Las cicatrices sin cerrar de la ¨²ltima burbuja inmobiliaria
Una d¨¦cada despu¨¦s del estallido de la crisis, a¨²n perduran los efectos del anterior 'boom'. Los expertos advierten de que no se han tomado las medidas necesarias para evitar una debacle similar
Desde la ventana del AVE Madrid-Sevilla, a orillas de la A-41 y la Nacional 420, emergen, como un espectro, una sucesi¨®n de viviendas inacabadas, hundidas en el polvo de la meseta castellana. Son los esqueletos de lo que deber¨ªa haber sido la promoci¨®n Velbapark, un complejo de lujo conocido como la Marina D?Or de Castilla-La Mancha, proyectado en los 90 al albur de la locura urban¨ªstica y que ahora perdura como paradigma de los despojos de la fiebre inmobiliaria. El fantasma de una nueva burbuja inmobiliaria se cierne otra vez sobre el sector, pero los efectos de la anterior siguen latentes: las urbanizaciones a medio construir repartidas por toda Espa?a; las miles de demandas pendientes en los juzgados y de sentencias imposibles de ejecutar ante la insolvencia de los promotores; o las familias y constructores arruinados son ejemplos de la resaca de esa borrachera urban¨ªstica que a¨²n perduran. Los profesionales alertan de que una d¨¦cada despu¨¦s del final del boom, no se han puesto las medidas para abortar otra crisis similar.
Amparado por dos megaproyectos como el aeropuerto de Ciudad Real y el macrocomplejo de casinos Reino de Don Quijote, se inici¨® la construcci¨®n de Velbapark, una urbanizaci¨®n de unas 500 viviendas, con piscinas, campo de golf y un hotel de cinco estrellas con grandes prestaciones tur¨ªsticas a ocho kil¨®metros de Villamayor de Calatrava, un pueblo de 600 habitantes de Ciudad Real. Estos planes se hundieron y con ellos, Velbapark: Lo que deb¨ªa ser un centro destinado al ocio y al placer se asemeja a un poblado del Oeste, donde el silencio solo se rompe por el batir del tren de alta velocidad. ¡°Eso est¨¢ ahora mismo en stanb-by. Las entidades financieras propietarias del complejo no se quieren hacer cargo de ¨¦l y supongo que est¨¢n esperando a hacer alguna oportunidad de negocio, a que abra el aeropuerto o bien a que la situaci¨®n econ¨®mica de la comarca mejore¡±, explica Juan Callejas, alcalde popular de Villamayor de Calatrava. El proyecto se entendi¨® como un polo de crecimiento econ¨®mico que beneficiar¨ªa a la regi¨®n, pero ahora se ha convertido en un problema. Los vecinos de Villamayor temen que a los saqueos y pillajes que han tenido lugar en el complejo se sucedan ahora asentamientos de personas. Callejas ha contactado con entidades privadas y p¨²blicas para tratar de buscar un futuro para esa urbanizaci¨®n varada, sin ¨¦xito hasta el momento. Este caso concreto no ha provocado denuncias de afectados porque no se lleg¨® a comprar ni un metro cuadrado: ¡°Curiosamente, all¨ª se constru¨ªa, pero no se vend¨ªa¡±, reconoce Callejas.
Quien s¨ª compr¨® fue Juan Luis Mac¨ªa. En 2010 decidi¨® invertir con su pareja, Sonia Jim¨¦nez, en un piso en propiedad en Benimamet (Valencia). Su caso no difiere del de la mayor¨ªa de afectados por el final del boom. Se adquir¨ªa sobre plano y se firmaba un contrato con la obligaci¨®n de abonar cuant¨ªas a cuenta de la futura vivienda hasta su entrega final y formalizaci¨®n de la hipoteca. Eran los a?os de la bonanza y el cr¨¦dito f¨¢cil y r¨¢pido, para promotores, constructores y compradores. Todo cambi¨® con el estallido de la burbuja: liquidaci¨®n de sociedades, promociones paralizadas y cambios de situaci¨®n laboral como consecuencia de la crisis dieron lugar a una espiral mal¨¦fica: los compradores no iban a recibir sus viviendas y tampoco el dinero adelantado ante la quiebra o desaparici¨®n de la empresa constructora.
Tengo una sentencia muy bonita en la que un juez me da la raz¨®n, pero solo me sirve para ponerla en un marco. He ganado, pero el dinero no lo tengo"
Mac¨ªa y Jim¨¦nez ofrecieron 3.000 euros como adelanto y luego abonaron 24 mensualidades de 1.000 euros. Todos sus ahorros. El comienzo de las obras se retras¨® dos a?os. ¡°Nos pidieron entonces 14.000 euros m¨¢s para que luego nos los pudi¨¦ramos desgravar y se los dimos¡±, explica. ¡°La obra empez¨® a ir m¨¢s lenta, no hab¨ªa alba?iles, la promotora nos daba largas¡ En 2015 se nos dijo que retomaban los trabajos, nos pidieron 10.000 euros m¨¢s, se los dimos, aunque ya a sabiendas de que igual nos estaban tomando el pelo, pero ten¨ªamos tantas ganas de ver nuestra casa terminada, que, si hac¨ªa falta el dinero, se daba¡±. Finalmente, la obra no se termin¨®. Mac¨ªa reclam¨® ante los tribunales la resoluci¨®n de su contrato y gan¨®, pero no pudo obtener la devoluci¨®n de las cantidades desembolsadas porque el constructor se declar¨® insolvente. Ahora sigue en los tribunales con una estrategia distinta, reclamar a la entidad financiera avalista, de acuerdo con la Ley 57/68, derogada a finales de 2015, que ha ayudado a muchos damnificados a recuperar sus inversiones superando las quiebras de las promotoras.
