¡°Si no cambiamos, podemos llevar a una generaci¨®n hacia la pobreza¡±
Bussolo pide un nuevo contrato social para frenar la desigualdad y el auge de los movimientos populistas
El t¨ªtulo del informe es oscuro: Hacia un nuevo contrato social: afrontando tensiones distributivas en Europa y Asia Central. Lo firma el Banco Mundial y relata la imparable inequidad del mundo, el fracaso de las pol¨ªticas redistributivas, la sensaci¨®n de abandono de millones de seres humanos. Y c¨®mo los perdedores de las profundas transformaciones econ¨®micas de las ¨²ltimas d¨¦cadas (j¨®venes, trabajadores con bajos salarios y empleos rutinarios, habitantes de regiones rezagadas) utilizan la ira y el descontento para apoyar populismos, nacionalismos o simplemente abandonar el inter¨¦s pol¨ªtico. Esta brecha se agranda entre generaciones j¨®venes y mayores. Pero seg¨²n Maurizio Bussolo (Tur¨ªn, Italia, 1964), economista principal de la instituci¨®n y coautor del trabajo, a¨²n existe esperanza: un nuevo contrato social.
Pregunta. ?C¨®mo ha afectado la ralentizaci¨®n econ¨®mica a las expectativas de ingresos de las generaciones m¨¢s j¨®venes?
Respuesta.?La ralentizaci¨®n econ¨®mica o, incluso, la crisis financiera de 2009 no son las causas principales de las dificultades que enfrentan las generaciones m¨¢s j¨®venes. Aunque es cierto que un mismo nivel de desigualdad resulta m¨¢s evidente cuando el crecimiento es m¨¢s lento. El principal problema reside en que el proceso de desarrollo ha cambiado profundamente. La globalizaci¨®n, el cambio tecnol¨®gico y el envejecimiento de la poblaci¨®n han transformado los riesgos y los beneficios de las actividades econ¨®micas. Sectores enteros han perdido importancia y muchas ocupaciones viven bajo la amenaza de desaparecer. Las generaciones m¨¢s j¨®venes, en particular, han estado m¨¢s expuestas a estos nuevos peligros y pocos han podido aprovechar las oportunidades. Espa?a ha sido testigo de un proceso de polarizaci¨®n laboral. Las ocupaciones de las clases medias se contraen mientras se expanden las remuneraciones altas y bajas en los extremos.
P.?Entonces, ?qu¨¦ consecuencias tienen para los j¨®venes espa?oles estos ingresos tan bajos?
¡°Sectores enteros han perdido importancia y muchas ocupaciones est¨¢n amenazadas¡±
R.?Una de las repercusiones m¨¢s graves se siente en el mecanismo de protecci¨®n social. En Europa, el Estado de bienestar es muy poderoso y tiene una importante tradici¨®n. Todos estos sistemas estaban ligados a tener un empleo estable, a largo plazo, y no a trabajos temporales. En Espa?a, tres de cada cuatro chicos de entre 20 y 24 a?os entran en esta categor¨ªa. Esto tiene consecuencias muy severas porque, por ejemplo, no acumulan ahorro ni pensiones. Si no cambiamos las cosas, podemos llevar a una generaci¨®n hacia una mayor desigualdad y riesgo de pobreza.
P.?Esta inequidad intergeneracional no parece que sea una preocupaci¨®n social.
R.?Creo que s¨ª hay preocupaci¨®n. Es verdad que esas transformaciones econ¨®micas y comerciales generan oportunidades. Existen sectores que se apoyan en la tecnolog¨ªa o la inform¨¢tica que se est¨¢n expandiendo. No quiero decir que todo sea negativo. Pero tambi¨¦n vemos riesgos nuevos que son consecuencia de las dificultades para vivir de las generaciones j¨®venes. Por ejemplo, el populismo o la polarizaci¨®n de los votos hacia la extrema derecha o la extrema izquierda. Estos chicos est¨¢n abandonando el proceso democr¨¢tico y se reduce su presencia en las elecciones. De hecho, en t¨¦rminos de participaci¨®n se da la circunstancia de que votan menos que las generaciones mayores. Y estas defienden sobre todo sus pensiones.
P.??Cu¨¢les son las recetas del Banco Mundial para combatir esa desigualdad entre generaciones?
¡°Espa?a es testigo de la polarizaci¨®n laboral entre las clases medias y las rentas altas¡±
R.?Frente a lo que prometen las propuestas populistas no hay una soluci¨®n r¨¢pida. Frenar las tendencias, detener el comercio, rechazar las tecnolog¨ªas o compensar pasivamente a los perdedores no ha funcionado en el pasado y no lo har¨¢ en el futuro. Pero la quietud no es una opci¨®n. Por eso, el Banco Mundial ofrece tres principios que sirven de base a un nuevo contrato social. Avanzar hacia una misma protecci¨®n de todos los trabajadores (independientemente del tipo de empleo), buscar la universalidad de la asistencia social y apoyar la progresividad fiscal con un impuesto que grave las rentas pero tambi¨¦n el capital.
P.??Cu¨¢les ser¨ªan las consecuencias de no hacer nada?
R.?Se quebrar¨ªa la cohesi¨®n social, y esto tendr¨ªa un impacto en el crecimiento econ¨®mico. Porque hay bastantes evidencias de que una sociedad que no soluciona bien un conflicto redistributivo termina pagando un precio en el desarrollo futuro de su econom¨ªa.
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