La guerra del taxi se recrudece en Madrid mientras arrecia el pulso pol¨ªtico

La Polic¨ªa desaloj¨® a primera hora de la ma?ana a cientos de taxistas que hab¨ªan bloqueado durante el fin de semana el paseo de la Castellana y amenazaban con colapsar el centro de la ciudad ayer. De madrugada, agentes apuntaron las matr¨ªculas de los veh¨ªculos estacionados, que ser¨¢n multados por obstruir la circulaci¨®n. Los conductores se trasladaron el domingo a esta arter¨ªa principal tras abandonar las inmediaciones de Ifema, donde la semana pasada se celebr¨® la feria internacional de turismo Fitur.

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Tras el desalojo, miles de taxistas rodearon la sede del PP en la calle de G¨¦nova y por la tarde se reunieron en la c¨¦ntrica Puerta del Sol, donde pidieron la dimisi¨®n del presidente del Gobierno regional, ?ngel Garrido, del PP. El viernes, el sector del taxi rechaz¨® la propuesta de la comunidad de fijar una distancia l¨ªmite de 300 metros para contratar los servicios de los VTC. Desde entonces, las administraciones regional y local no retomaron las conversaciones con el gremio. El Gobierno auton¨®mico tampoco tiene previsto reunirse con los taxistas en los pr¨®ximos d¨ªas, pero no descarta convocar un encuentro de ¨²ltima hora, seg¨²n fuentes oficiales.

Garrido, por su parte, asegur¨® ayer estar dispuesto a llegar a un acuerdo, pero a la vez advirti¨® de que no adoptar¨¢ el modelo catal¨¢n. La semana pasada, la Generalitat cedi¨® a las presiones del taxi y pact¨® con el ?rea Metropolitana de Barcelona que los VTC solo se puedan contratar con un tiempo m¨ªnimo de antelaci¨®n de 15 minutos ampliable a una hora.

La Asociaci¨®n Madrile?a del Taxi present¨® el viernes un documento a la comunidad pidiendo el desarrollo en la ley de la precontrataci¨®n y de la captaci¨®n de clientes, pero todav¨ªa no ha vuelto a tener noticias de la Administraci¨®n, asegur¨® un miembro de esa asociaci¨®n. Los taxistas convocaron anoche una asamblea para fijar su hoja de ruta.

De "izquierdas" y "gay"

Mientras Madrid va camino de convertirse en el epicentro del conflicto, Unauto, la patronal de los VTC, dijo que 150 de sus veh¨ªculos fueron atacados durante la huelga en la capital, a la que ayer se sumaron taxistas de otras provincias. Entre ellos estaba el portavoz de ?lite Taxi y l¨ªder de facto de los taxistas de Barcelona, Alberto ?lvarez, Tito, quien critic¨® con declaraciones incendiarias la decisi¨®n del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de desalojar la Castellana. "C¨®mo puede ser que un ministro de izquierdas, y seg¨²n ha declarado ¨¦l, eh... bueno ?qu¨¦ es gay!, que mande aqu¨ª a la polic¨ªa a reprimir al pueblo", lanz¨®.

"Es un gran d¨ªa, llegan cientos de taxistas de todas partes de Espa?a: 80 de Asturias, 200 de Andaluc¨ªa y 800 de Catalu?a", dijo Concha Guardado, una de las taxistas que se declar¨® en huelga de hambre. La euforia dur¨® poco. A las siete de la ma?ana, una decena de gr¨²as municipales y una treintena de furgones de la Unidad de Intervenci¨®n Policial (UIP, los antidisturbios) junto con polic¨ªas municipales llegaron por sorpresa a la Castellana. En cuesti¨®n de segundos, el cielo se torn¨® verde y rojo por las bengalas que lanzaban los taxistas.

"No tenemos escapatoria, nos tienen rodeados", gritaba un taxista mientras se sub¨ªa en el cap¨® de su coche. Cientos de ellos emprendieron entonces su viaje a la sede nacional del PP. "Uber ciao, Uber ciao, ciao, ciao", coreaban reconvirtiendo el himno de los partisanos italianos Bella ciao. Sa¨²l Crespo, portavoz de la Plataforma Caracol, explicaba que ten¨ªan autorizaci¨®n para manifestarse de once de la ma?ana a una de la tarde.

El Samur atendi¨® a siete manifestantes y a un polic¨ªa. Sin campamento base al cual volver, los grupos de WhatsApp de los taxistas daban la orden de ir al aeropuerto de Madrid-Barajas hasta las cinco de la tarde, donde ten¨ªan una concentraci¨®n en la Puerta del Sol, ante la sede del Gobierno regional. "Ni un paso atr¨¢s", "somos taxistas, no terroristas" o "m¨¢s regulaci¨®n, menos corrupci¨®n" fueron algunas de las consignas que se escucharon durante la concentraci¨®n.