L¨®pez de Letona, ministro tecn¨®crata de Franco que lleg¨® a gobernador
Ocup¨® durante cinco a?os la cartera de Industria en el Gobierno de los ¡®L¨®peces¡¯
La muerte de Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez de Letona y N¨²?ez del Pino lleva a rememorar aquel Gobierno de los L¨®peces que Franco form¨® en 1969, despu¨¦s del esc¨¢ndalo Matesa. Junto a Letona, que pas¨® a ocupar la cartera de Industria, estaban Gregorio L¨®pez Bravo, como titular de Exteriores, y Laureano L¨®pez Rod¨®, ministro del Plan de Desarrollo. Los tres tuvieron mucho peso en aquel Ejecutivo de tecn¨®cratas del tardofranquismo en el que el dictador tambi¨¦n coloc¨® al almirante Luis Carrero Blanco como vicepresidente.
L¨®pez de Letona, burgal¨¦s nacido en 1922, hijo de militar, se hizo ingeniero de caminos en 1949 y comenz¨® a trabaja en la empresa V¨ªas y Construcciones con su primo Rafael del Pino, que luego constituir¨ªa Ferrovial, a cuya creaci¨®n colabor¨® junto a otros personajes como Leopoldo Calvo Sotelo y Claudio Boada, con los que siempre estar¨ªa muy vinculado y con los que, ya en democracia, formar¨ªa la renombrada beautiful people. En V¨ªas y Construcciones estuvo toda la d¨¦cada y lleg¨® a director general, primero, y miembro del consejo de administraci¨®n, despu¨¦s.
En aquellos cincuenta la autarqu¨ªa de los primeros a?os franquistas bostezaba para dar paso al Plan de Estabilizaci¨®n y los planes de Desarrollo, momento en que, paralelamente, irrumpieron los tecn¨®cratas del Opus Dei y empezaron a tomar el poder. Uno de ellos era L¨®pez Rod¨®, que fue quien llev¨® a Letona a su departamento en 1965 como subcomisario y le confi¨® la programaci¨®n industrial.
Eso signific¨® la entrada de este hombre en pol¨ªtica y, quiz¨¢ por su buena relaci¨®n con el otro L¨®pez, se le vincul¨® al Opus. Un peaje del que Letona siempre se quej¨®: ¡°Mi situaci¨®n me permit¨ªa abrir un par¨¦ntesis en mi actividad empresarial y la posibilidad de conocer a fondo la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs desde la Comisar¨ªa del Plan, que parec¨ªa ser un centro neur¨¢lgico del poder que me resultaba atractiva. Lo que no sab¨ªa es que mi entrada en la vida pol¨ªtica por la puerta del Plan de Desarrollo me iba a marcar durante mucho tiempo como hombre de Laureano y, en consecuencia, supuestamente vinculado al Opus, como se dec¨ªa de todos los que trabaj¨¢bamos en el Plan de Desarrollo¡±.
Tampoco le hizo mucha gracia lo de los L¨®peces, que a su juicio nunca tuvo el menor fundamento. La realidad es que hasta el momento de entrar en la Comisar¨ªa del Plan, hab¨ªa permanecido completamente ajeno al devenir pol¨ªtico. ¡°He sido siempre un hombre muy independiente, interesado por la cosa p¨²blica, pero sin pertenecer a ning¨²n grupo pol¨ªtico, econ¨®mico o confesional¡±, manifest¨® en una ocasi¨®n al respecto.
Puertas giratorias
Los tecn¨®cratas reforzaron su posici¨®n en 1969 con la salida del Gobierno de los azules. Era el triunfo de los L¨®peces, por poco que le gustara a Letona, que alcanz¨® la titularidad del Ministerio de Industria, en el que estuvo hasta 1974. L¨®pez de Letona dec¨ªa que el objetivo no pod¨ªa ser otro que la expansi¨®n, y que la pol¨ªtica industrial iba unida a la pol¨ªtica econ¨®mica general. Bajo esa premisa, impuls¨® la reorganizaci¨®n del Instituto Nacional de Industria (INI), al frente del cual coloc¨® a su amigo Claudio Boada. Dentro del INI estaba entonces el sector energ¨¦tico y en la reci¨¦n nacida Empresa Nacional del Gas (Enagas) se situ¨® su primo Rafael del Pino. Como gran logro de su mandato, se apunta que trajo la Ford a Almusafes (Valencia) y, este no tan sonado, de instalar un nuevo astillero en C¨¢diz, que pocos a?os despu¨¦s se ver¨ªa muy afectado por la reconversi¨®n.
