El coste del populismo
Es evidente que Trump desconoce las identidades b¨¢sicas de la econom¨ªa y la ignorancia es muy osada
El economista Dani Rodrik ha publicado una investigaci¨®n que concluye que periodos intensos de globalizaci¨®n y revoluci¨®n tecnol¨®gica son seguidos por periodos de proteccionismo que denomina populismo. El estudio analiza las causas que justifican la reacci¨®n social. Pero ya disponemos de evidencia emp¨ªrica para empezar a estimar los costes de la nueva era populista global.
Trump prometi¨® Am¨¦rica primero y se embarc¨® en una guerra comercial para reducir el d¨¦ficit exterior. ?Cu¨¢l es el resultado dos a?os despu¨¦s? El d¨¦ficit comercial ha aumentado 150.000 millones de d¨®lares y las importaciones chinas siguen creciendo exponencialmente. Es evidente que Trump desconoce las identidades b¨¢sicas de la econom¨ªa y la ignorancia es muy osada. El saldo exterior de una econom¨ªa es igual a la diferencia entre su ahorro y su inversi¨®n. Trump prometi¨® una bajada de impuestos que aumenta el d¨¦ficit p¨²blico, reduce el ahorro de la econom¨ªa y aumenta el d¨¦ficit exterior.
Nuestro cerebro prioriza el objetivo inmediato por eso el populismo funciona electoralmente a corto plazo aunque tenga efectos desastrosos a largo plazo. Seg¨²n la Oficina Presupuestaria del Congreso de EE UU el d¨¦ficit p¨²blico estructural es del 5% del PIB. Sin aumento de impuestos o recortes de gasto se mantendr¨¢ por encima del 4% del PIB durante la pr¨®xima d¨¦cada. Y la deuda p¨²blica neta asciende al 80% del PIB.
En 2018 el d¨¦ficit p¨²blico en EE UU aument¨® 100.000 millones de d¨®lares que es la misma cantidad que la bajada de recaudaci¨®n que provoc¨® la reducci¨®n del impuesto de sociedades de Trump. La inversi¨®n empresarial en 2018 fue inferior a la de 2017 y la bajada del impuesto no ha tenido impacto sobre la econom¨ªa real. Las empresas han utilizado el aumento de sus beneficios para recomprar acciones de sus propias compa?¨ªas aumentando el precio de la acci¨®n. Seg¨²n el Nobel Robert Shiller, Wall Street vive en una burbuja financiera que supera la de 2007 y solo es comparable a la de 2001 y a la anterior a la Gran Depresi¨®n de 1929.
Desde las pol¨ªticas de Reagan en los a?os ochenta Estados Unidos padece una grave patolog¨ªa de d¨¦ficits gemelos, p¨²blico y exterior, que ha aumentado la deuda externa y amenaza la posici¨®n del d¨®lar como moneda de reserva. Es probable que Trump haya presionado el bot¨®n rojo y haya activado el fin de la hegemon¨ªa del d¨®lar, aunque tardaremos a?os en ver sus efectos.
En Espa?a Pablo Casado, Albert Rivera, Santiago Abascal y sus reaganomics prometen bajadas de impuestos como Trump. Nuestro d¨¦ficit es similar a EE UU pero nuestra deuda p¨²blica es mayor. Ya fuimos rescatados en 2012 y, si seguimos el camino de Trump, el pr¨®ximo rescate puede coincidir con Italia y ser el final del euro que muchos profetas llevan anunciando.
El historiador econ¨®mico Francisco Com¨ªn nos ha ense?ado que Espa?a es el pa¨ªs del mundo que m¨¢s reestructuraciones de deuda ha realizado. El ratio de alarma es el servicio de la deuda, intereses m¨¢s amortizaciones, sobre el total de gasto p¨²blico. Estamos pr¨®ximos a m¨¢ximos hist¨®ricos del 50% y un impago se cargar¨ªa todo el desarrollo humano conseguido en los ¨²ltimos cuarenta a?os de democracia. Veremos.
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