que quisieran y ensamblar en M¨¦xico. China y Corea, en cambio, no basaron su crecimiento en la inversi¨®n extranjera, sino en la nacional. Y cuando empezaron a admitir inversi¨®n extranjera, la obligaron a asociarse con inversionistas nacionales. De esa forma fueron aprendieron c¨®mo se hacen las cosas.
P. ?Podr¨ªa M¨¦xico haber optado por la v¨ªa china o coreana?
R. No estaba en el ADN de los economistas que se fueron a estudiar a EE UU. Ten¨ªan una visi¨®n de la econom¨ªa neocl¨¢sica, que ve al individuo en s¨ª mismo y no al individuo como parte de una sociedad en la que lo que importa es el bienestar de la sociedad en su conjunto y el crecimiento de la naci¨®n. Ellos ve¨ªan solo por la apertura de los mercados y por que los productos fueran baratos. No pensaban en el largo plazo, sino ¨²nicamente en que el libre comercio es lo mejor, dando por hecho que el TLC es bueno para M¨¦xico.
P. ?Y Ud. cree que es positivo?
R. No. Es una de las causas del estancamiento, porque a la inversi¨®n extranjera no se le pidieron ni requisitos de exportaci¨®n, ni de contenido nacional, ni de asociarse con mexicanos. Ninguno. Y se les dio el mismo tratamiento que a un inversionista mexicano. [Ahora] subsidiamos, por ejemplo, investigaci¨®n que luego es patentada en otras partes del mundo. Es de locos. La industria nacional pr¨¢cticamente ha desaparecido: toda est¨¢ en manos extranjeras. La ¨²nica raz¨®n de ser es exportar al mercado estadounidense.
P. Lo ve como algo necesariamente negativo.
R. Las empresas exportadoras no son mexicanas y no se identifican con M¨¦xico. Si cae el tratado, lo que har¨¢n ser¨¢ cruzar la frontera. Hay que recordar, adem¨¢s, que la di¨¢spora mexicana a EE UU coincide con el TLC: las proporciones fueron b¨ªblicas. Se fue pr¨¢cticamente el 1% de la poblaci¨®n cada a?o, cinco millones en un periodo de tiempo muy corto.
P. ?No hay forma de renegociar el TLC en positivo para M¨¦xico?
R. No. EE UU tendr¨ªa que aceptar restricciones a la inversi¨®n extranjera directa en M¨¦xico, tanto la suya como la europea o japonesa. Que para poder entrar a M¨¦xico tengan que comprometerse a ense?ar a los mexicanos. Que haya transferencia tecnol¨®gica. No sabemos hacer nada: somos, supuestamente, una potencia y no sabemos ni fabricar los vagones del metro. Eso refleja que no hay ninguna transferencia de tecnolog¨ªa.
P. No teme la ruptura, entonces.
R. Estamos en un momento de quiebre: este modelo est¨¢ en sus ¨²ltimos estertores, no solo en M¨¦xico, sino tambi¨¦n en EE UU y en Europa. Cuando son ganadores, todos los pa¨ªses defienden el libre comercio: sucedi¨® en Inglaterra en su momento y en EE UU despu¨¦s. Pero ahora se ven acorralados por China y empiezan a replegarse con proteccionismo selectivo, reindustrializaci¨®n, etc. En eso deber¨ªa pensar tambi¨¦n M¨¦xico.
P. Va a contracorriente, tambi¨¦n, con esta defensa cerrada del modelo de Estado desarrollador.
R. Es la mejor estrategia para alcanzar a los l¨ªderes en poco tiempo. Son muchos casos: Corea, Alemania, Jap¨®n, China¡
P. Pero lo hicieron en otra ¨¦poca, en un mundo mucho menos globalizado. Hoy la competencia entre empresas y entre pa¨ªses es feroz.
R. La cr¨ªtica habitual es que eso se pudo hacer antes, pero ya no. No es cierto: est¨¢ el caso de Vietnam, un pa¨ªs de 100 millones de habitantes, m¨¢s atrasado que M¨¦xico y que est¨¢ siguiendo esa estrategia. M¨¢s de lo mismo ya no da: en 1950, M¨¦xico ocupaba el puesto 37 [mundial] en ingreso per c¨¢pita; en 1982, a pesar de lo que crecimos, ya est¨¢bamos en el lugar 41 porque otros pa¨ªses crecieron m¨¢s r¨¢pido; en 2015 ya est¨¢bamos en el 78. El verdadero desarrollo lleg¨® hasta 1970, luego vinieron [los presidentes Luis] Echeverr¨ªa y [Jos¨¦] L¨®pez Portillo y aunque la econom¨ªa sigui¨® creciendo, ya fue artificialmente. Despu¨¦s, el liberalismo no funcion¨®. El panorama para toda Am¨¦rica Latina es muy desolador si seguimos con el mismo patr¨®n.
P. Muchos economistas tachar¨ªan esas ideas de antiguas y nacionalistas.
R. Los economistas neocl¨¢sicos parten de que hay pleno empleo y de que hay que ocupar los recursos escasos en las mejores actividades. En M¨¦xico no se dan esos supuestos. La cr¨ªtica es que tenemos una oferta ilimitada de mano de obra que no est¨¢ empleada o est¨¢ en el subempleo. Hay un 60% de informalidad, as¨ª que no estamos hablando de lo mismo. Y, ?c¨®mo ocupamos esa mano de obra? Hasta ahora la respuesta ha consistido en planes de solidaridad: darles paliativos hasta que se mueran. Quienes reciben buenos ingresos est¨¢n felices, pero para la mayor¨ªa hay escasez de ingresos y el ingreso medio por habitante est¨¢ rezagado. Ya no se cree en la ret¨®rica que hemos escuchado en 30 a?os, de que especializ¨¢ndonos en lo que tenemos ventajas comparativas es lo mejor y de que cualquier intervenci¨®n del Estado en la econom¨ªa es perjudicial.
P. ?A qu¨¦ achaca ese rechazo a la presencia del Estado?
R. El desprestigio del Estado es completamente ideol¨®gico. No se concibe ni siquiera el concepto de pol¨ªtica industrial. Es la ideolog¨ªa dominante y ha hecho mucho da?o. Creo que hay que planificar la econom¨ªa sin sustituir al mercado: lo que importan son las econom¨ªas de escala. Y, cuando se tiene ¨¦xito, ya puedes entrar al libre mercado porque ya eres desarrollado.
P. ?Est¨¢ M¨¦xico a tiempo de optar por ese modelo?
R. Siempre se est¨¢ a tiempo. China pudo haberlo aplicado 100 a?os antes, pero cuando lo hizo tuvo ¨¦xito. Igual Alemania. Perdimos 30 a?os, pero en alg¨²n momento hay que iniciar.
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