Cuando la llamada del casero te hace temblar
La corta duraci¨®n de los contratos de alquiler acrecienta el miedo de muchas familias a tener que abandonar su casa
La escalada de los precios ha hecho casi imposible poder crear en un hogar en un piso de alquiler. Y menos cuando los contratos son de tres a?os, a lo sumo cuatro. Con subidas superiores al 30% en tres a?os en ciudades como Madrid o Barcelona, muchos caseros deciden subir las rentas a sus inquilinos o finiquitar los contratos. Lo admiten los profesionales del sector y lo denuncian las entidades que reclaman una mayor protecci¨®n del inquilino. Todos coinciden en el prop¨®sito del Gobierno de Pedro S¨¢nchez y de Unidos Podemos de ampliar la duraci¨®n de los contratos, si bien discrepan de cu¨¢l debe ser la intervenci¨®n de la Administraci¨®n para frenar el boom de los alquileres.
Los intermediarios admiten ampliar los plazos, pero no los precios m¨¢ximos
La ¨²ltima reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que sali¨® adelante con los votos del PP, redujo el tiempo de permanencia de los inquilinos de cinco a tres a?os y de tres a uno la renovaci¨®n autom¨¢tica que se produc¨ªa si ninguna de las partes dec¨ªa lo contrario. La intenci¨®n era dinamizar el mercado. Pero el incremento de los precios y el vencimiento este mes de los ¨²ltimos contratos firmados con la antigua LAU ha dejado a miles de inquilinos con la advertencia de una sustanciosa subida en su recibo o de tener que cambiar de casa.
En el inmueble en el que residen Alpha Mikelinas, de 36 a?os, y Fran Ortega, de 33, cuatro vecinos han recibido un burofax en las ¨²ltimas semanas. ¡°A uno le ped¨ªan un 40% m¨¢s. Al resto ni nos daban la opci¨®n de quedarnos¡±, lamenta Mikelinas. Viven en el n¨²mero 92 de la calle de Floridablanca, en el barrio barcelon¨¦s de Sant Antoni. Llegaron en 2010, cuando todav¨ªa no era la zona de moda en la que se ha convertido. Mikelinas cuenta c¨®mo tuvieron que pr¨¢cticamente reformar todo el piso y luego convivir con problemas de tuber¨ªas e incluso con la amenaza de las termitas.
Cuando venci¨® el contrato en 2015, les hicieron otro por tres a?os con una subida del alquiler. Hoy pagan 855 euros por la vivienda, de unos 90 metros cuadrados. El ¨²ltimo inquilino que lleg¨® al edificio abona ya 1.300. Ambos son t¨¦cnicos de iluminaci¨®n y pueden afrontar una subida de la renta actual, pero los propietarios, la familia Fradera Bes, no les da opci¨®n. Este diario trat¨® de recabar, sin ¨¦xito, la versi¨®n de los representantes de los due?os. Pese al burofax, est¨¢n decididos a quedarse en el piso. ¡°Solo quiero un sitio para vivir, cumpliendo un contrato y unas condiciones¡±, afirma.
La inquietud que dice pasar esta pareja hace tiempo que es habitual. A solo unos n¨²meros, en el 101 de la misma calle, los vecinos del edificio recibieron varios burofaxes reclam¨¢ndoles hasta un 50% m¨¢s de lo que abonan ahora. ¡°Estamos viendo c¨®mo se est¨¢ expulsando de sus casas a gente de clase media, familias que pagan rentas de 1.500 euros¡±, explica Jaime Palomera, portavoz del Sindicato de Inquilinos. La entidad propone ampliar los contratos a periodos de seis a?os en el caso de peque?os caseros y doce para grandes due?os de viviendas.
Los abogados de Barcelona piden diez a?os para un domicilio habitual
Los agentes de la propiedad inmobiliaria est¨¢n de acuerdo en ampliar el plazo del contrato tal y como lo plantea el PSOE. ¡°En grandes ciudades hemos visto c¨®mo a muchas familias no les han renovado el contrato, en ocasiones por el empuje de los alquileres tur¨ªsticos. Aqu¨ª veo justificado proteger al inquilino volviendo a la f¨®rmula anterior a la ¨²ltima reforma¡±, asegura Diego Galiano, presidente del Consejo General de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API).
En ese diagn¨®stico coinciden otros colectivos profesionales. El Colegio de la Abogac¨ªa de Barcelona ha elaborado un documento de propuestas para reformar la LAU. Este contempla una duraci¨®n m¨ªnima del contrato de seis a?os con una pr¨®rroga de cuatro. ¡°Con los tres a?os y uno m¨¢s en caso de acuerdo se pretend¨ªa dar flexibilidad y estabilidad. Pero esto ¨²ltimo no solo no ha sucedido, sino que la subida de los alquileres nos ha llevado a la situaci¨®n contraria. Creemos que con periodos de diez a?os s¨ª podemos hacer del alquiler una f¨®rmula para tener un domicilio habitual¡±, sostiene Cristina Vallejo, diputada de la junta de gobierno del colegio.
El otro gran debate es c¨®mo frenar la escalada de precios. El PSOE piensa en desgravaciones fiscales ¡ªsujetas a las posibilidades presupuestarias¡ª, mientras que Unidos Podemos opta en su proyecto de ley por la propuesta que lanz¨® la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de limitar los precios por la zona y las caracter¨ªsticas del piso. ¡°Eso nunca, romper¨ªa las reglas del mercado. Yo optar¨ªa por las deducciones¡±, dice rotundo el presidente del Colegio de API. El Colegio de Abogados propone reducciones en el IRPF del 100% para caseros con inquilinos cuyas rentas oscilen entre los 17.797,20 y 30.000 euros y tributar solo por los meses que se han percibido. Ah¨ª, el Sindicato de Inquilinos se queda con la opci¨®n de fijar topes. ¡°Par¨ªs lo ha hecho y ha demostrado que no se ha reducido el parque de alquiler¡±, asevera Palomera.
Subidas de hasta 500 euros en el recibo
Seg¨²n Idealista.com, los precios han subido en cinco a?os un 50% en Palma y Las Palmas, un 44% en Barcelona y Girona, un 41% en Santa Cruz de Tenerife y un 38% en Valencia y Madrid. Un inquilino con un piso de 90 metros cuadrados al que le venza su contrato de la antigua LAU y le quieran aplicar esta subida deber¨ªa abonar 486 euros m¨¢s en Barcelona, y 396 en Madrid. Si no, deber¨¢ buscar en un mercado m¨¢s caro, pagar mudanza y dejarse m¨¢s en la fianza.
El catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo est¨¢ de acuerdo con ampliar los contratos dado el ciclo actual y, aunque ve las desgravaciones como una subvenci¨®n al propietario, las prefiere a los topes. Aun as¨ª, advierte de que la soluci¨®n pasa por un parque de vivienda social en alquiler que las administraciones podr¨ªan haber adquirido a la banca durante la recesi¨®n.
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