Al mes de salir del Gobierno, en 1974, y sin que nadie hablara entonces de las puertas giratorias, asumi¨® la presidencia de Enpetrol (uno de los embriones de la actual Repsol), que compatibiliz¨® adem¨¢s con la fundaci¨®n del grupo privado Interholding. Una aventura en la que tambi¨¦n repet¨ªan Calvo Sotelo y Del Pino y en la que Mariano Rubio, con cuya prima (Mar¨ªa Teresa Olarra Jim¨¦nez) estaba casado, lleg¨® a desempe?ar la direcci¨®n general.
Muerto Franco, Letona figur¨® entre los nombres con posibilidades de sustituir en la presidencia del Gobierno a Carlos Arias Navarro. Fue elegido Adolfo Su¨¢rez, que le nombr¨® gobernador del Banco de Espa?a. Siguieron los compadreos. L¨®pez de Letona nombr¨® a Mariano Rubio subgobernador, puesto en el que permaneci¨® hasta que fue nombrado gobernador en sustituci¨®n de Jos¨¦ Ram¨®n ?lvarez Rendueles. Su marcha del banco central coincidi¨® con el estallido de la primera gran crisis bancaria, que se llev¨® por delante m¨¢s de un centenar de bancos y en la que el banco emisor se vio superado. En 1981 pas¨® al frente del Banco de Madrid, filial de Banesto, cargo que comparti¨® con la presidencia de la patronal de las grandes constructoras Seopan.
¡®Beautiful people¡¯
Por aquellos a?os de la Transici¨®n, el activo L¨®pez de Letona particip¨® en la fundaci¨®n de la Asociaci¨®n para el Estudio y Acci¨®n Empresarial, que dar¨ªa lugar al C¨ªrculo de Empresarios, junto con su primo Del Pino y un buen n¨²mero de empresarios de la ¨¦poca. Presidi¨® la instituci¨®n entre 1977 y 1982 y luego pas¨® a ocupar una vicepresidencia hasta 1990.
Para entonces, al igual que sus compa?eros de la beautiful people, hab¨ªa aceptado la democracia. Eso no impidi¨® que en 1981 este hombre, que hab¨ªa sido procurador en las dos ¨²ltimas legislaturas franquistas, reconociera que ¡°Franco fue una personalidad excepcional, con el carisma del vencedor, una gran autoridad y un peculiar sentido pol¨ªtico, y todo ello erosionado por los condicionantes de la edad que fue la causa principal de los errores cometidos en los ¨²ltimos a?os, en que muy posiblemente hubiese debido retirarse como De Gaulle...¡±. ¡°Franco era un anciano afable del que emanaba una gran autoridad¡±, remataba.
Pero ya hab¨ªa dejado la pol¨ªtica y se centraba en la empresa y, espec¨ªficamente, en la banca y en Banesto, donde aterriz¨® en 1996 empujado desde el Banco de Espa?a y el Ministerio de Econom¨ªa del Gobierno socialista, que dirig¨ªa Carlos Solchaga. Entr¨® para ocupar la plaza dejada por otro de los l¨®peces, L¨®pez Bravo, muerto en el accidente a¨¦reo del Monte Oiz (Vizcaya). Eran tiempos de cambios imparables y, con Espa?a ya integrada en la Comunidad Europea, el sector bancario se precipitaba a integraciones. La entonces primera entidad financiera no se encontraba precisamente preparada para afrontar los embates y se le empezaron a romper las costuras. Por eso, la autoridad le encomend¨® arreglar el entuerto como consejero delegado bajo la presidencia de Pablo Garnica, con el que nunca se entendi¨®. Fue entonces cuando se produjo la opa del Banco de Bilbao sobre Banesto, que provoc¨® una fuerte divisi¨®n entre las familias del banco. En medio del enfrentamiento, apareci¨® la pareja Conde-Abell¨®, lo que oblig¨® a dimitir a Letona, muy a pesar tambi¨¦n del Gobierno socialista.
Conde tom¨® el poder y lo de despu¨¦s es otra historia muy larga. Letona sigui¨® vinculado al C¨ªrculo, donde es dirigente su hijo Jos¨¦ Mar¨ªa, y fue consejero de varias empresas, entre ellas el Banco de Alcal¨¢. Recibi¨®, entre otras condecoraciones, la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, la de Isabel la Cat¨®lica, la Orden al M¨¦rito Civil de la Rep¨²blica Francesa y la Orden de Mayo de la Rep¨²blica Argentina.
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