Mac¨ªa era panadero cuando decidi¨® comprar el piso y su mujer comercial en una tienda de perfumes. ?l ahora est¨¢ en concurso de acreedores porque su negocio cerr¨® con la crisis y ella sigue con el mismo trabajo. Tienen que seguir viviendo de alquiler y han renunciado a tener una casa en propiedad. ¡°Estamos jodidos. Nosotros como dimos tanto dinero hemos entrado en una especie de ruina financiera. Tengo una sentencia muy bonita en la que un juez me da la raz¨®n, pero solo me sirve para ponerla en un marco. He ganado, pero el dinero no lo tengo¡±, se lamenta.
Lo primero que sientes es rabia, impotencia, porque simplemente con demostrar que tu piso se ha vendido a otra persona y que el constructor tiene tu dinero no har¨ªa falta m¨¢s"
Un destino similar, el marco en la pared, es el que ha seguido la sentencia de Carlos Garc¨ªa Melchor. A diferencia de Mac¨ªa, la vivienda de Garc¨ªa Melchor, de la promoci¨®n Cristina Sur, en Pinto, s¨ª se lleg¨® a construir. ?l abon¨® todas las cantidades, pero el retraso en la construcci¨®n le determin¨® a pedir la resoluci¨®n del contrato. Un tribunal le dio la raz¨®n, pero el constructor Santiago Lahoz se declar¨® insolvente. No obstante, este revendi¨® ese y el resto de los pisos de otros clientes que hab¨ªan abonado buena parte del precio de sus viviendas. Ahora, cuando Garc¨ªa Melchor llama al portero electr¨®nico del que deber¨ªa haber sido su casa si los plazos se hubieran cumplido, le contesta otra persona. ¡°Lo primero que sientes es rabia, impotencia, porque simplemente con demostrar que tu piso se ha vendido a otra persona y que el constructor tiene tu dinero no har¨ªa falta m¨¢s¡±. Garc¨ªa Melchor lleva pleiteando, junto con otros 28 afectados, desde 2013. La Audiencia Provincial de Madrid ha fallado a su favor con una sentencia firme, pero el promotor se ha declarado en quiebra. Ahora junto con su abogado est¨¢n barajando otras opciones legales para tratar de recuperar todo el dinero. Este diario ha tratado de contactar sin ¨¦xito con el promotor, Santiago Lahoz.
Una d¨¦cada despu¨¦s del estallido de la burbuja inmobiliaria, no hay datos de cu¨¢ntos procesos judiciales relacionados con reclamaciones de resoluci¨®n de contratos de compraventa de vivienda o con pisos pendientes de construir, como los casos de Mac¨ªa o Garc¨ªa Melchor, hay pendientes o resueltos, ni cu¨¢ntos compradores o constructores quedaron afectados por el final del boom, pese a tratarse de uno de los episodios m¨¢s penosos y evidentes de la crisis.
Revitalizar las urbanizaciones a medio construir
Tampoco se han aportado soluciones para retomar las urbanizaciones cuyos restos a medio construir campan por toda Espa?a. Desde la Oficina del Defensor del Pueblo se insta a los Ayuntamientos a que exijan a los promotores que conserven las obras y construcciones y sugieren que procedan contra las garant¨ªas y avales prestados para garantizar la urbanizaci¨®n. Pero en muchas ocasiones, como en el caso de Villamayor de Calatrava y el complejo Velbapark, los alcaldes se encuentran desvalidos ante la imposibilidad de impulsar proyectos inacabados.
Los datos de visados de vivienda otorgados son una cifra que evidencia la recuperaci¨®n del sector.
Los fondos de inversi¨®n que en los ¨²ltimos a?os han revitalizado el sector s¨ª se han interesado por algunos de estos complejos incompletos, siempre en zonas estrat¨¦gicas. ¡°En este tiempo ha habido activos de este tipo, urbanizaciones a medio construir, pol¨ªgonos industriales, por ejemplo, en la Costa del Sol, que han sido adquiridas por estos fondos, se han terminado y se han vendido¡±, explica Daniel Cuervo, secretario general de la Asociaci¨®n de Promotores y Constructores de Espa?a (APCE). ¡°All¨ª donde se justifique, estas estructuras se podr¨¢n aprovechar. La ubicaci¨®n es muy importante y en este sentido eso determina cu¨¢les tendr¨¢n viabilidad y cu¨¢les no. Tambi¨¦n han cambiado las necesidades y la demanda con respecto a la que hab¨ªa anteriormente en el mercado. Se ir¨¢ produciendo una soluci¨®n acompasada en el tiempo, unas se ir¨¢n terminando y otras acabar¨¢n derrib¨¢ndose o qued¨¢ndose como est¨¢n en funci¨®n de la recuperaci¨®n de las zonas donde se encuentran. Dependemos de la recuperaci¨®n de la demanda, del trabajo, del tejido empresarial y el aspecto tur¨ªstico tambi¨¦n es importante¡±, explica.
Cuervo reconoce una mejora en el sector, pero cree que es pronto para hablar de burbuja. Todos los patrones de la ¨²ltima crisis se siguen repitiendo, pero no se han puesto los resortes administrativos o legales que sirvan de diques para contener las consecuencias de otra avalancha urban¨ªstica. ¡°La crisis fue hace poco y no hemos aprendido¡±, advierte Marta Serra, abogada de El defendosr de tu vivienda, especializado en reclamaciones de cooperativas y cooperativistas de vivienda. Ella lamenta que no se haya regulado m¨¢s en estos a?os ¡°para evitar que se enga?e a la gente como ocurri¨® en la ¨²ltima crisis¡±. ¡°Tenemos un problema en Espa?a con el asunto inmobiliario porque cada cierto n¨²mero de a?os vuelve a haber una crisis y muchas familias se quedan sin su dinero¡±, advierte.
Desde el sector empresarial son menos partidarios de regular pero s¨ª reconocen que la actual normativa urban¨ªstica genera ¡°mucha incertidumbre¡± respecto de los criterios y plazos para la concesi¨®n de licencias y la calificaci¨®n del suelo. ¡°La ley es mejorable en ese sentido y eso nos evitar¨ªa algunos casos de corrupci¨®n que se han producido. Todo lo que sea normativa para arrojar certidumbre en cuanto a plazos o transformaci¨®n del suelo, que es nuestra materia prima, ser¨¢ bienvenido para todos los agentes profesionales¡±, se?ala el secretario general de la Asociaci¨®n de Promotores y Constructores de Espa?a.
¡°Tambi¨¦n hay una responsabilidad de los ciudadanos, porque no hay cultura de tener que asesorarse previamente y porque en Espa?a somos tambi¨¦n muy dados a especular¡±, reconoce Eduardo Bahamonde, socio del despacho Praxis Legal. No obstante, muchos compradores que perdieron sus ahorros por invertir en el ladrillo durante la crisis s¨ª han escarmentado. Beatriz Brenes, funcionaria del Instituto Geogr¨¢fico Nacional compr¨® sobre plano en la promoci¨®n Los Llanos del Sur, en Alpedrete, en 2009. Ella, despu¨¦s de tres a?os de periplos judiciales consigui¨® recuperar su dinero. En el suelo sobre el que deb¨ªa haberse erigido su vivienda, no se lleg¨® a poner ni un ladrillo y ahora est¨¢ repleto de margaritas. Jam¨¢s se lleg¨® a poner un solo ladrillo. Con las cantidades que rescat¨® se ha comprado un piso. ¡°Nunca sobre plano, eso lo tengo claro¡±, asegura.
La ley salvavidas para los afectados
La principal ley a la que han acudido los afectados para recuperar su dinero, la 57/1968, sobre percibo de cantidades anticipadas en la construcci¨®n y venta de viviendas, fue derogada el 31 de diciembre de 2016. Esta disposici¨®n exig¨ªa a las promotoras y cooperativas contratar un seguro o aval bancario que garantizase la devoluci¨®n de las cantidades entregadas a cuenta para cubrir las aportaciones de los compradores de vivienda en caso de que las casas no llegasen a construirse o no se entregasen en el plazo convenido.
La ley obligaba a las entidades financieras a vigilar que la promotora o cooperativa tuviese contratado ese seguro o aval. "La nueva norma en lugar de ser m¨¢s protectora para el consumidor lo es para las entidades financieras y las aseguradoras", explica Eduardo Bahamonde, socio del despacho Praxis Legal. "Lo que hay ahora es la obligaci¨®n de que haya un seguro o un aval desde que hay licencia de construcci¨®n, es decir, todas las cantidades entregadas a cuenta antes de que exista esa licencia de ocupaci¨®n en el solar no est¨¢n protegidas por la ley".
En la actualidad se aplica todav¨ªa a todos aquellos casos anteriores a 2016. "Esa norma proteg¨ªa a cualquier comprador que hab¨ªa entregado cantidades a cuenta del precio de su vivienda en cualquier situaci¨®n de venta sobre plano", abunda Marta Serra, del Defensor de tu vivienda. "El 95% de los casos que hemos ganado con la ley 57/68 no podr¨ªamos ganarlos ahora porque entonces no era necesario que la promotora tuviera licencia de obra", se?ala.
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